“[Estaba] como a dos metros de distancia, con los brazos en alto, mostrándoles que no traía nada, los increpé y les dije: ¡Ayúdenme, ya que te mandaste el cagazo! Le disparaste a mi hermana. Mi hermana está sangrando. ¡Ayúdame, ayúdame por favor!”, relata Ana María Campillai, la hermana.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para embeberlo
Copia y pega este código en tu sitio para embeberlo