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5 de Marzo de 2017

Expediente Edwards: El caso que mostró el vínculo del dueño de El Mercurio con organismos represores

Dos jóvenes que fueron sindicados por El Mercurio como autores de desórdenes en el Parque O'Higgins durante la visita papal de 1987 se querellaron contra Agustín Edwards por injurias y calumnias. El 20 de octubre de 1987, el juez Bottacci Latrille del 23 juzgado del crimen declaró reo en esta causa a Edwards quien estuvo dos horas detenidos en Capuchinos. Salió en libertad previo pago de una fianza de $25 mil. El portavoz de Pinochet en la época, Francisco Javier Cuadra, acusó que las imágenes que usó Edwards le fueron facilitadas por la CNI.

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El 9 de abril de 1987, en primera plana El Mercurio tituló con una noticia que dejó en evidencia cómo operó durante la dictadura el dueño del principal diario del país, Agustín Edwards Eastman, quien murió este 24 de abril.

“Identificados Violentistas del PC en el Parque”, decía el decano, en un supuesto golpe noticioso en que se daba cuenta de quiénes habrían estado tras los disturbios que interrumpieron la liturgia de la reconciliación del Papa Juan Pablo II en el Parque O’Higgins. En portada figuraban las fotos de Iván Barra y de Jorge Jaña, ambos dirigentes estudiantiles de la época que no habían asistido al evento. De hecho, las imágenes que circularon correspondían a material de archivo de la Central Nacional de Inteligencia (CNI).

Los muchachos fueron detenidos ilegalmente antes de que comenzara a circular el diario por organismos represivos y torturados durante seis días en el cuartel Borgoño. La presión pública obligó al régimen a reconocer que estaban recluidos y se inició un proceso judicial en que se demostró que ambos eran inocentes. Tras ello, y asesorados por el abogado Luciano Foullioux, interpusieron una querella por injurias y calumnias con publicidad contra Edwards. El 20 de octubre de 1987, el juez Carlos Leonello Bottacci Latrille del 23 juzgado del crimen declaró reo en esta causa al dueño de El Mercurio quien estuvo dos horas detenidos en Capuchinos. Salió en libertad previo pago de una fianza de $25 mil.

The Clinic Online tuvo acceso a las declaraciones de Edwards, el exministro vocero de Pinochet Francisco Javier Cuadra y el careo entre ambos en la emblemática causa.

LA DECISIÓN DE EDWARDS
El 25 de mayo de 1987, Edwards declaró ante el juez Bottacci.

“Puedo manifestar que el día martes 7 de abril próximo recibí un llamado del Ministro Secretario General de Gobierno, Francisco Cuadra, manifestándome que tenía en su poder, Dinacos, unas fotografías de algunos de los manifestantes que habían causado los serios disturbios en la Eucaristía de Beatificación de Sor Teresa presidido por el Papa que en esos momentos se encontraba en Chile en el Parque O’Higgins. Me dijo además que habían juntado muchas fotografías y videos del acta y habían logrado la identificación de algunos individuos que habrían participado en los serios desórdenes. Posteriormente hablé con el Subsecretario don Claudio Guzmán porque ya se hacía tarde y mandé una reportera a esperar la información que iba a salir en cualquier momento. Como en realidad ese día se hizo demasiado tarde acordé con don Claudio Guzmán esperar hasta el día siguiente para tener la información mas completa”, aseguró Edwards en su testimonio en tribunales.

Agregó que “el día miércoles ocho del señalado mes de nuevo me puse en contacto con don Claudio Guzmán en horas de la noche quien me dio a conocer que la información ya estaba más o menos lista y que tenían fotos de dos de los manifestantes y además una hoja de antecedentes de las mismas personas que estaban siendo buscadas por la policía en esos momentos sin que pudiesen ser habidos hasta ese momento pero que esperaba fuesen ubicados en cualquier momento. Esa noche envié nuevamente a la misma reportera a Dinacos para que esperase la información. En vista de la gravedad de los hechos sucedidos estimé que era de interés público que la información que me había proporcionado Dinacos fuese publicada en el Diario El Mercurio, publicación que se hizo el día nueve de abril”, detalló Edwards.

