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Opinión

24 de Agosto de 2012

Las tres formas en que las corporaciones han manipulado la forma en que comemos

Vía Cracked.com En un mundo perfecto, no existirían substitutos de un producto de calidad a un precio de oferta. Pero este no es un mundo perfecto y muchas veces la única diferencia entre la mediocridad y el dominio del mercado consiste en planificar una buena forma de manipular las mentes de los consumidores. Estas son […]

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Vía Cracked.com

En un mundo perfecto, no existirían substitutos de un producto de calidad a un precio de oferta. Pero este no es un mundo perfecto y muchas veces la única diferencia entre la mediocridad y el dominio del mercado consiste en planificar una buena forma de manipular las mentes de los consumidores. Estas son las tres formas en que las grandes corporaciones han manipulado la forma en que comemos:

Engañar a los doctores para decir que el Tocino es un alimento saludable en el desayuno

Esto es algo que probablemente nunca te has preguntado: ¿Por qué algunas comidas son consideradas como “alimentos para el desayuno” (Panqueques, tocino, huevos) y otras no? ¿Qué es lo que tendría de extraño comer panqueques para la cena y Pizza para el desayuno?

Si es que nos aconsejan comer tocino solo para el desayuno, eso no es nada más que una maniobra de Marketing. Cuarenta años atrás, comer tocino en el desayuno era una conducta tan alienígena como comer pan de pascua con palta.

Como las corporaciones manipularon nuestra mente:

Edward Bernays, el relacionador público más influyentes del Siglo XX, recibió una tarea sencilla: vender tocino como pan caliente. Para cambiar la percepción del público de que el tocino era un elemento no saludable, Bernay recurrió a “autoridades externas”. Para ello, organizó un estudio científico en que se recomendaba que la gente tuviera “desayunos pesados”. En ese estudio, Bernay aprovecho de publicitar el tocino y los huevos como “desayunos pesados”.

McDonalds le quita el sentimiento de culpabilidad a pedir más comida

En los años sesenta, la comida chatarra en Estados Unidos era realmente pequeña. Las hamburguesas de esa época eran cuatro veces más pequeñas que las actuales. La filosofía del asunto era la siguiente: vender hamburguesas baratas y chicas, para que la gente quedara hambrienta y pidiera una segunda. Era más rentable vender dos hamburguesas chicas que una sola grande.

Sin embargo, en los setenta Mc Donalds empezó a tener bajas ventas. Entonces se dieron cuenta de que existe un cierto estigma social hacia alguien que pide dos porciones. Es algo así como caer en el pecado de la gula. La nueva táctica sería: ofrecer comida grande y promover “agrandadas” y hamburguesas “aun mas grandes”.

Como las corporaciones manipularon nuestra mente:

El plan consistió en volver normal la idea de comprar comida más grande. Había que poner en el Menú grandes hamburguesas, promover que sean “agrandadas” y cobrar según el tamaño de lo que está pidiendo. Esto se complementaría diciéndole a los cajeros que les ofrezcan los tamaños más grandes y las “agrandadas” a los clientes, enviando el mensaje subconsciente de que “Esta bien comer comida el doble de los recomendada para alguien de tu tamaño. De hecho, preferimos que pidas siempre lo más grande”. Al mismo tiempo en que Mc Donalds comenzó a utilizar está practica, la obesidad creció a nivel mundial.

La invención del “Coffee Break”

Algunos de los que están leyendo este artículo toman más café que agua. Aunque ahora parezca que tomar café es algo inherente a un día laboral, el café no fue siempre tan popular como ahora, en que hay un Starbucks en cada esquina. En los años 50, el café se estaba volviendo algo anticuado. La gente lo consideraba como un refresco de segunda categoría en comparación con las bebidas Cola.

Como las corporaciones manipularon nuestra mente:

Para cambiar esta situación, los emergentes productores de Café, como Colombia, se asociaron con las compañías cafeteras de Estados Unidos formando el “Comité del Café PanAmericano”.

Este comité, gastó 2 millones de dólares anuales (equivalentes a 40 millones actuales) en una campaña para que a los gringos les volviera a gustar el Café. Para conseguir este objetivo, contrataron al psicólogo John B. Watson. El psicólogo se dio cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial, algunas industrias comenzaron a dar a sus empleados un par de minutos libres en cada cambio de turno. Durante estos ratos, los trabajadores se tomaban rápidamente una taza de café para sentirse más despiertos.

Una de las campañas de Marketing más exitosas de la historia

Entonces Watson concibiendo la novedosa idea de asociar al café con la posibilidad de “trabajar menos”. Así fue como comenzaron a salir una serie de propagandas que hablaban del nuevo “Coffee Break”. La estrategia dio resultado y ya en los sesenta, el 80& de las empresas gringas le dieron a sus empleados un pequeño descanso. Y este no se llamó “Cola Break”, “Candy Bar Break” o “Break de lectura”. Simplemente se llamó “Coffee Break”, gracias a una de las campañas de Marketing más ingeniosas de la historia.

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