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Entrevistas

25 de Octubre de 2021

Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género de la U. de Chile: “Nosotras no hacemos cursos de ‘ideología de género’”

Archivo DIGEN

Por medio de un requerimiento presentado por diputados del Partido Republicano, se le solicitó a las universidades de Chile y de Santiago rendir cuenta sobre cursos, centros, programas y planes de estudio referentes a “ideología de género”. En entrevista con The Clinic, Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género de la U. de Chile, acusa un intento de amedrentamiento. “Si el interés fuera saber, la información está disponible”, señala.

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En julio, los diputados Harry Jürgensen y Cristóbal Urruticoechea, pertenecientes al Partido Republicano, enviaron un oficio a la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago solicitando información referente a los cursos, centros, programas y planes de estudio sobre género, feminismo y diversidades impartidos en ambas casas de estudio. Sin embargo, dicho requerimiento, del que se conoció recién esta semana, incluía el concepto “ideología de género”, una expresión que causó el rechazo por parte de académicos y unidades pertenecientes a la U. de Chile. 

A través de una declaración pública, emitida por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones en conjunto con otras unidades, desde la universidad fueron tajantes en rechazar “toda forma de censura, de vulneración a la libertad de cátedra y restricciones a la plena autonomía universitaria, pues de prosperar impedirían el pensamiento y producción de saberes sin restricciones, condiciones imprescindibles para la generación de conocimiento que aporte a la soberanía y a la emancipación”. Por otra parte, se refirieron a la utilización del concepto “ideología de género” como un intento por “denostar los estudios de los feminismos”. 

En la misma línea, las rectoras y rectores de las 18 universidades del Estado manifestaron en una carta su rechazo a la solicitud argumentando, entre otras cosas, que “en nuestra calidad de universidades públicas y de acuerdo con la legislación que nos rige, guiamos nuestro quehacer por los principios de equidad de género, respeto, tolerancia e inclusión, entre otros, los que debemos respetar, fomentar y garantizar, y que son vinculantes para todos los integrantes de nuestras comunidades”. 

Una situación similar se vivió en el año 2018, cuando a la U. de Chile se le acusó de “adoctrinamiento” por un instructivo para realizar un “aborto seguro”. La información venía incluida en la agenda que entregó la Federación de Estudiantes de la U. de Chile (FECH) a los nuevos alumnos de manera gratuita. El hecho fue ampliamente difundido por redes sociales, donde algunos usuarios criticaron la acción utilizando términos como “adoctrinamiento ideológico” y “activismo político”.

“A nosotras nos llegan muchas consultas sobre políticas de género, temas de acoso sexual y siempre las respondemos sin ningún problema. Pero no habíamos tenido preguntas de este tipo, que tienen otra connotación. Más bien, entendíamos que eran consultas para saber qué es lo que se hace en una universidad pública”, dice Carmen Andrade, directora de la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN) de la Universidad de Chile, organismo que se encarga de impulsar políticas que promuevan la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en la comunidad universitaria. 

Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género
Créditos: Archivo DIGEN

En conversación con The Clinic, la directora de la DIGEN expresó su rechazo a la intención detrás de este requerimiento. Además, acusa que el uso de la expresión “ideología de género” es una muestra de prejuicios e ignorancia en torno a los estudios de género que se imparten no solo en estas universidades, sino que en la gran mayoría de las instituciones. Según Andrade, acciones como esta darían cuenta del pensamiento de un sector conservador que ve al movimiento feminista como una amenaza

-Desde la DIGEN de la U. de Chile, ¿cuál es su respuesta frente al requerimiento presentado por los diputados Jürgensen y Urruticoechea?

-En primer lugar, como universidad estamos desarrollando desde hace varios años un trabajo bien intenso en materia de formación en temas de género y feminismos. La Universidad de Chile, en un proceso bien riguroso, modificó su modelo educativo. Una de las competencias que la universidad va a formar en los estudiantes es, justamente, el conocimiento y compromiso con la igualdad de género y la no discriminación. Somos una universidad pública, estamos cumpliendo nuestra misión. Entonces, no solamente queremos que cada día haya más cursos de género, sino que también nos gustaría que en todas las carreras y en todo el currículum universitario estuviera incorporada la perspectiva de género. Este tipo de solicitudes, lejos de amilanarnos, no nos mueve un pelo. Vamos a continuar porque creemos que estamos haciendo lo correcto. Además, toda esta información es pública. Si alguien tiene interés por saber lo que hacemos, basta con que se meta en la página de la universidad y puede mirar los cursos. Nosotros los difundimos además, porque nos interesa que se sepa y que la gente participe. Por eso que pensamos que el interés es otro y que es, de algún modo, amedrentar. Lo que ha sido bien gratificante para nosotras es que ha habido una cantidad de reacciones públicas en contra de la petición que no esperábamos. Así que lo que logró fue exactamente lo contrario de lo que se pretendía. Si había algún intento de amedrentamiento, lo que genera en nosotros es un mayor compromiso para seguir haciendo bien nuestra pega. Los tiempos de la inquisición ya pasaron

Muestra de conservadurismo

-¿Qué es lo que refleja la utilización del concepto “ideología de género”?