Luego acotó que “el nombre de la reportera que recogió la información, Jenny del Río, que cubre la sección policial, periodista del señalado diario, y actuó solamente de mensajera”.

Del Río ratificó lo dicho por su empleador y agregó que le entregó los antecedentes recopilados a Agustín Edwards “y luego él me ordenó escribir la información respectiva para que apareciese publicada en la emisión del día siguiente del expresado diario”.

El portavoz del Régimen, Francisco Javier Cuadra, entregó otra versión ante la justicia.

CONTACTOS DIRECTOS CON LA CNI
El 7 de septiembre de 1987, el vocero del Régimen entregó su declaración.

“No recuerdo con exactitud la fecha pero en diversas ocasiones alrededor de esas fechas tuve contactos telefónicos con el señor Edwards y con todos los directores de medios de comunicación en general, ya que era una de las funciones que ordinariamente debía cumplir. Uno de los temas tratados con el Director de El Mercurio y algunos otros directores de periódicos fue precisamente el relacionado con lo ocurrido en el Parque O’Higgins el día tres de Abril del año en curso y esto por la conmoción pública que habían producido. En una de esas conversaciones el señor Edwards me consultó si tenía antecedentes de los participantes de esta manifestación y le respondí que tenía informaciones de que organismos de Investigación incluyendo la Central Nacional de Informaciones y Carabineros de Chile en el sentido de que estaban trabajando sobre la materia en base a fotografías y videos que habían logrado obtener en el acto desarrollado en el Parque O´Higgins. Le agregué que esos mismos organismos me habían expresado que algunas de esas fotografías y videos habían sido obtenidos también de otros medios de información que no puedo precisar. El señor Edwards me señaló que si tenía noticias de importancia sobre esos hechos le avisara con el objeto de publicarlos. Es así como con posterioridad, a raíz de que personeros de la Central Nacional de Informaciones me comunicaron que tenían ya bastante avanzada la investigación y la identificación de algunos de los manifestantes que habrían cometido los desmanes de que se trata, conversé nuevamente con el señor Edwards y en esa ocasión pude deducir que como consecuencia de nuestras primeras conversaciones, el señor Edwards se había conectado por su parte con personas de la CNI y eso lo colegí por los detalles de la propia conversación que sostuvimos”.

Cuadra recalcó que “yo no he proporcionado dato alguno que se refiriese directamente con las personas de los señores Iván Barra y Jorge Jaña, ya que esas informaciones debo entender que obraban exclusivamente en poder de los organismos de seguridad correspondientes. Yo nunca tuve en mi poder información documental u oral de los pormenores mismos de los hechos. En realidad la información detallada llegó a mi conocimiento por la prensa. Debo también señalar que uno o dos días después de esta última conversación con Edwards mi jefe de Gabinete, Francisca Morandé Errázuriz me comunicó que Edwards había llamado a mi oficina solicitando la entrega de todos los antecedentes que obraban en la Secretaría General de Gobierno y ella le había respondido allí, en mi Gabinete, no existían antecedentes documentales, incluyendo fotográficos sobre esta materia”.

Sobre el rol del subsecretario Guzmán, Cuadra aseveró que “me informó que le habían llegado algunas fotografías relacionadas con los hechos o con personas involucradas en ellos por parte de medios de comunicación en general incluyendo posiblemente Dinacos que posee una unidad fotográfica. Claudio Guzmán no me dijo que él hubiese entregado fotografías a los medios de comunicación”.

Guzmán fue más allá y adujo que “respecto de los manifestado por el señor Agustín Edwards Eastman y doña Juana Amelia del Río Román, en cuanto le habría hecho entrega de unas fotografías de algunos manifestantes, puedo informar a usted que ellas correspondían a unas fotos que anteriormente me había entregado el propio señor Edwards y sólo me limité a devolvérselas”.

