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Poder

13 de Marzo de 2013

Ni un brillo: Después de tres votaciones, los cardenales todavía no han elegido papa

Después de tres votaciones, dos de ellas realizadas esta mañana, los 115 cardenales electores no han logrado todavía elegir papa y habrá que esperar a las otras dos previstas para esta tarde para saber si en esta segunda jornada del cónclave sale el sucesor de Benedicto XVI. Los cardenales volvieron a encerrarse hoy, miércoles, en […]

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Después de tres votaciones, dos de ellas realizadas esta mañana, los 115 cardenales electores no han logrado todavía elegir papa y habrá que esperar a las otras dos previstas para esta tarde para saber si en esta segunda jornada del cónclave sale el sucesor de Benedicto XVI.

Los cardenales volvieron a encerrarse hoy, miércoles, en la capilla Sixtina a las nueve y media de la mañana (08.30 GMT) para reanudar las votaciones.

Como establece la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, se celebraron dos escrutinios antes del mediodía.

Si en el primero uno de los candidatos hubiera logrado los dos tercios de los votos -es decir 77- la “fumata blanca”, el anuncio al mundo de que ya había papa, se hubiera producido poco después.

Al no ser así, se pasó a la segunda votación, y tal y como establece la normativa vaticana se procedió a quemar los votos de los dos escrutinios a la misma vez y hacer una sola fumata. Y salió negra.

La fumata negra, el anuncio de que aún no hay papa, se produjo a las 11,39 hora local (10.39 GMT), dos horas después del comienzo de la segunda jornada de votaciones.

El humo negro salió por la chimenea durante un buen rato para que, al igual que ayer, no quedasen dudas de que era de ese color.

Tras unos minutos, otra densa humareda negra volvió a salir de la chimenea, creando desconcierto.

Igual que ayer, en el primer día de cónclave, varios miles de fieles y curiosos se congregaron en la plaza de San Pedro, a la espera de ver en directo la deseada “fumata blanca”, la que anuncia al mundo que los más de 1.200 millones de católicos tienen un nuevo líder espiritual.

Lo hicieron desafiando el frío y la lluvia que durante toda la mañana cayó en Roma, pero sabedores de que estaban viviendo un momento histórico.

Algunos, no obstante, mostraron tristeza porque estaban convencido de que ya esta mañana se conocería al sucesor de Benedicto XVI, quien por su parte, según fuentes oficiales vaticanas, está siguiendo el cónclave con las plegarias desde su residencia de Castel Gandolfo

Tras la fumata, los cardenales abandonaron la capilla Sixtina y regresaron a la residencia de Santa Marta, donde se alojan durante el cónclave, para almorzar.

Esta tarde volverán al “Santuario de la teología del cuerpo humano”, como llamó Juan Pablo II a la Sixtina, para proceder a votar.

Están previstas otras dos votaciones y la fumata, si el primer escrutinio da negativo, se espera para alrededor de las siete de la tarde (18.00 GMT).

Durante el almuerzo, los cardenales, procedentes de 50 países, seguirán debatiendo e intercambiando opiniones sobre el candidato ideal para convertirse en el 266 papa de la historia de la Iglesia.

Para ser elegido Papa son necesarios los dos tercios de los votos en todas las votaciones.

Los observadores aseguraron, basándose en lo conocido de anteriores cónclaves, que estas primeras votaciones han servido para “contar” los votos que tiene cada uno y que ya en las próximas horas podrían surgir nuevas candidaturas, apoyadas por los “grandes electores”, es decir los cardenales que pueden influir en otros purpurados.

Sobre cuando habrá “fumata blanca”, los observadores vaticanos están divididos entre los que piensan que entre hoy y mañana ya puede haber nuevo papa y los que aseguran que los tiempos serán más largos, ya que hay una fuerte división entre los cardenales.

De todas formas no parece probable un cónclave muy largo. El portavoz, Federico Lombardi, resaltó en estos días previos que los últimos cónclaves han durado dos, tres o cuatro días, es decir han sido breves.

Un cónclave que durase muchos más días pondría en evidencia -subrayó- “una situación bloqueada, una falta de consenso, y no hay motivos para pensar que se pueda llegar a esa situación”.

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