El gobierno, aunque comparte muchas de las ideas de la Convención, es otra cosa. Partiendo por el presidente, que vemos todo el tiempo rezando, abrazando niños, leyendo libros, como si más que a presidente postulara a ser un nuevo santo para Chile. Algo que, sin embargo, no se ve falso ni vergonzoso en él porque se ajusta a su carácter.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para embeberlo
Copia y pega este código en tu sitio para embeberlo