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Mundo

26 de Julio de 2017

La extrema doble vida de un ex médico gringo: Drogas, carretes desenfrenados con prostitutas y acusaciones de asalto a un colega

El año 2004 el Instituto Bascom Palmer Eye de la Universidad de Miami alcanzó notoriedad y relevancia nacional cuando fue reconocido como mejor centro especializado de oftalmología de Gringolandia, a través de U.S. nEWS & World Report. Este logro fue alcanzado bajo la dirección del connotado doctor Carmen Puliafito, quien debió renunciar a la UM tres años después tras recibir denuncias por asalto a un colega y por acusaciones de posible acoso sexual. Su historia también estuvo marcada por una doble vida que escondía carretes con prostitutas, consumo de drogas fuertes y golpes a un colega.

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El año 2004 el Instituto Bascom Palmer Eye de la Universidad de Miami alcanzó notoriedad y relevancia nacional cuando fue reconocido como mejor centro especializado de oftalmología de Gringolandia, a través de U.S. nEWS & World Report.

Este logro fue alcanzado bajo la dirección del connotado doctor Carmen Puliafito, quien debió renunciar a la UM tres años después tras recibir denuncias por asalto a un colega y por acusaciones de posible acoso sexual.

Puliafito (66) se caracterizó por tener una carrera exitosa, en la que pudo recaudar fondos clave para la Escuela Keck de Medicina de la Universidad de Southern California, al mismo tiempo que se encargó de dirigir y supervisar a excelentes profesores, médicos y estudiantes de medicina.

Pues bien, en marzo de 2016, el profesional decidió renunciar a su cargo en la USC, dejando de percibir cerca de 1.1 millones anuales, argumentando que quería tener nuevas experiencias.

Lo cierto es que según Los Angeles Time, tras su renuncia se destapó la doble vida extrema que llevaba el hombre, que dicen relación con fiestas desenfrenadas, drogas, prostitutas, entre otras cosas.

De hecho una joven de 21 años sufrió una sobredosis en la habitación de un hotel en la que también estaba presente Puliafito. Pese a encontrar metanfetamina, la policía decidió no mandar a la cárcel a nadie.

De acuerdo al Times, el médico se reunía constantemente con grupos de drogadictos con los que se hacía pebre consumiendo pastillas y fumando pipas de vidrio.

Respecto al caso de asalto y maltrato a un colega, el optometrista del Instituto de Miami, Marc Brockman, demandó a Puliafito por lesiones y asalto, recordando el día en que lo tomó por el cuello de su bata y lo quiso estrangular.

Según consignó Times, el médico la USC lo mantuvo como profesor de oftalmología, instancia en la que atiende pacientes en las clínicas del recinto.

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