Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Uncategorized

2 de Agosto de 2009

El jingle del momento y la teoría neurológica: Osito Gominola = Gusano cerebral

Por

POR JUAN PABLO ABALO

“A veces la imaginación musical normal se pasa de la raya y se convierte, por así decir, en patológica, como cuando ciertos fragmentos musicales se repiten de manera incesante, hasta enloquecernos, sin parar durante días”; con estas palabras abre el neurólogo Oliver Sacks uno de los capítulos de su más reciente libro, “Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro”. Se trata del capítulo que aborda los “gusanos auditivos”, o “gusanos cerebrales”, como él mismo prefiere llamarlos. ¿Y qué son estos gusanos? Según Sacks, son melodías pegadizas que se abren camino por el oído y la mente para quedarse instaladas en el cerebro durante días, incluso semanas, debido a la repetición sobre las que están construidas tales melodías.


(No vea este video antes de leer el artículo. Y, aun así, hágalo bajo su propia responsabilidad)


Estos gusanos, de quien no hay quien no haya sido víctima, llegado un punto se diluyen -se despegan-, lo que no obsta para que reaparezcan años o décadas después, en el momento menos pensado, en la cabeza. Y esta “ominipresencia de irritantes melodías pegadizas” es un fenómeno más bien moderno, proveniente del bombardeo y la saturación auditiva a los que día a día estamos expuestos, bombardeos que alteran de sobremanera nuestro sistema auditivo y que son “neurológicamente del todo irresistibles”, según Sacks.

Es imposible dar cuenta del enorme número de jingles de lo que sea que existen; más aún cuando la publicidad ha echado mano indiscriminadamente a éstos para instalar en el cerebro de sus potenciales clientes melodías que repiten el nombre de una marca de pasta de dientes o el carrier de tales o cuales empresas de telefonía. Pero sí cabe mencionar como caso paradigmático cuando, hace ya varios años, la canción “Macarena” logró entrometerse con gran éxito a través de sus gusanos en los cerebros de una población mundial considerable. Luego se repitió el fenómeno mundial con “Pluma pluma Gay”, canción de mierda que fue traducida a varios idiomas y que tuvo a medio mundo bailando, tarareando o festinando con una equívoca canción sobre homosexualidad y fiestas.

Y este año, “Osito gominola” marca un éxito sin precedentes en lo que respecta a este tipo de canciones pegajosas de las que no es posible escapar. Traducida a más de diez idiomas y visitada en Youtube por cerca de doscientos millones de personas (toda la población de Brasil), “Osito gominola” va poco a poco gusaneando por los cerebros de los sujetos, colándose en ellos y haciéndolos tararear su espantosa letra: “Yo soy tu gominola/ osito gomi, gomi, gomi/ gomi, gominola…”. La canción, pues, trabaja desde la reiteración de la huevona frase “yo soy tu osito gominola” y sobre una música reiterativa a más no poder (algo dance en versión cuma). Además de la estética de fantasía del videoclip, donde el mismísimo oso repugnante es el que baila, maneja un auto y canta. Pero el oso es una animación; Jûrgen Korduletsch es la mano negra (o verde) que está detrás.

En Chile, “Osito Gominola” ya ha alterado o estimulado el “cerebro” ciertamente diminuto de los “creativos” de la televisión chilena. En efecto, puede verse en el mismo Youtube al gordito Álvarez, ex recluta de Pelotón, quien en su intento de mantenerse a como dé lugar en pantalla hace su propia versión del baile y la canción, “desafiando” -con resultados muy tristes y humillantes- al osito gominola original (¡que es una animación!). Por otra parte, Eduardo Fuentes, periodista de Canal 13, también hace su gracia (o se la hacen a él sus colegas, no queda claro pero da lo mismo): es su cara la que interviene el video original del “osito gominola”, sometiéndose a un chiste más bien penoso transmitido por el programa, también muy penoso, Alfombra Roja.

Pero lo que supera toda suposición es el trabajo creativo que a partir del “osito gominola” hacen en el perverso canal 9, Mega. En las pantallas de dicha estación privada puede verse a uno de los enanos de Morandé con Compañía, junto a un grupo de lindas mujeres, bailando disfrazado de osito defectuoso hasta ser lanzado por los demás de un lado para el otro, como si se tratase de una pelota de esponja, en un acto de humillación máxima con resultados, eso sí, graciosos.

Todos estos chilenos terminan por trasformar esta alteración neurológica, la de los “gusanos cerebrales”, en otra patología cerebral: la de la extrema idiotez, que es harto más complicada y, a diferencia de los gusanos, no se pasa con los días sino que aumenta.

Notas relacionadas