
Nacional
5 de Marzo de 2019Acompañante del Cangri en el desierto explica por qué no regresó a buscar al ex chico reality
"Yo me separé porque quería caminar, mi intención era calentar mi cuerpo caminando. ‘El viejo es el único que se sabe el camino’, dijo el Cangri. ‘A ese viejo lo van a pasar buscar’, le dije yo. Nosotros necesitábamos otro tipo de ayuda, un ganadero, una camioneta que nos interceptara, una casa”, señaló Sebastián Cornejo, prófugo de la justicia que decidió hablar por segunda vez con el "Bienvenidos" de Canal 13.
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Por segundo día consecutivo, el amigo del Cangri y prófugo de la justicia, Sebastián Cornejo, habló con el “Bienvenidos” de Canal 13 para relatar lo que fueron los últimos minutos del ex chico reality, y de paso, para detallar por qué no regresó a buscarlo cuando ya había encontrado ayuda.
En conversación con dicho matinal, Cornejo recordó que luego de que fueran asaltados por los bolivianos que se encontraban dentro de la camioneta roja, “yo freno, me quedo forcejeando con uno de los bolivianos, el segundo me abre la puerta y seguimos forcejeando”.
Tras ser estafados con el robo del vehículo, afirma que “quedamos los tres ahí, el Cangri se bajó, el Germán estaba orinando. De repente el Cangri me dice, ‘¿qué vamos a hacer?’ (…) Quedamos con lo puesto. Tomamos la decisión de caminar para saber qué pasó. La decisión de seguir la camioneta fue porque ya habíamos avanzado mucho. La sensación nuestra era que era más fácil pillar un pueblo hacia adelante que hacia atrás”.
Añadió que luego de sufrir y soportar la noche y las bajas temperaturas, “los dos estábamos enojados con Germán y aún así nos abrazamos los tres”.
En otros pasajes, relató que al rato después “todo lo que estaba alrededor de nosotros era hielo. Metimos los pies en la arena para no congelarnos. Lo único que queríamos era que amaneciera (…) Yo decido levantarme, levantar al Cangri. Le digo que caminemos para calentar el cuerpo, me dijo que ‘sí’. Yo me levanto, en eso se levanta el Germán, el Cangri un poco más atrás mío y de repente me dice que Germán no está caminando y se devuelve a buscarlo”.
Resaltó que “yo me separé porque quería caminar, mi intención era calentar mi cuerpo caminando. ‘El viejo es el único que se sabe el camino’, dijo el Cangri. ‘A ese viejo lo van a pasar buscar’, le dije yo. Nosotros necesitábamos otro tipo de ayuda, un ganadero, una camioneta que nos interceptara, una casa”.
Aquí enfatiza que “le dije al Cangri que siguiera el camino. Cuando nos distanciamos un poco, yo le silbo, el me silba de vuelta y así nos comunicábamos. Después no escuché más ruido y seguí caminando”.
Al ser consultado por cómo zafó de la muerte, respondió que “tres bolivianos de una empresa me prestaron ayuda. Me llevan en su camioneta a una frontera boliviana y justo aparece una chilena. Llegó a la PDI, le explico que nos habían asaltado, tratando de explicarles los sucesos, y me dicen que estarían locos si me creyeran todo eso, porque es imposible que yo pasara toda una noche y todo el día caminando (…) Nunca me creyeron y sólo me dijeron que tenía una orden de arresto en el tribunal de Concepción”.
Sobre por qué no volvió a ayudar a su amigo Cangri, contestó que para los policías él sólo “era un delincuente con antecedentes”.
“Yo no dejé a nadie botado. Si yo hubiera sido el muerto, a mí nadie me dejó botado. No podía hacer nada. Me esposaron y se acabó, ni siquiera le pude avisar a mi familia”.