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Nacional

24 de Abril de 2013

Nuevo manual de DDHH de los pacos enseña a no dar patadas en el poto antes de subir a un detenido a la cuca

El documento de 81 páginas, a una de cuyas copias accedió The Clinic Online, busca que las nuevas generaciones de los verdes eviten burlarse del mundo gay; que abandonen prejuicios como que los mapuches son flojos y buenos para la chupeta, que los niños no tienen derechos y que los inmigrantes son personas de menor categoría. Evitar amenazas a los privados de libertad e incluso califica como algo negativo el impedir que un detenido no pueda acceder al baño. Sobre las protestas, aseguran que para la institución, el “reguardo del derecho de reunión es una tarea de suma importancia”. Sin embargo reconocen que, como carabineros tienen “el desafío complejo de mantener el equilibrio entre los derechos políticos y el orden público”. El papel aguanta todo.

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Hace algunas semanas en las escuela de oficiales y de perfeccionamiento de Carabineros, se presentó la nueva guía académica “derechos humanos aplicables a la función policial” que pretende, al menos para las nuevas generaciones de verdes, impedir que se violen las garantías constitucionales de los detenidos, grupos vulnerables y minorías étnicas, sexuales e inmigrantes y evitar la tortura y tratos degradantes en todas sus formas.

El documento de 81 páginas, a una de cuyas copias accedió The Clinic Online en fuentes de la institución, fue preparado por el abogado Daniel Soto Muñoz y en el se incluyen textos de especialistas en la materia, pero además películas como Blade Runner, Ciudad de Dios, Cara Cortada de Al Pacino y Tropa de Elite, como también el análisis de una cinta sobre tortura a detenidos por terrorismo e incluso la referencia a el llamado caso Paine sobre fusilamientos post golpe militar del 73.

Los nuevos verdes deberán aprender -ojalá de memoria- la vigencia del sistema de protección de los DDHH en el mundo, como también los que rigen en América Latina, no sólo con las leyes de los países respectivos, sino del Sistema Interamericano.

Por ejemplo, el manual les recuerda a los verdes los prejuicios sociales que existen sobre las mujeres, los niños y adolescentes -que carecen de derechos por su inmadurez- y de los pueblos indígenas: que son flojos, propensos a los vicios; los inmigrantes: personas de una categorías distinta, malas costumbres y que le quitan el trabajo a los chilenos; y por último a las minorías sexuales. Sobre estas últimas el prejuicio citado es que se trata de personas “anormales” y que generan conflicto, por ello la recomendación al funcionario es que debe “dar un trato respetuoso e impedir las burlas y tratar a las personas transexuales según el sexo con el que se identifican”.

El manual les prohibe aplicar “torturas, trato inhumano o cruel o denigrante y humillante. En suma, los verdes no pueden privar de libertad a nadie sin orden judicial, ni en lugares insalubres, amenazar con golpear, aludir en un interrogatorio a posibles daños a familiares o amigos del detenido”.

Se agrega a lo anterior que no deben detener prolongadamente en un vehículo, aplicar condiciones ambientales hostiles, privación de acceso a un baño limpio, dar patadas cuando ingresan a un sujeto al “carro celular”.

Asimismo les recuerda el modelo para el uso de la fuerza. Si una persona está cooperando, la fuerza debe ser “verbal”; si manifiesta una resistencia pasiva, nuevamente verbalización o “mandato perentorio”. Si se resiste activamente el hombre de verde deberá aplicar “control físico”. Y si existe agresión activa, es decir el uso de armas no letales, debe utilizar las tácticas “para inhibir agresión”. Y si alguien les dispara, lo obvio.

Otro acápite remite al derecho a reunión y mantenimiento del orden público en las movilizaciones de personas. Y dice: “reguardo del derecho de reunión es una tarea de suma importancia, que Carabineros debe desempeñar en cumplimiento de las obligaciones del Estado de Chile de respetar y garantizar los derechos políticos”.

E insiste: “La libertad de reunión pacífica -o derecho de manifestación- es una facultad que tienen todos los habitantes de la república, inclusive jóvenes y niños, que se deriva de la aplicación de otros derechos, como son los de expresión y de reunión, que están contemplados tanto en el derecho internacional como en el derecho interno chileno”. Sin embargo, reconocen que la institución “tiene el desafío complejo de mantener el equilibrio entre los derechos políticos y el orden público”. El papel aguanta todo.

Lea el manual completo

Manual de DDHH de Carabineros

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