Izquierda de matinal

No es el pueblo, o los pocos representantes más vistosos de él, el problema de la Convención. Tampoco son los representantes de los pueblos originarios que han votado, como era de esperar, de acuerdo a sus intereses. Ni menos los pocos trotskistas que nunca escondieron lo que pensaban. El problema de la Convención es la élite. No la vieja élite, sino la nueva.