El denominado “oasis” de América Latina -según Sebastián Piñera- entró en un loop de índices socioeconómicos adversos que comenzaron con el Estallido Social y que se acentuaron en Pandemia. El IPC más alto en los últimos 14 años, un desempleo que sigue ensañándose con las mujeres, un déficit habitacional propio del tercer mundo y una inseguridad con delitos cada vez más violentos -2,5 homicidios diarios-, el Presidente más joven de la Historia de Chile asume el mandato en una inquietante contradicción de altas expectativas versus una realidad compleja de gobernar.
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