Mario Guillermo Desbordes Jiménez (50) es católico y masón. Está a favor de la adopción homoparental, de la legalización de la marihuana y de la ley de identidad de género, pero en contra de todas las formas de aborto, incluidas las tres causales. Estudió en un liceo con número, fue carabinero, estudió en la universidad vespertina e inició su vida política desde las bases en un partido que en esa época era más dado a apellidos vinosos. Admirador de Reagan y Obama tanto como de Balmaceda y de “don Arturo Alessandri, con todos sus defectos y virtudes”, hoy preside RN, acaso el partido más influyente de Chile, cuyo centro está, según afirma, en ser el partido de la clase media, a la que dice representar él y su familia. En esta entrevista recorremos historias de los selknams, recuerdos de Navidad, historias de pacos, los tiempos mejores, el mapa de la derecha chilena y los grupos de WhatsApp del Presidente. Al final dirá que está cansado de demostrar, de sentirse permanentemente a prueba en desmedro de “otros que tuvieron la suerte de nacer con la posibilidad de que se asuma que son todo lo bueno que uno quiere para el mundo mundial”. Aún así, no se achica: “Estoy acá porque me la puedo, porque me creo el cuento, porque creo honestamente y sin falsa modestia, que en este minuto la persona adecuada para conducir Renovación soy yo”. Acá, una asomadita a la historia de un poderoso encubierto.