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23 de Diciembre de 2008

“Muñeca”: Pantanosa y tediosa

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El primer largometraje escrito y dirigido por el guionista Sebastián Arrau (conocido por su trabajo en teleseries como “Machos”) tiene varias particularidades. De partida, todo ocurre en un día muy específico, el 15 de enero de 2006, cuando Michelle Bachelet es elegida como la primera Presidenta de la República de Chile. Luego, para seguir con las precisiones aristotélicas de unidad dramática, la acción completa sucede en un solo lugar (la gran casa de una burguesa familia de Santiago) y en ella participan sólo cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres.

Entre estos personajes se dan relaciones básicamente marcadas por el poder y el sexo. Pedro Balmaceda (Benjamín Vicuña) es un joven homosexual de 29 años que ha tenido poquísimas relaciones sexuales y que vive en medio de un constante rollo. Su amigo Emilio (Marcial Tagle), heterosexual, panzón, vividor y machista, lo molesta por su prolongada abstinencia y Pedro acepta todas las bromas pesadas en una actitud sumisa, que de a poco deja entender que siente por Emilio algo más que un buen sentimiento de amistad.

Arrau juega en las primeras escenas con esa ambigüedad y justo cuando el espectador cree que la historia va a derivar hacia una dimensión menos platónica de las pulsiones gay, con toques de comedia picarona entre el cine de Almodóvar y Ozon, aparecen en escena las dos mujeres. Una es Gabriela (la española Ana Fernández), ya en los 40, neurótica y obsesionada con ser mamá a toda costa; la otra es Loli (una llamativa María de los Angeles García), de 17, estudiante secundaria y coquetona, que aporta la frescura en este contexto emocionalmente enrarecido.

La irrupción femenina provoca que “Muñeca” deje en segundo plano los conflictos de Pedro con su sexualidad y gire inesperadamente hacia el tema de la paternidad. Es tal el cambio, que si no fuera por la solvencia del guión, “Muñeca” se vendría prácticamente abajo.

Con los cuatro protagonistas enfrascados en un tira y afloja de si se van a la cama o no (dos para engendrar y los otros dos por el puro gusto), la película entra en un zona pantanosa, a ratos tediosa, que hace evidente la inexperiencia de Arrau a la hora de manejar la dirección y la puesta en escena cinematográfica.

Paulatinamente, de la homosexualidad no queda en “Muñeca” más que el tormento, el conflicto soterrado, la procesión que corre por dentro y que se reprime y se sufre. Del placer carnal entre hombres, fuera de los breves vistazos a una película porno, no se vislumbra ni un besito, y Pedro Balmaceda se convierte así en el primer gay teórico del cine chileno, que dice sentirse atraído por los hombres pero que termina acostándose con una mujer.

¿De qué se trata“Muñeca”,entonces? En realidad, esta es una cinta contra el machismo. De ahí la alusión constante a la elección de Bachelet y la animadversión que la película le tiene a Emilio, el personaje que sale más mal parado. Él es la encarnación del machista recalcitrante, que trata de “maricón” a su amigo a cada rato y anda a medio filo entre el trago y la droga, siempre a la búsqueda de sacar ventajas sexuales con la mujer que se le cruce por delante. Arrau lo zamarrea bastante y no le tiene mayor afecto. Al punto que en la escena final lo condena a un infierno interior que roza lo insoportable. Y si Pedro se siente un poco más libre no es por su eventual futura condición de padre sino por haberse zafado del alcance de este amigo nefasto. Sin duda, esa es la historia que, derechamente y sin rodeos, debió haber contado “Muñeca”.

MUÑECA
Dirección: Sebastián Arrau
Chile, 85 minutos
mayores de 18

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#muñeca#sebastián arrau

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