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Opinión

22 de Enero de 2010

Verdad Radical

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Por Luis Molina Vega / Ex precandidato presidencial

Cuando desaparece un gobierno, y para sus mediocres se lee “ya no hay cargos a repartir”, entonces esos mediocres echan al bolsillo su pasado, sus creencias, lo que pretenden ser, y ya no les importa siquiera la vergüenza que les pueda provocar su actuar.
Es la constatación de que lo único, repito, lo único que mantenía la unidad de la Concertación era el poder ‘personal’. Si el poder se necesitara para construir un proyecto político, un sueño nacional, una vida mejor para los ciudadanos, vale; pero por una materialidad, divorciarse unilateralmente de quienes han pregonado una unión ‘fraternal’, demuestra el nivel de descomposición en que estaba y está el oficialismo. No se sabe si esta movida del Parido Radical que pretende acuerdos con un gobierno vencedor, opositor a ellos, prosperará finalmente, pero la intención acusa.
Pongámonos por un momento en el lugar de los Radicales de corazón, y más aún, en todos aquellos seguidores que conforman las bases de cualquier partido político, en las juventudes que ingresan a ellos con la sana intención de mejorar este mundo, aquellos que participan y sostienen a estas cúpulas, que creen en todos sus discursos como los que se mandó José Antonio Gómez en aquellas primarias falsas, y de repente se dan cuenta que era todo una mierda… ay de ellos.
Es esto lo que ha castigado la ciudadanía. Esta manera de ver y actuar en política.
No pocos concertacionistas siguen creyendo que los culpables de lo que está sucediendo son Piñera o las personas que votaron por él, sobre todo observando el comportamiento delator de estos días de él y su conglomerado, y constatando al fin lo esperable de este nuevo gobierno. Pero aquellos concertacionistas no alcanzan a notar que la gente sabía muy bien con quien se estaba metiendo, pero aún así los prefirió por encima de la Concertación. Es esa la lectura de esta elección y la forma en que se desarrolló. Los votantes que decidieron han dicho algo así como: “la mierda va a seguir igual, pero de repente esta mierda nueva puede ser un poco mejor”.
La verdad es que la Concertación fracasó totalmente porque hace rato se había convertido en mierda… y todo indica que lo seguirá siendo.

(PD: La institución The Clinic es un buen paraguas para el debate, para ayudar a que nuevas generaciones asuman su responsabilidad. La organización de una Asamblea Nacional, donde personas de todos los rincones de este país participen, se ve como el comienzo de una construcción seria de una nueva vía de desarrollo político. Algo como lo propuesto se hace más necesario que nunca).

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