Llegó a Chile hace 28 años, pero recién en 2015, tras irse a vivir al Macro Campamento Los Arenales de Antofagasta se percató de las grandes dificultades que vivían los migrantes como ella. Desde entonces, inició una cruzada por sus derechos que le valieron, este año, el reconocimiento del INDH. “Uno en su país tiene que reclamar porque es un derecho, pero en un país que no es el tuyo reclamar es un privilegio”, comenta en conversación con The Clinic.
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