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Opinión

11 de Abril de 2019

[COLUMNA] Eliminar cobros en cajas vecinas de Cuenta Rut: un feminismo para enfrentar el deterioro de la vida cotidiana

52% de las usuarias de Cuenta Rut son mujeres, 69% de esas usuarias percibe ingresos menores a 400 mil pesos y el 40% posee alguna deuda vigente en la banca, la misma que, pese a que las mujeres son mejores pagadoras, las castiga con peores tasas de interés.

Camila Rojas
Camila Rojas
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La erradicación de la violencia hacia las mujeres y no depender económicamente de quienes nos violentan son demandas que protagonizan el auge del movimiento feminista. Las mayores desigualdades que se nos imponen: trabajo doméstico no reconocido, sueldos que son hasta un 30% más bajos, trabajos menos seguros y estables, destinados a ser sacrificados por el deber de criar, trabajos feminizados en áreas de servicios y cuidados, que en su mayoría son mal pagados y que redundan en una vejez que genera más mujeres pobres. Una realidad económica que se entrelaza con la violencia naturalizada sobre nuestros cuerpos.

La postergación por otros nos margina y produce dependencia económica y emocional, impidiendo mejoras sustantivas en nuestras condiciones de vida cotidiana. Al ponerle límites a la posibilidad del desarrollo de nuestras vidas, se nos está castigando socialmente.

Esta injusta realidad requiere seguir siendo cuestionada mediante la crítica que abrió el 8M, con la convocatoria más masiva desde el retorno a la democracia: la lucha feminista es también la lucha contra la desigualdad económica. En la escena pública se ligó la huelga feminista y de mujeres con No+AFP, lo que generó reacción por parte del Gobierno y de sectores empresariales, intentando negar que las preocupaciones del movimiento feminista tuvieran que ver con la desigualdad que vive la mayoría de la población, que percibe deterioro en sus condiciones de vida.

Esa mayor desigualdad se negocia por la política en las reformas estructurales del Gobierno que, prescindiendo de las mujeres y del feminismo, buscan seguir impulsando el endeudamiento de toda nuestra vida, incluidos los ámbitos domésticos, como servicios básicos, alimentos, salud, cuidados, educación y vivienda.

Como el Gobierno no ha dado el ancho, el compromiso de nuestra diputación es precisamente enfrentar el deterioro de la vida cotidiana, porque a las mujeres nos pega más fuerte la desigualdad. Por ello nuestra iniciativa feminista del 2019 parte con la presentación de un proyecto que busca eliminar el cobro por giro de la Cuenta Rut, específicamente en las cajas vecinas, ya que ésta es casi el único medio bancario de las mujeres por sus condiciones económicas más precarias.

52% de las usuarias de Cuenta Rut son mujeres, 69% de esas usuarias percibe ingresos menores a 400 mil pesos y el 40% posee alguna deuda vigente en la banca, la misma que, pese a que las mujeres son mejores pagadoras, las castiga con peores tasas de interés. La Caja Vecina, que llega a sectores empobrecidos y rurales a los que no llegan los bancos, se destina a servicios que incluyen giros y depósitos, pago de cuentas, servicios financieros, transferencia entre cuentas Banco Estado, recarga de celulares, pago de contribuciones, pago de bonos para consulta médica en Fonasa. Solo este último servicio generó más de 400 millones de pesos en transacciones.

Se trata de una cuenta que está destinada principalmente a la economía doméstica, mediante la cual se entregan incluso la mayoría de los beneficios sociales del Estado, que castiga económicamente en cada giro y consulta de saldo, empeorando las condiciones de vida de las mujeres y sus familias, es decir, de la mayoría de la población.

Hay quienes creen que el feminismo está encapsulado en “temas de mujeres”. Nosotras creemos que el feminismo cruza a toda la sociedad.

Por Camila Rojas Valderrama

Diputada feminista de Partido Comunes

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