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Mundo

21 de Noviembre de 2009

Los Papas y la cocaína

Renato Bernasconi
Renato Bernasconi
Por

POR RENATO BERNASCONI

Lo estoy viendo en Wikipedia con mis propios ojos y no lo puedo creer, tiene que ser un ataque satánico de los hackers, de otro modo no me lo explico. Juzgue usted mismo: el reverendísimo Papa León XIII consumía un tónico llamado Vin Mariani, una mezcla de vino tinto y cocaína. ¿El Papa cocainómano? Es imposible, si no son los hackers es una confabulación capitalista (León XIII fue el impulsor de la encíclica contra la explotación de los pobres, la famosa Rerum Novarum).

Esto se pasa de la raya. Ahora estoy viendo un afiche en que el Papa, muy sonriente y todo vestido de blanco, promociona la mezcla en persona. ¡Qué infamia! Y hay más: según la enciclopedia, León XIII estaba tan entusiasmado con los beneficios del brebaje, que le dio la Medalla de Oro del Vaticano al tipo que lo inventó, un farmacéutico mitad francés mitad italiano llamado Angelo Mariani. Tiene que ser un montaje.

Y el asunto no termina aquí: la enciclopedia dice que también Pío X, el sucesor de León, era un gran consumidor de la bebida. Esto es el colmo de la infamia, una herejía pura y dura. Pío era un santo, de hecho, fue canonizado en 1954, jamás un hombre tan noble pudo ser adicto a la cocaína, los Papas son íntegros, sanos, infalibles, luminosos…

Antes de perder la calma, veamos si el mentado Angelo Mariani existió de verdad. Seguro que es un invento, el nombre me parece sospechoso, lo voy a buscar en Google. “Angelo Mariani nació en Córcega en 1838”… bla, bla, bla… “desarrolló en 1863 una bebida tónica, realizada con vino de Burdeos y extracto de hojas de coca”. Bueno, eso no prueba nada. Mejor sigamos viendo. ¡Santo Dios! Aquí tengo un artículo bastante serio sobre la aparición de celebridades en avisos de publicidad. El autor dice que el primer “rostro” en patrocinar productos fue justamente el Papa, que aparece en varios afiches de la famosa mezcla de vino y cocaína. Y escuche esto: Angelo Mariani juntó varios volúmenes con testimonios de celebridades que tomaban su bebida. Aquí va la lista: los reyes de España, Suecia, Noruega y Serbia, la Reina Victoria y su marido, el Zar Alejandro de Rusia y su mujer, el Príncipe de Gales, el Shah de Persia, dos presidentes de Francia y Estados Unidos (Mckinley y Grant).
También escritores como Julio Verne, Conan Doyle, Ibsen, Dumas (hijo) y Zola felicitaron con entusiasmo a Mariani por los efectos de su bebida. ¡Hasta el gran Thomas Edison la consumía! (y llegó a pensar que el tónico podía liberar a la humanidad de la obligación de dormir).

Ok, me rindo: la caspa del diablo corrió por las venas de dos Papas, es verdad, ¿y qué?, a fin de cuentas, ¿cuánta coca tenía el famoso elixir? Veamos. La receta inicial dice que eran seis miligramos por onza de vino, es decir, un gramo de cocaína alcanzaba para cinco litros. La receta posterior dice siete miligramos. Ni tan suavecito (ojo: la mezcla de cocaína y alcohol genera en el hígado un tercer compuesto llamado etilencoca, que potencia el efecto del alcaloide).

¿Y alguien sabe cuánto le ponía el Papa? ¿Estará ese dato en algún rincón del ciberespacio? Aquí hay pistas: a la famosa Sarah Bernhardt le bastaban sólo unas gotas para recuperar la vitalidad. Y aquí está su santidad. ¡Virgen santa! Aseguran que se tomaba tres vasos diarios y que su petaca, que lo acompañaba para todas partes, era más importante que su equipaje y todo el ejército de asistentes que lo escoltaba. Malditos herejes.

Este Mariani tiene que haber terminado mal, no puede ser que un narcotraficante de su calaña se quede sin castigo. Veamos qué fue de su vida. “Se convirtió en el mayor importador de hojas de coca en Europa y se hizo multimillonario”. Además, “lanzó varios productos al mercado, como el Té de coca y la Pasta de dientes a la coca”. “Fue mecenas de artistas y escritores”. “Resistió la competencia de firmas poderosas como Parke Davis, que producía cocaína para cigarros, pomadas e incluso para una bebida llamada Cordial de Coca”. Está claro que este Mariani tenía un pacto con el diablo.

¿Y sus últimos días? ¿Se hundió finalmente? “El éxito de ventas, así como de prestigio, acompañó a Mariani hasta su muerte, en 1914”. Maldito visionario.

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