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Opinión

2 de Mayo de 2019

Columna de Boris Yopo, analista internacional: ¿Hay salida a la crisis de Venezuela?

¿Existen posibilidades todavía, para una salida pacífica a la crisis? Tal vez sí. El apoyo chino, ruso y de otros países no es suficiente para recuperar un país casi en la ruina, y el gobierno no tiene hoy la capacidad para “liquidar políticamente” a la oposición, y ésta, a su vez, se ha mostrado incapaz hasta ahora de sacar del poder a Maduro. Es esta realidad fáctica la que podría generar algún espacio para una negociación, pero esto no sucederá sin presión y apoyo internacional. El Grupo de Lima ha perdido credibilidad, porque ha seguido de manera cómplice las políticas de Trump, y ha apoyado en forma incondicional la línea intransigente opositora, lo que dificulta mucho su condición de interlocutor válido.

Boris Yopo H
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*Boris Yopo H. / Sociólogo y Analista Internacional.

Hasta ahora, la grave crisis que afecta a Venezuela, ha sido un juego de “suma cero”. Hace ya 100 días que la oposición encabezada por Juan Guaidó busca forzar la salida de Nicolás Maduro, sin éxito por ahora, pese a haber anunciado ya varias veces, que esta era su “hora final”. El gobierno por su parte, apuesta por un desgaste de la movilización opositora que haga de Guaidó un líder irrelevante, después de los varios fracasos desde la desastrosa “Operación Cúcuta” de febrero pasado. La oposición se ha negado hasta ahora a negociar, porque creen estar ante una oportunidad única de sacar a Maduro, y porque estiman que las negociaciones son un “oxígeno de tiempo” a un régimen que, en definitiva, no está dispuesto a entregar el poder.

Y efectivamente, nunca como ahora se habían dado, lo que teóricamente son las condiciones ideales para desplazar a Maduro y su gente: una gravísima crisis económica y social, la consecuente pérdida de adhesión de un régimen que fue por años mayoritario en ese país, y el auge de gobiernos de derecha y ultraderecha en toda la región, que están respaldando de manera activa los planes opositores en esta coyuntura. Las sanciones impuestas por la Administración Trump están, en este sentido, comenzando a afectar de manera severa a la población, y la apuesta es que la desesperación de la gente conduzca a un alzamiento de tal envergadura, que lleve a los altos mandos de las FF.AA a propiciar un cambio de régimen, y a reconocer al autoproclamado “presidente encargado”.

Y hasta ahora han probado todo: movilizaciones masivas, sanciones políticas y económicas, probables actos de sabotaje, aislamiento internacional, amenazas de bloqueos e intervención, pero nada ha resultado. El último intento fue la llamada “Operación Libertad” que liberó al opositor Leopoldo Sánchez y que, según fuentes de la inteligencia norteamericana, iba a provocar el quiebre final en los altos mandos de las FF.AA. Pero tampoco sucedió. Sólo el jefe de los servicios de inteligencia desertó, pero la totalidad de los más altos oficiales declaró públicamente su adhesión a Maduro. Lo que está más que claro, a estas alturas, es que el poder radica en las instituciones militares y que son ellas las que en definitiva decidirán el curso de los próximos acontecimientos.

Las amenazas abiertas del Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, al Ministro de Defensa, al Jefe de la Guardia Presidencial, y al Presidente del Tribunal Suprem – lo que fue de una torpeza infinita, porque nadie deserta cuando es expuesto- obtuvieron la respuesta de Padrino López (Ministro de Defensa) de una categórica descalificación a toda la acción opositor y su lealtad (por ahora) a Maduro ¿Porqué las FF.AA siguen adhiriendo al proyecto chavista ? Porque, en buena medida, son ellas las que a estas alturas manejan el país, tienen muchos intereses comprometidos, temen las persecuciones y enjuiciamientos en caso de cambio de régimen, y también porque muchos han sido socializados y creen en el proyecto chavista. Y porque la torpe y prepotente política de Trump, lo único que hace es alentar el nacionalismo en el alto estamento militar.

¿Existen posibilidades todavía, para una salida pacífica a la crisis? Tal vez sí. El apoyo chino, ruso y de otros países no es suficiente para recuperar un país casi en la ruina, y el gobierno no tiene hoy la capacidad para “liquidar políticamente” a la oposición, y ésta, a su vez, se ha mostrado incapaz hasta ahora de sacar del poder a Maduro. Es esta realidad fáctica la que podría generar algún espacio para una negociación, pero esto no sucederá sin presión y apoyo internacional. El Grupo de Lima ha perdido credibilidad, porque ha seguido de manera cómplice las políticas de Trump, y ha apoyado en forma incondicional la línea intransigente opositora, lo que dificulta mucho su condición de interlocutor válido.

Pero la ONU, el Grupo de Contacto, y el de Montevideo podrían jugar un rol clave en este nuevo escenario. El punto de partida para una negociación exitosa, eso sí, es que ninguna de las partes pueda imponer demandas que constituyan una virtual “rendición incondicional” de la otra. Difícil, pero no imposible. Si hay acuerdo, lo más probable es que veamos un período de transición, donde el chavismo seguirá con cuotas de poder importantes. Pero ello es mejor que la guerra, la intervención externa, la consolidación de una dictadura, o la completa derrota de un sector sobre otro, que sólo trae a la larga acciones de venganza y revanchismo.

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