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Entrevistas

19 de Septiembre de 2019

Simón Espinosa: De “volao” a CEO

Pascual Espinosa

Gerente General de una empresa que facturará cerca de un millón de dólares este año, periodista trilingüe, escritor de un libro éxito en ventas y con dos más por publicar, Simón Espinosa relata cómo la marihuana ha sido parte de su vida, hasta transformarse en la musa de su trabajo creativo. Dice que no le dará vergüenza decirle a su hijo que fuma pito. “Ser político y ser corrupto ¡Eso me daría vergüenza!”.

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“Que me espere”, con tono ocupado, pero relajado le dice Simón Espinosa (30) al secretario que me recibe en su oficina ubicada en Tobalaba frente al Costanera Center. Desde la sala de reuniones en la que su secretario me deja, alcanzo a ver a Simón en su escritorio de CEO. Escribe correos en una oficina colorida, llena de bongs y gente, con la que, asegura, trabaja como si fuesen hermanos. Me llama la atención algo: es la primera vez que me encuentro en una sala de reuniones en la que hay tres consolas de videojuegos. Trabajar aquí no es sufrimiento.

El sol de invierno pintaba de luz la oficina de En Volá, la agencia creativa de contenidos digitales creada por Simón y sus hermanos Pascual y Joaquín, en mayo de 2013. 

Luego de unos minutos de espera, Simón entra rápidamente, con ropa casual y ojeras un poco acentuadas, y se sienta frente a mí para iniciar la entrevista.

Familia Dialogante

Nació en Santiago y vivió hasta los 21 años en la comuna de San Bernardo, junto a sus cuatro hermanos -dos mujeres y dos hombres- y a sus padres. “Son una familia buena onda”, dice y afirma que se lleva muy bien con ellos. “Trabajo con mis dos hermanos y veo caleta a mis papas. Somos bien achoclonados y vivimos con todas las disfuncionalidades que tienen las familias normales. Son una familia buena onda”, agrega.

En su núcleo familiar siempre el diálogo y la comunicación primaron sobre cualquier problema que pudiese haber. Las drogas nunca fueron un punto de conflicto en la relación con sus padres. “No son personas hipócritas. Hablábamos y siempre me daban la confianza para saber que podía hablar con ellos acerca del tema”, relata.

Simón pudo formar su propia capacidad de decisión desde muy pequeño. Esto no le daba pie para un libre albedrío completo tampoco. “No me dieron permiso para fumar pito siendo menor de edad, pero cumplida mi mayoría de edad, y de manera consensuada, me dieron la libertad de poder decidir lo que yo estimara conveniente respecto al consumo de marihuana”. 

Simón se fue en volá

A Simón le gusta fumar pito, le gusta escribir, y le gusta vivir el presente. Luego de dos años de estudiar sociología en la Universidad Alberto Hurtado, comenzó a estudiar periodismo en la Universidad del Desarrollo, carrera de la que se tituló en 2014, luego de 5 años. “No, nunca”, me responde la pregunta de si alguna vez imaginó a donde llegaría la marca En Volá.

“Siempre me ha gustado escribir. Es lo que me apasiona realmente y alrededor de eso ocurrió el surgimiento de la marca”, revela. 

Todo partió escribiendo chistes. Con sus hermanos acostumbraban fumar pito como algo casual, se reían mucho, y surgían “chistes de volaos” que Simón redactaba en frases cortas, rápidas y simples. Un amigo le dijo que ese material era chistoso, y le dio la idea de compartirlo en un blog. Simón empezó a subir sus chistes en Tumblr, y los seguidores de su contenido no tardaron en aparecer. Personas que también fumaban pito entendían las referencias. Simón no estaba tan solo. En ese momento supo que podía crear una comunidad.

El proyecto fue desarrollándose poco a poco hasta que Simón, junto a Benito Espinosa y Lucas Espinoza, comediantes nacionales, comenzaron a grabar videos que subían a Youtube en donde reseñaban bongs, pipas o moledores de marihuana. El formato era interesante. La gente veía a tres amigos fumar marihuana en diferentes productos y formatos. Alrededor de 20 minutos donde hacían sketches, surgían chistes en el momento, y lo que resultó ser su mejor acierto: generaron una conexión genuina con las personas que visitaban su contenido. Simón nunca esperó todo lo que iba a conseguir.