-Los términos en que se pide la información evidencian prejuicios e ignorancia. Una cosa es que pidas información sobre cursos de perspectiva de género y feminismo, pero cuando en la petición se agrega “ideología de género”, obviamente ahí hay un prejuicio, una connotación política, porque el concepto ha sido usado, justamente, por los sectores conservadores para criticar, para deslegitimar los estudios de género. Lo que hay detrás es el prejuicio de que nosotras tenemos escuelas de adoctrinamiento, que adoctrinamos en género. Por supuesto, nosotras no hacemos cursos de “ideología de género”, no se nos pasa por la cabeza. 

“Toda esta información es pública. Si alguien tiene interés por saber lo que hacemos, basta con que se meta en la página de la universidad y puede mirar los cursos. Nosotros los difundimos además, porque nos interesa que se sepa y que la gente participe”.

-El término “ideología de género” ha sido usado en otros países de la región, como Perú, Colombia y Brasil. ¿A qué se debería su uso por parte de los grupos tradicionalmente más conservadores? ¿Qué errores o estereotipos radican en esa expresión?

-En primer lugar, lo que se trata de decir aquí es que el análisis de género no tiene ninguna base teórica, que no corresponde a una perspectiva seria que pueda orientar estudios o docencia, sino que es ideología. En ese sentido, aquí se estaría tratando de adoctrinar a las personas para que cuestionen los roles de género, para que tengan una actitud “subversiva”. Esto tiene que ver justamente con visiones conservadoras que entienden que el cuestionamiento es malo. Y nosotras, por el contrario, estimulamos los cuestionamientos, estimulamos el pensamiento crítico. Tras esta idea de la “ideología de género”, es como que aquí no hay ciencia, sino que es meramente un conjunto de ideas que tratamos de imponer por la vía del adoctrinamiento. Además, lo que se ha visto en varios países es que, a medida que el feminismo va avanzando, muchas veces las reacciones son más agudas y más violentas.

-¿Es necesario instalar un debate como este, considerando los tiempos actuales y la importancia que ha cobrado el feminismo y la perspectiva de género en la sociedad? 

-Yo creo que es súper necesario, porque uno pudiera pensar que estas cosas ya no se dan, que tenemos más conocimiento. Ha habido tanto debate público, entonces uno dice “estas ya son cosas del pasado”. En otras décadas, a nosotras las feministas nos gritaban “feministas” como una ofensa. Era una cosa monstruosa. Uno puede suponer que, a esta altura, esas cosas ya son casi anécdotas. En ese sentido, esta carta muestra que hay sectores que siguen pensando así, que su pensamiento no ha evolucionado para nada. Siguen anclados en viejos prejuicios. A mí me parece que la única manera democrática de enfrentar esto es abriendo los debates y discutiendo, poniendo sobre la mesa todos los prejuicios que hay detrás. Entonces, no me extraña y creo que hay que seguir esta tarea de hacer conciencia, por lo menos para las personas que no saben de estos temas y pueden tener prejuicios. 

https://www.theclinic.cl/2021/10/20/estudio-evidencia-una-mayor-justificacion-del-aborto-en-chile-a-partir-de-la-pandemia/

Educación y perspectiva de género

-La Universidad de Chile es una universidad pública. ¿Considera que por esta razón estaría más expuesta que otras universidades que también tienen en sus mallas estudios de género y feminismo?

-La Cámara, en su rol fiscalizador, le puede pedir cuentas a las instituciones públicas. Desde ese punto de vista, estamos más expuestas, claro. Pero yo creo que también hay una particular animadversión de algunos sectores con la Universidad de Chile. Justamente porque ha sido pionera en este y otros temas. Los primeros centros de estudios de género se crearon en la Universidad de Chile, las primeras catedráticas son de la Universidad de Chile, entonces ha ido marcando una cierta tendencia. Hoy día, afortunadamente no es la única. La gran mayoría de las universidades estamos en la misma, tenemos redes de colaboración. Todas las directoras de género de las distintas universidades nos apoyamos. Acaba de salir una ley que obliga a todas las universidades a tener protocolos de prevención de la violencia. Entonces, hoy hay mucho más avance en el sistema.

“Los términos en que se pide la información evidencian prejuicios e ignorancia. Una cosa es que pidas información sobre cursos de perspectiva de género y feminismo, pero cuando en la petición se agrega “ideología de género”, obviamente ahí hay un prejuicio, una connotación política”

-En su opinión, ¿cuál es el rol que tiene la Universidad de Chile y las instituciones de educación superior en general en la promoción de la igualdad de género? 