EL CAREO
El 28 de septiembre de 1987, Edwards y de la Cuadra fueron careados:

AGUSTÍN EDWARDS: Sostengo que según mis recuerdos efectivamente el día martes siete de abril próximo pasado (sic) recibí un llamado suyo, don Francisco, por el cual me comunicaba que usted tenía en su poder, refiriéndose a Dinacos, que dependía de usted, fotografías de algunos de los manifestantes que habían causado los serios disturbios producidos en el Parque O’Higgins el día tres de abril.
FRANCISCO JAVIER CUADRA: No recuerdo con exactitud si fui yo quien lo llamó, don Agustín, pero es posible que si haya ocurrido, como también es posible que esa llamada se hubiera producido ese día y lo digo así porque no estoy absolutamente seguro del día en que se efectuó esa llamada.
EDWARDS: También es efectivo que en esa ocasión usted me dijo que habían reunido muchas fotografías y videos del acto y que habían logrado la identificación de algunos individuos que habían participado en los desórdenes.
CUADRA: Yo señalé solamente que se estaba trabajando en la identificación de algunos individuos que habrían protagonizado los hechos y desmanes del Parque y lo señalé agregando que lo hacía en base a las fotografías y videos que se habían logrado recopilar a esa fecha. Quiero agregar que las conversaciones entre nosotros dos fueron varias, por lo que no puedo precisar con exactitud lo conversado específicamente en cada una de ellas.
EDWARDS: Efectivamente, las conversaciones fueron varias.
CUADRA: Aclarando lo que dije en mi declaración, en el sentido de haber conectado con usted para expresarle que los organismos de investigación correspondientes me habían expresado haber obtenido algunas de esas fotografías y videos pertinentes también de otros medios de información, puedo señalarle don Agustín que efectivamente en aquellos días yo no sólo conversé con usted, sino que con otros medios de comunicación y usted me señaló que si yo tenía noticias de importancia sobre este hecho se las comunicara con el objeto de publicarlas. Y fue por ello que conversé nuevamente con usted en otra ocasión y en esta otra ocasión deduje que como consecuencia de nuestras primeras conversaciones usted ya se había conectado por su parte con personal de la Central Nacional de Informaciones (CNI).
EDWARDS: Es posible lo que usted dice pero debo advertirle don Francisco que normalmente estos episodios causan mucha tensión interna, o sea dentro del diario, por la presión del tiempo. Y tanto es así que no se alcanzó a publicar ese día o el siguiente la información con las fotografías y los detalles del caso.
CUADRA: Puedo también agregarle, don Agustín, que también es efectivo que usted uno o dos días después de la conversación a que me refiero y de la cual deduje que usted ya se había conectado con personal de la CNI, Francisca Morandé me informó que usted había llamado a mi oficina solicitando la entrega de todos los antecedentes que obraban en la Secretaría General de Gobierno y que ella le había respondido a usted que en mi gabinete no existían antecedentes documentales, incluyendo fotográficos, sobre esta materia.
EDWARDS: Yo entiendo que eso ocurrió después de haber aparecido la información y de que estos niños implicados habían negado toda participación diciendo que no habían estado en el Parque ese día.
CUADRA: Yo entiendo lo contrario. Y que esa conversación telefónica con Francisca Morandé usted la sostuvo antes de que apareciesen las fotografías y documentos relacionados con el caso.
EDWARDS: Yo entiendo que fue después de la publicación.
CUADRA: Yo entiendo que no.
EDWARDS: Solamente quiero hacer presente que usted dedujo por lo que habíamos conversado que yo ya me había conectado, o mejor dicho el diario se había conectado con la CNI y otros organismos de seguridad, pero eso no lo conversamos.
CUADRA: Efectivamente yo no he dicho que hubiésemos conversado eso o que usted me lo hubiese dicho. Fui bastante claro al expresar en mi declaración prestada en el tribunal que yo deduje que usted había conversado con determinados organismos de seguridad.

Amonestados, ambos se mantienen en sus dichos.

El 20 de octubre de 1987, Bottacci emitió una orden en “se declara reo y se somete a proceso a Agustín Iván Edmundo Edwards Eastam, como autor de los delitos de calumnias e injurias proferidas por escrito y con publicidad” y se da “orden para la aprehensión del señalado reo Agustín Iván Edmundo Edwards Eastman, bajo apercibimiento de rebeldía”. Al día siguiente, el dueño de El Mercurio ingresó al anexo cárcel Capuchinos, donde estuvo dos horas detenidos. Tuvo que pagar una fianza de $25 mil para salir en libertad.

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