“¿Tu erí el huevón de En Volá?”. Eso le dijo la primera persona que lo reconoció en la calle por su contenido. “Fue bacán, porque fue muy buena onda. Hasta el día de hoy es bacán, porque siempre pensé que mi fama iría acompañada de mala onda”, afirma. 

El consumo de marihuana sigue produciendo anticuerpos en un sector de la sociedad. Simón confiesa que para él es importante no sentirse como un delincuente por fumarse un pito. Confía en el diálogo y en  “mostrar, desde el respeto, realidades que no se condicen con el imaginario sobre los consumidores de cannabis que tienen algunas personas”. 

La marihuana antes tenía un estigma delictual mucho más acentuado que en el presente. Antes de las risas y los chistes, Simón fue detenido por carabineros varias veces. Durante su adolescencia, antes de plantar él mismo sus matas, clandestinamente, compraba en la calle a dealers poco confiables. “Era una mierda. Sigue siendo una mierda comprar marihuana”, dice.

Fumarse los estigmas

“Los estigmas son hueones. No te podis hacer cargo de hueones, hueones”. Simón ya está cansado de explicarle a personas agresivas que no empatizan con su forma de vida. Sorteó la barrera de la aprobación social hace mucho tiempo. Antes le atemorizaba tener que cumplir con estándares e ideales culturales que no le hacían sentido desde su individualidad. “Uno tiene que hacer las cosas que le hacen sentido a uno. Es de lo único que te puedes agarrar al final del día para que no te coma el abismo de la existencia, cuando no le encuentras el sentido a tu vida”. 

Frente a la ignorancia de las personas, cree que el único camino posible es “hacer, hacer, hacer”. Para él, sus logros y resultados hablan por sí solos.

¿Qué crees respecto a que el uso de la marihuana como evasión sea evaluado socialmente como algo negativo per se?

-Para mí pienso: ¿Y qué tanta hueá? ¿Por qué la gente se droga? ¿Porque es fácil la vida? No poh hueón, porque estai hasta el pico y quieres tomarte una chela, fumarte un pito, salir, viajar, tener vacaciones. Microvacaciones, eso es un pito a veces. Mientras no molestes a nadie, ¿por qué fumarse un pito para descansar un rato es algo malo? El uso del alcohol en la sociedad está mega naturalizado y tiene un efecto hiper nocivo que decanta en miles de muertes en todo el mundo.

La ansiedad y una buena relación con los pitos

La ansiedad es el enemigo de miles de personas mundialmente. Simón confiesa que ha sido su gran lucha durante toda su vida. “Es el peor de los monstruos. Eres tú contra ti”. No ha tenido buenas experiencias las veces que ha asistido a terapias sicológicas. “Lo que me funciona es hacer mucho deporte y carretear poco”.

Recién cuando cumplió 30, dice, logró comprender el funcionamiento de su mente. Sabe que no todo puede estar bajo su dominio, y el querer conseguir ese objetivo para sentirse mejor puede ser aún más contraproducente. Él solo se preocupa de las variables que están dentro de su espacio de control.

¿No tienes problemas para dormir?

-Tomo Cannabidiol (CBD), el componente no psicoactivo de la marihuana relacionado a la reducción de dolores y la ansiedad. Me ayuda caleta a dormir. Podría dormir sin ellas, pero esas gotitas son mágicas. No sueño eso sí. Hecho de menos los sueños, eran re locos.

¿En algún punto en tu vida has tenido problemas de consumo de marihuana?

-Sí, totalmente. Cuando fui papá, en ocasiones me ponía nervioso y fumaba pito. Los pitos que fumaba tenían mucho THC, que es un ansiógeno, no un ansiolítico. Tuve mucha ansiedad en ese periodo. Me hizo muy mal y tuve que parar de fumar. Me decía: “Soy papá, no quiero sentirme como que estuviera al borde de una crisis de pánico todo el rato, por fumarme un pito”. Ahí me chanté. En mi caso personal, durante tiempos difíciles no me hace bien consumir marihuana. Fumo cuando me siento bien y estoy tranquilo. No para solucionar problemas. El fumar pito nunca le ha solucionado un problema a nadie. 

