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Opinión

2 de Julio de 2011

Tata Barahona: “Este gobierno todo se lo pasa por la raja”

Es autor de la canción “La mejicana”, que la rompe en internet y que cuenta, a chuchada limpia, la historia de una quitada de drogas. Pero 'Tata' Barahona es mucho más que ese tema. Luthier e integrante del grupo medieval Calenda Maia, desde los 80 es un trovador que canta contra los milicos, la injusticia social y el poder.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
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Foto: Cristóbal Olivares

Pedro “Tata” Barahona (39) es el autor de “La mejicana”, conocida también como “Tilacum conchetumare”, una canción que la está rompiendo en youtube y que dice así: “La marihuana me deja los ojos rojos, lorea poh loco/ Qué zarpa conchetumare / Soy flaite y la conchetumare / Y el loco viene así y me dice loco vende un mono / Y yo le dije tai weón, ando con puras manos de 5 pesos loco, ando terrile cargao loco /Y el loco me dice ¿en serio loco?/ Entonce pásala toa conchetumare/ Y el loco saca la media hoja poh loco”.

El tema hasta unas semanas atrás tenía sólo 500 visitas. Como por arte de magia, cuenta Barahona, su canción llegó a manos de productores de una radio que la pusieron al aire. Hoy suma más de 180 mil visitas. “Este tema lo compuse hace como siete años y en todo este tiempo no se había hecho conocido. No sé por qué. Una popularidad inesperada, pero que me tiene contento y con ganas de hacer más cosas”, dice el músico que hace poco sólo era conocido por algunos fanes que siguen sus pasos en el grupo medieval Calenda Maia, donde toca hace 19 años.

En diciembre de 1992, fue invitado por Jorge Matamala, uno de los fundadores del grupo: “Empecé pegando afiches y al año ya estaba tocando. Esa música me abrió un mundo nuevo, el de la luthería, que me permitió confeccionarme mis propios instrumentos y los del grupo. También aprendí a fabricar artesanías en cuero, como bolsos y zapatos, que usamos en nuestras presentaciones”, dice. En Calenda Maia, también da rienda a una faceta más actoral, interpretando roles secundarios y protagónicos en los montajes donde deja de ser el Tata Barahona y pasa a ser Guiraut, como le pusieron sus compañeros en honor al gran poeta y trovador medieval.

COA Y EDAD MEDIA

A “La mejicana” se suman “Cuarto Piso”, “Terrile loco” y “Saludos y llamados”, canciones que también circulan en la web (con las que está preparando un disco) y que destacan por la simpleza de sus letras -sin ninguna chuchada- y por la maestría en la guitarra.

¿Cómo surgen tus temas?
-Por ejemplo, en “La mejicana” simplemente estoy reproduciendo una escena.

¿Y de dónde sacaste esa escena? ¿Fumándote un cuete?
-Sí. Tengo la impresión que en algún momento me habré mirado al espejo y dicho “oh, la marihuana me deja los ojos rojos, poh loco”. Y fue como el chispazo. Nunca recuerdo el momento en qué escribo un tema. Entro en un estado en que una idea se me metió en la cabeza, no la puedo soltar, y tengo que componer. Es casi una obsesión. Mi única convicción al momento de hacerlo es que mis canciones sean reflejo de algo real, concreto, como una especie de crónica de lo que veo.

Como en el tema “Cuarto piso”, donde narras un episodio de violencia en tu edificio…
-Ahí cuento la historia terrible y verdadera de una familia que se golpeaba en un departamento que estaba encima del mío. Escuché esas peleas durante meses. Y era penca. Incluso, llamé a Carabineros cuatro veces y siempre llegaban una hora más tarde, cuando el tipo ya se había cansado de pegarle a su mujer. Entonces, qué hacía, no podía ir a pegarle al hueón. Esa impotencia explotó en esa canción terrible.

¿Qué te parece que la marihuana sea tan perseguida por los más conservadores?
-Estoy a favor del consumo responsable y libre. No tiene ningún sentido estar prohibiendo una planta tan natural como el choclo, que tiene miles de propiedades, por culpa de unos hueones que se les paró decir esto es una droga dura… ¡me cago!

En “La mejicana” hay harto del coa. ¿De dónde viene tu experiencia con ese lenguaje?
-El coa viene de la Edad Media, de mezclar y jugar con las palabras, de usar melodías religiosas y ponerle textos ultra profanos. Los tipos narraban lo que acontecía en su época y gracias a eso sabemos mucho de su historia. De esa época te enterai que ya había curas que tenían esposas por fuera y criaban a la hija como si fuera la criada… El hombre medieval era un hueón que se movía haciendo muchas cosas, ojalá cantando, tocando y contando un cuento… y eso tiene mucho que ver con lo que hago. ¿Por qué rescato ese lenguaje? Porque observo eso. Muchas veces he trabajado en proyectos en lugares marginales, donde los niños se expresan así comúnmente. Los observo e imito como hablan. A veces les hablo en flaite.

¿Y qué te dicen?
-Una vez a un alumno le pedí un tip top para cortar y el hueón me decía “shí, tío”. Y no me la pasaba. Entonces le dije: “loco, pasa la huéa pa acá”. Y el pendejo quedó mirando y otro dijo “no sabía que el tío era de los nosotros”. ¿Cachai?, me sentí tan querido. El coa es más del corazón.

¿Por qué?
-Cuando un loco te dice “culiao, conchetumare, eris güena onda”, eso lo veo como una expresión de afecto, aunque no lo creas, pero en cambio cuando un tipo te dice “este huevón concha de su madre buena onda, pos oye” (pone voz de cuico), no sólo te está sacando la madre, sino que te está poniendo el pie encima… A mí me daría más vergüenza hablar así con la papa en la boca que como flaite.