-Nosotras creemos que es fundamental. Lo que se ha demostrado es que la educación, en sus distintos niveles, reproduce las pautas tradicionales, los roles, los estereotipos y la desigualdad. Hay un trato diferenciado para hombres y mujeres en el sistema escolar, eso está demostrado. Así como hasta ahora ha sido una institución que ha fortalecido las desigualdades, tiene una tremenda capacidad para modificarlas. El caso de la Universidad de Chile, y no solo el nuestro, es que hemos dicho que si hasta ahora la educación ha sido una palanca de reproducción del sexismo, de la desigualdad y de los estereotipos, trabajemos para que sea exactamente lo contrario. Es mucho lo que la educación puede hacer en cambiar las pautas culturales

Por eso es que algunos se asustan, porque obviamente a quienes defienden el status quo, como son los conservadores, les acomoda que la educación siga siendo lo que ha sido hasta ahora: una reproductora de desigualdades. Y entonces, cuando ven que desde el propio sistema educativo hay voces críticas, instituciones que no quieren seguir haciendo esto, los sostenedores del status quo se aterran, porque saben la potencia que tiene la educación. El pensamiento conservador le tiene terror al pensamiento crítico

-¿Considera que este tipo de actos serían una vulneración a la libertad de cátedra? 

-Yo creo que el pedir información en sí mismo no es una vulneración a la libertad de cátedra. Nosotras entendemos que el acceso a la información es un derecho, esta es información pública, libre. Más bien, es lo que hay detrás. Es una suerte de advertencia, de control. Conociendo la cultura de la universidad, no creo que algún profesor o profesora vaya a dejar de hacer sus cursos de género, sus investigaciones por esto. Pero creo que esa es la intención. Si no estuviéramos tan convencidas de que lo que estamos haciendo es coherente con la misión de la universidad, si no tuviéramos el respaldo irrestricto que tenemos de la rectoría, de las autoridades, si no tuviéramos un movimiento feminista interno en la universidad que reacciona, se moviliza, es posible que en otros lugares se produzca un retroceso. El asustarse, el empezar a pensar que hay riesgos.

“Tras esta idea de la “ideología de género”, es como que aquí no hay ciencia, sino que es meramente un conjunto de ideas que tratamos de imponer por la vía del adoctrinamiento”

Nosotras hemos conversado con colegas de Brasil, a propósito de lo que ocurrió con el gobierno de Bolsonaro. Es impresionante la persecución que ha habido a las personas que desarrollan estudios de género, despidos en las universidades. Incluso, les ponían verdaderos espías en las clases que estaban atentos a lo que ellas decían y luego las acusaban de que estaban “transmitiendo la ideología de género”. Este es un movimiento muy reaccionario y que es mundial

Temor al feminismo

-¿Esa intención que menciona iría de la mano con esta “suerte de inquisición” e intento de censura al que hacen referencia en su comunicado? 

-Sin duda. Nosotras hacemos la distinción entre el legítimo derecho que tiene cualquier ciudadano a pedir información y lo que hay acá, que es una intención amedrentadora y que intenta frenar lo que a mi juicio ya es imparable. Los temas de género se instalaron en las universidades y han ido adquiriendo más importancia. A mí no me cabe duda que lo que pretenden es lograr un efecto en que retrocedamos

-¿Cree que actualmente existe un temor con respecto al feminismo y el movimiento feminista en Chile? 

-Hay personas que tienen muchos prejuicios, que piensan que el feminismo es lo opuesto al machismo. Así como nosotras criticamos la dominación, la violencia en las conductas de los hombres, es como si nosotras quisiéramos hacer lo mismo, pero donde exista la supremacía de las mujeres. Hay mucha gente que todavía cree eso. Todavía quedan vestigios de ese tipo de ignorancias, de prejuicios, y la manera de ir desmantelando eso es con mucha educación. Hay otros que le tienen temor al feminismo porque creen que les va a quitar sus privilegios, y tienen razón. Efectivamente, si nosotras tenemos la búsqueda de la igualdad sustantiva como norte de nuestro trabajo, para que haya igualdad muchos van a perder privilegios y se resisten de distintas maneras. Esas son formas de resistencia también.

Nosotras hacemos la distinción entre el legítimo derecho que tiene cualquier ciudadano a pedir información y lo que hay acá, que es una intención amedrentadora y que intenta frenar lo que a mi juicio ya es imparable.

-Por último, ¿considera que se deberían tomar medidas para evitar este tipo de acciones a futuro? 

-No se me ocurre cómo se podrían evitar, en el sentido de que no quisiera que se entendiera que estamos en contra de cualquier fiscalización. No es que creamos que las universidades somos entes donde nadie nos puede pedir cuentas. Lo que sí creo que no corresponde, es que se usen espacios de poder como el Parlamento para tratar de amedrentar a una universidad pública que está cumpliendo su tarea, que es formar de la mejor manera posible a sus estudiantes. Eso no debiera ocurrir, que uno use su poder para, ahí sí, impulsar su ideología. Se está usando el poder para imponer una ideología.


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