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Entrevistas

14 de Septiembre de 2019

Chris Fetterman: Un gringo malo para la talla

Gentileza Chris Fetterman

Christian Fetterman vive hace seis años en Chile, está impregnado del acento y la cultura chilena, sueña con convertirse en un gran comediante y está dando todo para lograrlo.

Por

Por Miguel Ángel Martínez (*)

La cita es en el Prosit de Plaza Italia. Christian viene corriendo de su trabajo como guía turístico. Se ve agitado. Luce un uniforme que consta de un chaleco blanco con rayas rojas que dice Wally, un buzo negro y zapatillas deportivas. Físicamente, luce como un gringo promedio: pelo claro, ojos claros y mide cerca de un metro noventa.

Oriundo de Pennsylvania, Estados Unidos, Fetterman arribó a Chile hace seis años en busca de nuevas experiencias y de conocer una nueva cultura. Actualmente, trabaja dando visitas guiadas en inglés y español, mientras persigue su sueño de dedicarse por completo a la comedia.

Desde el primer momento, el ambiente fue espontáneo, fluido y fresco. Chris se maneja al revés y al derecho con el español chileno. El garzón se acerca a nuestra mesa. Chris pide un churrasco italiano, un té y agua mineral sin gas.

¿Cómo fue tu primer acercamiento con Chile?

-Fue con un vecino, Carlos Rodríguez. Él había sido poeta y tenía 80 años. Era un huevón muy excéntrico. Siempre me saludó y cuando yo tenía 19, fui a tocar su puerta para hablar, a ver qué me decía. Me invitó a jugar ajedrez y era muy chistoso. Se destacaba por ser muy estructurado y orgulloso de las cosas que hacía. Me mostraba su poesía y me contaba que había conocido a Neruda. Me refiero a él como mi padrino, aunque mis padres me retan, porque tengo un padrino real y no es Carlos.

¿Por qué decidiste venirte a vivir acá?

-A los 21 años, quise aprender español e hice algunos cursos pequeños en la universidad. Después, viajé a España y me quedé en Sevilla con una familia. Yo les enseñaba inglés y ellos me enseñaban español, así podía vivir gratis ahí. Después, elegí venir a Chile para dar un paso fuera de mi zona de confort y llegué a Los Andes, donde comencé a hacer clases en un colegio. Luego, fui a Viña del Mar y trabajé en el Mackay School. Me demoré tres años en aprender español fluido.

LEJOS DE CASA

¿Qué fue lo que más te costó en Chile? 

-Estar lejos de mi familia y la manera de ser de los chilenos, sobretodo porque dicen todo de manera indirecta. Cuando me estaba quedando en Los Andes, mi mamá chilena, como le digo yo, me dijo: “Oye, se te quedó tirado un calcetín”, después entendí que quería decirme que era un huevón desordenado.

¿Qué opinan tus padres de que hayas venido?

-Tenían miedo. Les costó mucho al principio. Me decían que iba a dejar a una chica embarazada. Después se calmaron. De hecho, ahora nos llevamos mejor.

HACER COMEDIA

“Antes de llegar a Chile, yo era animador de fiestas de niños, pero nadie me contrató, así que hice lo que hacen todos los gringos fracasados y vine a Chile a ser profesor de inglés”. Así parte la rutina de Chris, quien hace tres años se atrevió a saltar al escenario y compartir sus experiencias y energía con el público chileno.

¿Cómo partiste con la comedia?

-En el colegio, haciendo stand up comedy. Me presenté seis veces y me fue bien dos. Siempre me gustó el arte. Después, volví a intentarlo en la universidad, con un grupo que se llamaba Second floor stand up. Conocí a esos huevones y ahora todos ellos son comediantes profesionales en Estados Unidos. Nos vemos una vez al año, cuando voy a Nueva York.

¿En Chile cómo lo hiciste?

-Partí hace tres años, cuando un grupo llamado The Chistolas me invitó a contar chistes en inglés. Yo los había visto y eran súper chistosos. Yo tenía mucho miedo y no sabía si lo podría hacer. Dije: “Si yo pudiera hacer lo mismo, sería tan bacán”. Después de pensarlo, decidí que me gustaría intentar. Fui al escenario y me fue súper bien.

Alejandro Venegas, colega y compañero de Fetterman en The Chistolas,  describe a Chris como una persona muy creativa a la hora de inventar cosas graciosas. Destaca principalmente su personaje del gringo flaite, porque es un concepto que a nadie se le había ocurrido antes y dice que es muy ingenioso y simpático.

Christian ha participado en diferentes shows en televisión, como “La Huincha” de TVN y “Mentiras Verdaderas” de La Red, además de acumular 40 mil seguidores en su cuenta de Instagram y más de 100 mil reproducciones en Youtube.

¿Cuándo consideras que empezaste a ser más conocido?