La marihuana no le ha entregado nada, dice. La creatividad que le permitió generar todo lo que ha conseguido ya estaba en él. Pero la capacidad de darse cuenta de eso, sí se lo ha entregado la marihuana, asegura. “Siempre he sido creativo, desde chico. Solamente que los pitos potencian esa versión de mí. Me gusta mi versión volao, me llevo bien con esa persona”, dice pero admite que cree que no será así por siempre. “Hay que ser lo suficientemente autocrítico y reflexivo para entender cuándo dejar de fumar, si es que uno lo necesita”.

¿Crees que se puede fumar pito y ser productivo? Hay personas que piensan que es imposible.

-Entiendo a donde va tu pregunta, pero esas palabras siempre me llaman la atención. Es decir, ¿qué es lo bueno? ¿es mejor producir más o producir mejor y vivir más? La mayor eficiencia productiva no siempre es indicadora de una mejor calidad de vida. Uno puede ser productivo haciendo cualquier actividad, solamente que fumar pito y poder trabajar bien no le funciona a todo el mundo. No todas las personas trabajan de la misma manera. Algunos funcionan mejor en la mañana, otros mejor en la noche. Yo creo que lo más importante es encontrar lo que a ti te funcione. Si lo que haces no afecta a otras personas y no estas violando alguna ley ¿por qué no?

Simón responde mis preguntas mientras simultáneamente juega con figuras de lego que desarma y vuelve a armar cada vez de manera distinta. 

Papá pitero, papá responsable

Mantener la escuela de sus padres respecto a las drogas, y a cualquier otra interrogante que tenga su hijo en un futuro, parece ser el objetivo a seguir como padre y formador de su hijo de dos años. No sentirá vergüenza al momento de decirle que fuma marihuana. “No creo en que haya que justificarse tanto. Me daría más vergüenza explicarle que maté a alguien o que fui un político y fui corrupto. ¡Eso me daría vergüenza!”

Respecto a la posibilidad de que su hijo sea consumidor cuando crezca, Simón tiene claro lo que hará. No se hace problemas. Le dirá que hace mal hasta cierta edad, que no podrá fumar en su casa y confiará en el raciocinio de su hijo cuando le ofrezcan fumar marihuana fuera de su vista. “Es lo mismo que me dijeron mis papás: al final, ser inteligente en las decisiones que uno toma”. La inteligencia para Simón no es solo ser bueno para los números o las letras, sino ser sensible, entender lo que pasa alrededor tuyo y saber conectar con las demás personas que te rodean. Solo espera que su hijo pueda aprender.

¿Cuál crees que es para ti el siguiente paso como persona?

-Seguir escribiendo, yo creo. Estoy en esto ahora. Ser papá es muy bacán también. Me gustaría mucho ser un buen papá. Espero lograrlo y voy a esforzarme para que así sea. Y en paralelo tratar de sentirme realizado en lo que sea que me vaya llamando. Me puse a tocar de nuevo guitarra, quiero ojalá estar atento al arte cuando llegue. Quiero que llegue a un cuerpo con una buena disposición, a un cuerpo presto. 

¿Cuerpo presto?

-Paul Cézanne decía: “Que la inspiración me pille trabajando”. Creo que el arte funciona así. No es como que uno se despierte un día y diga: “¡Oh! Voy a hacer una escultura”. No poh. Tenís que estar ejerciendo el oficio artístico hasta que te pille la inspiración. Eso para mí puede ser desde estar simplemente guitarreando o estar escribiendo, porque me siento con la mano suelta, porque algún día se te va a ocurrir algo bacán y lo vas a poder transmitir a los demás. Eso creo que es un cuerpo presto. Mantenerme haciendo, haciendo, haciendo, hasta que no pueda más. Después de eso, me muero.

¿No le tienes miedo a la muerte?

-Ahora no, porque pienso que está lejos, después cuando esté cerca me dará todo el miedo que corresponda. He tenido una vida bastante plena y llena de amor y cariño. Si me pasara algo ahora, ya tuve una buena vida. He podido manifestarme. La mayoría de las personas no tiene esa suerte, así que estoy feliz.

(*) Este trabajo forma parte de una serie elaborada por alumnos del ramo Entrevista dictado por Alejandra Matus en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales.

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