ESOS CERDOS MILICOS
El “Tata” Barahona descubrió la trova cuando estudiaba en el Liceo Lastarria a mediados de los 80 y escuchaba por primera vez a Violeta y Víctor Jara. Quedó fascinado, vuelto loco: “Víctor Jara era un mártir, un tremendo artista. Su compromiso se me pegó en la frente, cuando lo escuché me nació el odio a los milicos, me hizo sentir que la música tenía que hacerla con contenido y no hacer sólo esas cancioncitas de amor sencillas que no me convencieron nunca”, dice.
Este nuevo descubrimiento musical hizo que dejara de lado la idea de convertirse en un rockero y aprender la guitarra eléctrica como Angus Young de AC/DC. “Soñaba con tocar con máscaras de oxígeno un rocanrol. Este loco se hacía bolsa tocando la guitarra y le tenían que colocar oxígeno para que sobreviva. Eso quería hacer yo”.

¿Qué te atrae del heavy metal?
-Me gusta el rock pesado de Iron Maiden en la etapa de “Number of the Beast”, que es bien melódico y tiene mucho de medieval. Las quintas paralelas que usan tienen mucho que ver con el canto gregoriano. Y eso me atrae. Ahora, yo me siento un lobo rockero en una piel de oveja trovadora.

La dictadura y la represión policial fueron caldo de cultivo para componer sus canciones. Como no tenía derecho a voto, su única posibilidad era hacer canciones contra el tirano. Así nacieron sus primeros temas, siempre en la línea rockera, grosera y frontal que lo caracteriza, como “Los cerdos militares”, tema que le trajo más de un problema con sus compañeros fachos, la mayoría hijos de milicos. “Ese tema dejó la cagada. Hubo desmanes una vez que la toqué en el liceo. Me gané muchos enemigos entre mis compañeros. En esa época no éramos tan brutales como los pendejos de ahora, pero sí hubo momentos de amedrentamiento, nada serio, sino que harta puteada”, dice. Una puteada que aún recuerda es la que le dio un tipo de la aviación que había perdido un 0jo para el Golpe. “El hueón quería sacarme la chucha. Más encima era grande y yo un pendejo chico. Al final no pasó nada”.

En ese contexto escolar se hizo conocido el “Tata” cuando empezó a cantar con su guitarra de palo en las fiestas del liceo, donde invitaban a las niñas del Liceo 7 para escoger al “mino más rico”. En esa época, participó en movimientos estudiantiles democráticos, dice, donde recibió instrucciones para aprender a fabricar bombas molotov. Pero no le sedujo la onda subversiva, sino que adoptó la causa más pacifista. Y la tradujo en canciones.

Da la impresión que ahora cualquiera puede agarrar una guitarra de palo y lanzarse a tocar temas antisistema. Por ejemplo, ¿qué te parece Manuel García?
-No me merece ningún tipo de rechazo. A mí él me gusta. Pero en mi taller de luthier me doy cuenta de eso que dices. Llegan muchos tipos a hacerse una guitarra, pero pocos resisten aserruchar el palo hasta el final. Pero mientras el tipo quiera intentarlo y vivir esa experiencia, todo bien… ahora ¿por qué hay personas que no tienen tanta calidad y destacan más que otras? Es una cosa de marketing.

¿Qué opinas de los movimientos estudiantiles actuales?
-Maravillosos. Ojalá que estos pingüinos dejen la cagada y la dejen en grande, cosa que reviente este sistema de mierda. Esta es una gran espinilla que ha estado mucho tiempo infectada. Y la revolución pingüina sacó un poco de materia, pero esa hueá sigue ahí y hay que reventarla. Que el ministro diga que hay pendejos dejando la cagada, corresponde al 0,05 por ciento y está bien que la dejen porque este sistema es absolutamente violento con nosotros y es una mierda. Entonces, ¿qué se esperan? ¿qué le tiren flores?

¿Has ido a las marchas?
-No he marchado, puta, porque tengo cuatro hijos chicos y no me alcanza el tiempo. Mi hija de 14 años está en toma con el consentimiento absoluto de sus padres. Y ella está por mí luchando. Yo no salgo a la calle desde que murió el dictador. Ahí salí a celebrar.

Ahora con un gobierno de derecha, ¿se te ocurre hacer algún tema?
-Tengo muchas canciones que hablan de esta injusticia, como uno llamado “No le entregues el poder” en virtud de que no asumiera este hueón de Piñera.

¿Y qué dice ese tema?
-(Se pone a cantar) “No le entregues el poder / Ellos pretenden comprarnos, ya nos calcularon precio… / Tras su rostro de bondad / un infierno has de encontrar de seguro. /No le entregues esta paz, no le entregues el poder/ O sus perros hambrientos, sus buitres, sus cerdos/ Vendrán a cogernos de nuevo…/ No le entregues el poder / no le entregues el poder”.

Y lo entregaron, poh.
-Puta, un montón de hueones. Y aquí estamos pagando las consecuencias sin ninguna posibilidad de expresarnos como sociedad. HidroAysén se lo pasan por la raja. Todo se lo pasan por la raja. Este gobierno todo se lo pasa por la raja. Como tienen una Constitución culiá que los ampara, se hacen los hueones, es un chiste.

¿Estamos en un buen momento para la trova?
-Cada tiempo tiene su crisis y como tal debe denunciarse. Primero fueron los milicos, luego la esperanza trunca de una Concertación que se transformó en mamona y negociante, y para terminar este desmoronamiento con la cagada de gobierno que tenemos. Todos los tiempos dejan algo, lo que nos sirve a los trovadores.

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