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Mundo

1 de Mayo de 2009

México: Pavlovic se debe estar aburriendo

Por

Por Rodrigo Díaz, nuestro hombre en el D.F.

Vaya a saber uno con qué se entretiene Santiago Pavlovic, pero no me extrañaría que en sus primeras horas en Ciudad de México se estuviera aburriendo como ostra. Hombre curtido en mil batallas, que sabe lo que es oír las balas silbar sobre su cabeza y sentir el olor de la muerte en su nariz, puede que ande algo decepcionado con el espectáculo que ofrece la capital mexicana en estos días.

Y es que contrariamente a lo que creen muchos compatriotas alimentados por una prensa sedienta de morbo, las escenas que se ven por estos lados distan mucho de la tragedia que gran parte del mundo quiere ver. Es cierto que la situación es seria y que hay motivos suficientes para estar más que preocupados, pero el que espere encontrar gente agonizando en las calles, locas carreras de ambulancias, escenas de pánico frente a los hospitales, fosas comunes en los cementerios y nubes tóxicas distintas a la contaminación atmosférica de todos los días se va a llevar una decepción gigantesca. Lejos del ambiente de histeria generalizada que algunos pudieran imaginar, lo que se ve en las calles semivacías de la ciudad es a una población que ha cambiado la paranoia de los primeros días por un lento acostumbramiento a un estado de restricción en el cual lo mejor que puede hacer es quedarse en la casa esperando que pase la emergencia. A la suspensión de clases hasta el 6 de mayo en todas las escuelas y universidades y el cierre de restaurantes, cines, teatros, gimnasios, iglesias, coliseos de lucha libre y todos aquellos lugares que pudieran concentrar a algo parecido a una multitud se ha sumado el feriado decretado por el gobierno hasta el mismo día aprovechando las celebraciones del día del trabajo y de la batalla de Puebla el 5 de mayo. ¿Qué pasará después del 6? Lo que dicen los rumores que circulan a la orden del día es que las restricciones se prorrogarán, porque después de todo no hay ninguna razón para pensar que el virus va a respetar los plazos establecidos por las autoridades de salud. La que hoy en día es con toda seguridad la ciudad más aburrida del mundo parece que va a continuar un rato en ese estatus.
Aunque le pese a alarmistas irresponsables como Guido Girardi, la actual epidemia ha afectado directamente a mucha gente, pero no a millones. Esto no es como un terremoto, una inundación o una guerra civil, donde los efectos se ven a simple vista y una gran parte de la población los sufre directamente. Lo de la influenza porcina es mas bien un ataque silencioso y agazapado, un peligro que está latente pero que no se ve, y que por lo tanto es muy poco televisivo. No dudo en absoluto de la capacidad y seriedad de Pavlovic y su gente, pero les va a costar un mundo poder encontrar imágenes que enganchen a un público que a veces siento quisiera imaginarse a México como una gran colonia de leprosos. Como que la cosa estaba más para Patricia Espejo o Juan Carlos Bodoque, porque la batalla contra la epidemia no se da en la calle, sino en el silencio de los hospitales y en el mundo gris de las oficinas de gobierno. Mal que mal, y a pesar de todo, en México sigue siendo más probable morir en un ajuste de cuentas de narcotraficantes que a causa de un virus invisible.

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