¿Prohibir la comida callejera?

Comer en la calle a cualquier hora del día ya es un hábito en Santiago y poco se logra correteando a esa pobre señora que vende sánguches de jamón con huevo a la salida del Metro. Hay que estudiar el tema, preguntarle a los que saben y regular. Regular hasta que duela. Pero claro, también hay que tener la voluntad de hacerlo.