El escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias 2015, aseguró este fin de semana que la espiritualidad de su país está relacionada con el béisbol y le duele la decadencia de ese deporte en la isla, donde cada vez menos personas lo juegan. “La espiritualidad cubana tiene una expresión importante a través del béisbol […]
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El escritor cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias 2015, aseguró este fin de semana que la espiritualidad de su país está relacionada con el béisbol y le duele la decadencia de ese deporte en la isla, donde cada vez menos personas lo juegan.
“La espiritualidad cubana tiene una expresión importante a través del béisbol y me duele que en Cuba los jóvenes no quieran jugar pelota sino fútbol”, dijo a Efe el autor, que no esconde su frustración por no haber jugado en la selección cubana.
Padura está en México donde recibió hace dos días el doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México y se dio unos minutos para hablar de béisbol, deporte que sirvió de tema para uno de sus primeros libros, “El alma en el terreno”, escrito en 1989 junto con el periodista Raúl Arce.
“En la identidad de ciudades como Matanzas y La Habana la pelota tiene un papel decisivo, podemos hablar de escritores, pero si nos ponemos a hablar de peloteros habaneros y matanceros y de lo que han significado para los cubanos desde el siglo XIX, veremos una riqueza cultural y es una lástima que se pierda”, asegura.
El narrador, reconocido por la saga del policía literario Mario Conde y por obras como “El hombre que amaba los perros”, “La novela de mi vida” y “Herejes”, asegura tener conocimientos para manejar un equipo y está seguro de haber podido ser un buen jardinero central si hubiera tenido más estatura.
“No crecí mucho y el brazo se me cayó pronto; llegué a jugar serie provincial con jugadores como ‘Monguito’ Cabrera y me hubiera gustado haber sido como Javier Méndez”, dijo al referirse a un elegante jardinero central zurdo del equipo Industriales.
En las novelas de Padura, el personaje Mario Conde es un apasionado al béisbol que suele discutir de pelota y sufre cuando pierden los Industriales, el equipo de La Habana, donde jugaron estrellas como Orlando “Duke” Hernández, Germán Mesa, Agustín Marquetti y muchos otros de los grandes ídolos cubanos del siglo XX.
“Este año me está pasando algo que duele muchísimo pero lo he asumido, quiero que gane Matanzas en vez de Industriales”, dijo al confesar su enojo porque Víctor Mesa, símbolo del béisbol de Villa Clara y enemigo de La Habana en sus tiempos de pelotero, haya sido nombrado para dirigir a los Azules de la capital, lo cual el autor consideró como un disparate.
Padura dijo que lo que está pasando con el béisbol, una baja de interés de los aficionados en muchos lugares, es culpa del béisbol y lamentó que las Grandes Ligas no apoyen como deben el Clásico Mundial, principal competencia por naciones, y obstaculicen que determinados jugadores vistan los uniformes de sus países.
“En ese sentido el fútbol no es menos mercantil, pero lo ha hecho mejor y ha respetado competencias que le dan una visibilidad que no tiene el béisbol”, dijo.
Padura es una de las plumas más respetadas de la literatura hispana en lo que va del siglo XXI, sin embargo sangra por la herida del béisbol y 45 años después aún no perdona a sus compañeros de preuniversitario que lo superaban en el campo de béisbol.
“Yo jugaba los jardines y primera base porque era zurdo; en los “Tigres de Jesús del Monte” tenía un compañero de más de seis pies de estatura y nunca me ponían porque él era mejor. Vive en Miami, es mi amigo, y cada vez que lo veo le digo, ‘coño, Tuero, tu no sabes el odio que yo te tenía porque siempre jugabas tu, no yo'”, asegura.