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25 de Enero de 2009Operación “Alexis”
En el último número de The Clinic viene una estrafalaria columna del ex director del sitio web pinochetista depiertachile.cl Alvaro Puga, quien sostiene que Obama, entre otras cosas, fue engendrado en Cuba, donde su madre había viajado en los 60 para apoyar la revolución. Nuestro columnista Patricio Araya, indignado, nos envió esta columna para desenmascarar a Puga:
“Hice mi seminario para optar al título de periodista sobre la llamada Operación Colombo, el montaje periodístico más siniestro y deleznable de la historia del periodismo chileno, y sin duda, de la historia del periodismo mundial, destinado a justificar la desaparición de 119 personas, quienes tras ser detenidas y torturadas por la DINA, entre los años 1974 y 1975, aparecieron en un listado reproducido por los diarios La Tercera y El Mercurio, como muertos en enfrentamientos ocurridos más allá de nuestras fronteras. ¡Toda una vergüenza! Nunca se verificaron las fuentes, dos supuestas publicaciones, O Día (Curitiba, Brasil) y LEA (Argentina), que sólo “circularon” con el objeto de publicar los nombres de esos 119 chilenos muertos.
Considero que las investigaciones realizadas sobre este caso para dicho seminario de titulación, así como las emprendidas por distintos profesionales de la prensa, lejos de agotarse, cada cierto tiempo vuelven a sorprendernos con nuevos antecedentes, como los aportados esta vez por la periodista Mónica González, en su reportaje “El rol de los medios en la Operación Colombo”, donde se refiere a los procesamientos dictados por el ministro de fuero Víctor Montiglio, en esta causa.
“Pero en la decisión judicial –relata Mónica González– faltan actores: la prensa y el hombre que orquestó la campaña de desinformación, Álvaro Puga”. Y agrega: “En Chile, el hombre encargado de orquestar la difusión de la información relativa a Colombo fue Álvaro Puga. Así lo probó el sumario realizado por el Colegio de Periodistas al recibir los testimonios de los periodistas que redactaron las informaciones de esos días y que dan cuenta de que Puga la entregó en el propio edificio Diego Portales, donde funcionaba la Junta Militar. Por esos días, además de trabajar junto a Pinochet y a Manuel Contreras, Puga escribía columnas en La Segunda, las que firmaba con el seudónimo de Alexis”, cuenta González, quien además asegura que Álvaro Puga todavía utiliza ese seudónimo. (Versión completa de este reportaje en: http://ciperchile.cl/2008/05/29/el-rol-de-los-medios-en-la-operacion-colombo/).
Conviene tener presente que, tanto Álvaro Puga, como “Alexis”, quien firma la nota “La historia secreta de Obama” (publica en The Clinic on line, el jueves 22 de enero), son la misma cosa, aunque resulte imposible saber quién es el Alter Ego en este binomio indisoluble; del mismo modo, es inexplicable que un periodista, cuyas criminales acciones en la Operación Colombo se encuentran acreditas, continúe disfrutando de espacios públicos de expresión, sin tomarse la molestia de aclarar su compleja situación en un episodio tan funesto como éste, sobre todo si está convencido de su inocencia.
El trabajo investigativo de la colega Mónica González, así como el de tantos otros profesionales, que han dedicado parte importante de sus vidas y carreras a desenmascarar a todos los cobardes que orquestaron esta mentira atroz, no debe cesar; por el contrario, es un deber irrenunciable para todo periodista que se considere decente; no sólo por una cuestión de orden moral, sino ético.
“El zorro pierde el pelo, nunca las mañas”, cantaba Raphael. Álvaro “Alexis” Puga, tampoco pierde sus mañas. Lo que hoy está haciendo este antiguo servidor de la dictadura, forma parte de su propia operación de blanqueamiento, y así, como que no quiere la cosa, obtener un pasaporte hacia la impunidad, sobre todo en un país como el nuestro, de memoria frágil.
“Alexis” hoy continúa haciendo lo que mejor sabe: distorsionar los hechos de manera de presentarlos a su acomodo, y tratar de convencer a sus lectores de que él no es más que un inocente, pero fanático pinochetista, cuyo mayor pecado es la adoración que le profesa a ese extinto veterano, y que su mayor debilidad, es ese nacionalismo recalcitrante del que tan orgulloso se siente; fundamentalismo político que no causa más daño que su eterna presencia.
Hoy, Álvaro “Alexis” Puga, puede tomar su pluma –sin que nadie le ponga una pistola en la sien–, y fantasear con ese mundo que antaño lo mimó como un carajo, que compró su precaria moral con un dinero sucio, que lo utilizó como un cobarde que contaba con garantías de seguridad sin contrapeso; y puede, qué duda cabe, escribir una (su) nueva historia sobre la página en blanco que le brinda la desmemoria colectiva.
Pero, eso depende de nosotros, los periodistas que no estamos dispuestos a renunciar, bajo ningún pretexto, al respeto de los derechos humanos, y a la memoria de quienes con su vida pagaron el gusto que hoy nos damos de vivir en un país, que a trastabillones, avanza hacia una democracia que podría darnos la tranquilidad de vivir alguna vez en paz, libre de criminales, como “Alexis”.
Patricio Araya
Periodista