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Opinión

26 de Marzo de 2017

El primer limpiaparabrisas parteado de Lavín

Jean Paul Arenas tiene 32 años y de chico que trabaja en la calle. Comenzó como malabarista, pero con lo que mejor le va es como limpiaparabrisas. Desde los nueve que trabaja en la misma esquina en Las Condes, pero desde el 15 de marzo comenzó a regir una ordenanza contra los limpiavidrios de la comuna que les prohibe trabajar en las calles y él fue la primera víctima de esta medida. Según el alcalde, los vecinos denunciaban sucesivos casos de violencia y “esto pasó a mayores” con el robo de un auto. “Son delincuentes encubiertos de limpiaparabrisas”, dijo. Aquí, Jean Paul defiende el rubro, despotrica contra Lavín y explica la verdadera razón de esta prohibición: “Ahora empezaron con nosotros, después van a echar a los malabaristas, comerciantes ambulantes y así, hasta que no haya nadie en las calles”, asegura.

Raúl Marín Navarrete
Raúl Marín Navarrete
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Está terrible brígido el ambiente. A cada rato tengo que estar aguja por si vienen los de Seguridad Ciudadana a hueviarme. Ese día que me sacaron el parte ni caché cuando venían. Estaba limpiando un auto en Américo Vespucio con Latadía y se pararon tres locos alrededor mío, me hicieron la encerrona y me cagaron. No quise correr porque ahí llaman a los pacos y queda más la cagá, pero son chatos los culiaos. Se creen el cuento de vigilantes y la volá y no te pueden ni detener, pero igual me cargaron con el parte los maricones.

Me dijeron que son como 230 lucas el parte, pero de dónde voy a sacar pa’ pagarles si trabajo limpiando vidrios. Ni con un trabajo apatronado podría, tendría que dar todo un sueldo. Me dijeron que tenía que llorarle al juez, que él podía entender, pero el juez no está ni ahí con uno. Me va a decir que esto ya estaba advertido, que salió en la tele y que cagué nomás.

Todos los que trabajábamos en Las Condes nos hemos tenido que ir saliendo de aquí pa que no nos llenen de partes, si esa no es la mano. Uno quiere trabajar tranquilo y ganarse unas monedas pa llevar pa la casa nomás. Pero el hueón del Lavín no está ni ahí con uno. Quizá cuánto gana el culiao como alcalde, seguro que es arriba del millón. Además, ese loco tiene plata hace rato. Como nunca ha salido presidente hará todo lo posible para aparentar poder. Yo lo considero un viejo resentido. Le está quitando el trabajo a caleta de gente humilde que no le queda otra opción que hacer esto. No tiene ningún brillo.

Yo creo que en Las Condes no hallan de dónde sacar plata y la buscan en nosotros. No sé por qué no se preocupan de los hueones que hacen portonazos en las villas cuicas o de los que se pitean cajeros automáticos, farmacias o bancos. Nos huevean a nosotros que andamos trabajando mientras que hay como cinco locos robando terrible brígido en otros lados. Huevean a los que menos tienen que huevear. Ahora empezaron con nosotros, después van a echar a los malabaristas, comerciantes ambulantes y así, hasta que no haya nadie en las calles. Eso quieren. Lamentablemente pagamos justos por pecadores. Los cabros que se robaron el auto igual la cagaron, eso no se discute, pero perdimos todos. Fue charcha lo que hicieron, pero también es charcha que todos paguemos el pato por la culpa de unos pocos.

Yo siempre he trabajado en la calle. De chico que vengo pa’ acá, como de los 9 años. Antes hacía malabares, pero esto es mejor. Da más monedas. En un día bueno te hací como como 40 o 50 lucas. Hay que trabajar de nueve a nueve sí, pero vale la pena. Con que uno se haga 100 pesos por semáforo es bueno. En diez ya tení una luca y ¿cuántos semáforos hay al día? ¡caleta po! Si pasan autos a cada rato, es lo que más hay.

Además, a uno con el tiempo la gente lo termina conociendo y se genera confianza. A mí en Vespucio con Latadía ya me cachaban y a veces me daban hasta dos lucas por limpiar un vidrio. En todo caso, no iba todos los días, no soy avariento. El problema que tengo ahora es que como me tuve que venir a Bilbao la gente de aquí no me cacha, creen que soy nuevo o que les voy a robar. Y cómo saben lo que pasó en Vespucio, igual andan con susto. Suben el vidrio o no te pescan, pero no importa. Yo no soy mala leche, no les tiro el agua sin permiso. Esa hueá no me gusta. Si me dicen que no, es no nomás. El auto de atrás quizá me diga que sí.

Los problemas aparecen cuando los cabros les tiran el agua sin preguntar. Ahí al toque se arman las peleas, porque se puede bajar el chofer y los cabros que hacen eso igual son choros. Queda la pura cagá, puede pasar cualquier cosa en el semáforo. Yo nunca he tenido una pelea si, trato de ser respetuoso, pero no todos son así. Además, siempre he trabajado solos en las esquinas pa’ ahorrarme ataos. Cuando en las esquinas hay muchos locos la gente se espanta al toque. Creen que les van a hacer algo malo, si igual la gente es temerosa. Por eso uno siempre tiene que andar en la buena y ahorrarse las cosas malas.

Uno como tiene antecedentes igual cuesta caleta pillar un trabajo normal, sólo se consiguen cosas chicas y apatronado, eso es lo penca. Mi señora me dijo que buscara una pega y que esperáramos el 31 de marzo pa’ ir a la muni a pagarlo. No sé cuánto me va a salir, pero voy a llevar unas monedas por si acaso. No cacho qué voy hacer ahora. A veces trabajo apatronado pintando casas o a lo que me llamen, pero los contratistas son más estafadores que la chucha. Los culiaos siempre te cagan con plata. Siempre andan con cuentos, pero voy a tener que hacerla nomás, no me queda otra.

Ojalá saquen esa hueá, si esta pega es buena. Gracias a Dios a mí me ha dado pa’ mis cuatro hijos chicos y pa’ sus cuatro mamás. Uno se asolea caleta aquí, pero al final del día llevai sus monedas pa’ la comida y las cuentas del hogar. Además, hay que aprovechar este último tiempo, porque en invierno esta pega no sirve. Ahí ya nadie paga pa’ que le limpien el parabrisas, la gente espera la lluvia nomás. En esto uno parte como en septiembre, cuando ya hay más solcito, pero en el invierno erai. Ahí ya no pasa na”.

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