-Fue hace menos de un año, cuando llegué a Mucho Gusto. Yo estaba trotando y vi a Joaquín Méndez y a Karol Dance entrevistando gente en la calle.  Voy a jugar con ellos, pensé. Llegué como un gringo muy tonto y mientras estaban esperando salir al aire, les dije que quería aparecer en el show. Después, mientras me entrevistaban, tomé el micrófono y dije: “Quiero mandar un saludo a toda la gente y al mejor cantante de Chile: Lucho Jara”. Fui directo a mi guión y me puse a cantar “Ámame”. Me robé el show durante cinco minutos. Después me invitaron al estudio y cociné con Lucho Jara.

¿Cómo fue esa experiencia?

-Increíble. Yo no esperaba nada, era un día normal. Yo quería seguir trotando y me dijeron: “Ven al estudio, gringo”. Yo quería hacer mis huevás, tiré mis chistes y la pasé bien. Todo pasó de repente y fue una sorpresa muy bonita. De todos modos, me sentí más orgulloso de que compartieran mis videos en algunas páginas de memes populares, que aparecer en la televisión chilena, que es una mierda.

Últimamente has colaborado con Murdock ¿cómo ha sido eso?

-Durante mi actuación en Mentiras Verdaderas, él me interrumpió con un chiste sobre venderme paltas. Cuando terminamos, fumamos un cigarro y empezamos a tirar la talla, intercambiamos números y a los dos meses nos juntamos a tomar chelas. Con Murdock primero somos amigos y después, colegas. Me ha ayudado mucho. Estamos pensando en hacer un video, que será una canción tipo “High school musical”, pero del dictador chileno (Pinochet), donde yo digo: “Chile es un país muy bonito, pareciera que nada malo ha pasado aquí” y él me comienza a cantar una canción.

¿Qué comediantes chilenos te gustan?

-Altoyoyo, Ignacio Socías, Lucas Espinoza. Me encantan los sketch. 

¿Consideras que el público chileno es exigente con el humor?

-Sí. Son muy rápidos para considerar algo fome. No faltan el huevón que después se te acerca y te dice: “No estuvo tan bueno, pero tenís potencial. Tenís que juntarte conmigo, yo te voy a mostrar cómo son las cosas en Chile”-, dice imitando el acento chileno. 

¿Consideras que es posible vivir de la comedia?

-Es difícil llegar a ser un comediante conocido y que te paguen en Chile. Son mano de guagua. Trabajé con productores y cortaban mucho del queque. Algunos me decían que me preocupara de los chistes y me llamaban después para decirme que me habían depositado y eran como treinta lucas. Te cagan. Uno sabe cómo funciona el juego.

Francisco Gómez, colega de Christian, define el humor del norteamericano como absurdo, experimental y afirma que el joven actualmente está en búsqueda de su estilo. “Siempre hace todo lo que dice y es perseverante con sus ideas. Si tiene que ir a comprar algo muy lejos para complementar su show, lo hace. Es alguien constante y eso es lo que lo más rescatable de él”, relata el humorista oriundo de Quilpué.

GRINGO TONTO, NORMAL Y FLAITE

¿Podrías hablar a grandes rasgos de tu rutina?

-Generalmente parto con el gringo tonto, tirando chistes fomes, preguntando cómo están (exagera su acento extranjero), sigo con el gringo normal y termino con el gringo flaite.

¿Te gustaría llegar a un festival como el de Viña del Mar?

-Me encantaría, pero he visto el proceso para llegar a eso y es difícil. Creo que puedo llegar mejor al público chileno a través de los videos. Pero si fuese a un festival, apostaría por chistes masivos, por ejemplo, el palo de Pinilla. Mi humor no es de ese estilo, es más de nicho. Por ahora, estoy haciendo huevás masivas, pero cuando tengo más público voy hacer algo muy extraño, porque no me veo haciendo cinco años lo mismo. 

¿Hasta cuándo planeas quedarte?

-Voy a hacer todo lo posible y lo voy a dejar todo en la pista durante un año medio más y luego me voy a otro país.

¿Y si te va bien?

-Quizás un poco más, pero no más de tres años. Me gustaría recorrer Chile haciendo shows de stand up y así conocer la Patagonia y otros lugares con todo pagado, sin pensar en el dinero.

¿Cuáles son tus próximos desafíos?

-Hacer música de parodia, pegajosa, que los niños en el sur de Chile canten en el recreo. También me gustaría hacer un video viral, que salga en las noticias y la sociedad chilena tenga que decidir si es que fue de mal gusto o no, algo que esté al borde de lo correcto, solo para reírme de los huevones. 

(*) Este trabajo forma parte de una serie elaborada por alumnos del ramo Entrevista dictado por Alejandra Matus en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.

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#comedia#comediante#humor

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