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LA CALLE

24 de Enero de 2010

Estudio de U. de Chile: 60% de los empleos son de mala calidad

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Abundan trabajadores sin contratos, con malos sueldos y sin previsión.

POR JORGE ROJAS G.
Es el primer trabajo que recopila datos nunca antes medidos en el mercado laboral. La idea de los economistas a cargo es que el gobierno siga midiendo estos índices y que además cree políticas públicas para que los trabajos mejoren. Dicen que sólo así se evitará que la gente entre y salga de la pobreza a montones. “A la larga, el 60% de trabajadores que se desempeñan en empleos de mala calidad son los que terminan quedando cesantes”, Kirsten Sehnbruch, investigadora del estudio.
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Según la última cifra de desempleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Chile hay aproximadamente 650 mil trabajadores cesantes (9,1%) y más de 6 millones y medio de personas con pega. Estas cifras, que acostumbramos a verlas cada trimestre y que hace poco superaron los dos dígitos por la crisis económica, es quizá lo único que sabemos del trabajo en nuestro país. A esta misma conclusión llegaron los economistas Jaime Ruiz-Tagle Venero, del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, y Kirsten Sehnbruch Wolf, del Instituto Nacional de Asuntos Públicos, de la misma casa de estudios, cuando comenzaron a trabajar en la “Elaboración de un Indicador de la Calidad del empleo”.

-Esto partió porque falta mucha información sobre los empleos. Sólo se miden los salarios y la cantidad de cesantes, pero eso sirve de poco si las condiciones laborales en las que se desempeñan los trabajadores no se han medido. Mirar el mercado laboral sólo a través de la tasa de cesantía es tan simplista como mirar el desarrollo de un país sólo a través de la tasa de crecimiento -explica Kirsten Sehnbruch.

Tan importante es para esta economista esta información que asegura que en ella está la clave para entender por qué hay tanta movilidad social entre la clase media y la pobreza.

-La realidad de dos trabajadores que viven en la misma cuadra, con el mismo número de hijos y con el mismo ingreso puede ser muy diferente si uno tiene un trabajo estable y el otro no. Mientras a uno la estabilidad en el empleo le permite capacitarse, planificar sus gastos financieros y mantener a su familia sobre la línea de la pobreza en el largo plazo, al otro, en cambio, le cuesta pagarse una hipoteca, le cuesta obtener créditos y planificar sus gastos -agrega.

El dato no es menor. Del 100% de los trabajadores, el 42% tiene contrato indefinido. Y en una legislación laboral donde se accede a casi todos los beneficios de la red de protección social a través de un contrato indefinido, el que menos de la mitad de los trabajadores lo posea deja mucho que desear. Lo mismo pasa con las cifras a las que este estudio llegó: el 60% de los empleos en Chile es de mala o muy mala calidad.

-El 60% de la fuerza laboral trabaja por cuenta propia, son asalariados sin contratos, tienen bajos sueldos, no tienen previsión, salud y tampoco capacitación. El 30% restante tiene una calidad de empleo más o menos decente; y sólo el 10% tiene una alta calidad -cuenta Kirsten Sehnbruch.

LA ESTUPIDEZ DEL MILLÓN DE EMPLEOS

Los resultados del estudio no son menores si se piensa que durante todo este tiempo las políticas públicas destinadas a fortalecer el empleo han estado orientadas sólo a la creación de más puestos de trabajo y no a aumentar su calidad. Y es precisamente esto último lo que estos investigadores quieren lograr.

-El estudio pretende llevar el discurso sobre las políticas laborales más allá de la tasa de cesantía. La política laboral se debe pensar de forma diferente, porque a la larga el 60% de los trabajadores que se desempeñan en empleos de mala calidad son los que terminan cesantes. Cuando en las políticas publicas se decide de quién debe preocuparse el Estado, hay que sumar el 60% de los que tienen malos empleos más el 10% de los cesantes -dice la economista.

Por esa razón, el informe también recomienda tres prioridades para las políticas públicas: mejorar el capital humano de los trabajadores con un sistema de capacitación, aplicar una política de fomento productivo para dejar de confiar en que los problemas laborales se resolverán con el mayor crecimiento económico y aplicar una reforma integral del Código del Trabajo.

La flexibilización laboral de la que tanto habla la derecha -asegura Kirsten Sehnbruch- tampoco sirve para mejorar el empleo.

-Lo que tenemos ahora es una flexibilización de facto: contratan precariamente y como quieren. No creo que con una flexibilización del mercado se logre una mayor generación de empleo o mejore la calidad de éste -dice.

Y agrega:

-Creer que por flexibilizar el mercado se va a generar un millón de empleos es una estupidez. Se puede llegar a crear esa cifra, pero no con las medidas que Piñera propone -concluye.

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