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Nacional

3 de Mayo de 2010

En 2012 Chile será el rey de la astronomía

Catalina May
Catalina May
Por

• Entérese del asombroso proyecto ALMA en Atacama
POR CATALINA MAY • FOTOS GENTILEZA DE ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)

A 50 kilómetros de San Pedro de Atacama, en el llano de Chajnantor, en pleno desierto, se está construyendo la instalación astronómica internacional más grande del mundo. El proyecto se llama ALMA y, cuando todo esté listo -en 2012-, serán 66 antenas que utilizarán complejas tecnologías que permitirán captar cosas en el espacio hasta ahora desconocidas. El inglés Richard Hills, científico a cargo del proyecto, cuenta todo sobre ALMA, explicando su particular funcionamiento y qué ganamos nosotros con éste. Además, habla de la “forma chilena” de hacer las cosas.

El proyecto se llama ALMA, pero el nombre no tiene nada que ver con lo que para nosotros significa esa palabra. En realidad, es una sigla de su verdadero nombre, menos poético y más técnico: Atacama Large Millimeter/submillimeter Array. Para entender qué es el proyecto ALMA es necesario detenerse en cada una de estas palabras. Atacama es por el lugar donde está ubicado, en pleno desierto. Large es porque se trata de un proyecto enorme en varios sentidos. Primero, es físicamente grande: el lugar donde estarán ubicadas las antenas ocupa 15 kilómetros de extensión. Por otro lado, hay mucha gente y muchos países involucrados. A cargo de ALMA hay tres socios que forman una inédita colaboración global: Europa, que incluye 14 países diferentes; Norteamérica, con EE.UU. y Canadá; y Asia del Este, con Japón y Taiwán. También es grande en la cantidad de lucas que implica: alrededor de un billón de dólares. Es el proyecto astronómico más grande y caro hecho en la Tierra (hay otros mucho más caros en el espacio).

La tercera palabra es millimeter, y el científico en jefe del proyecto, Richard Hills, explica así su significado: “Las ondas de radio, las que usa la radio o la TV, son ondas de energía eléctrica que viajan por el espacio y el aire. Esas ondas miden un metro. Si las acortas lo suficiente -hasta una millonésima de metro-, obtienes luz en el espectro óptico, que puede ser vista por el ojo y son las que captan los observatorios tradicionales con sus lentes ópticos. Así, en el espacio podemos ver estrellas que están muy lejos gracias a que están a altas temperaturas y emiten luz. Entre medio, están las ondas milimétricas, que miden un milímetro y serán las ondas que captaremos con ALMA. No se pueden ver con el ojo, pero todo emite este tipo de ondas. En el espacio, cuando las cosas son frías, no podemos verlas con los telescopios ópticos, porque no emiten ese tipo de luz. Al captar las ondas milimétricas en ALMA, podremos observar las cosas que están en el espacio y son frías, que nunca antes han sido vistas”. Y como ejemplo, habla de algunos planetas similares a la Tierra, que si no fuera por la luz del sol no podría verse, porque es fría y no emite luz visible.

La última palabra, array, significa conjunto, y hace referencia a las 66 antenas que trabajarán juntas en ALMA. Lo que realmente querrían hacer los científicos a cargo del proyecto sería tener un solo plato o antena que midiera unos 15 kilómetros de diámetro, pero eso hoy es imposible porque aún no existe ni la tecnología ni la plata para hacerlo. En cambio, se están construyendo 54 antenas de 12 metros de diámetro, más 12 de 7 metros de diámetro, que trabajarán juntas y actuarán como un solo telescopio. A eso se le llama un conjunto de antenas y es una cuestión muy compleja, que sólo se ha logrado gracias al desarrollo tecnológico.

ET

Entiendo que hubo que crear nuevas tecnologías para cumplir con los requisitos impuestos a ALMA.
Sí. Para cumplir con la precisión que deben tener los platos hubo que crear nuevas tecnologías y trabajar con diferentes materiales. Por ejemplo, hubo que trabajar en los dispositivos que captarán las señales, pues éstas son increíblemente débiles. ALMA, en los próximos 30 años, recolectará lo equivalente a la energía suficiente para que un pequeño insecto despegue y vuele.

¿Qué se podrá observar desde ALMA?
Como decía, las cosas frías que no emiten luz visible. También sabemos que hay cosas que no hemos sido capaces de ver; las llamamos materia oscura y esperamos poder aprender sobre eso. Pero más importante, sabemos que el universo empezó con el big bang. Al principio era muy caliente y denso, no había estructura ni objetos individuales, era un gas uniforme. Pero se expandió, se fue enfriando y, en vez de formarse un gas frío y de baja densidad, hoy vemos objetos, como las galaxias, que son billones de estrellas. Debió haber algún proceso gracias al cual el gas frío original creó esto.

¿De cuánto tiempo atrás estamos hablando?
Eso debe haber pasado unos cientos de millones de años después del big bang. El universo tiene 13,8 billones de años. Pero antes de que se formaran los objetos como las galaxias, todo debió haber sido gas y ese gas emitía las señales que vamos a captar en ALMA. Así que esperamos poder ver, por primera vez, cómo el gas se convirtió en galaxias como las que hay hoy.

¿Por qué nos debería interesar ver eso?
El instinto más natural de los seres humanos es tratar de entender de dónde venimos y cuáles son los orígenes de todo lo que nos rodea. No podemos decir que en ALMA se harán descubrimientos que harán mejor la vida de las personas o solucionarán el problema de la pobreza o las enfermedades, pero sí podremos ayudar a contestar la pregunta de cómo el universo llegó a ser como es.

¿Entonces no habrá posibles aplicaciones para los descubrimientos que puedan salir de ALMA?
Las tecnologías que creamos y ocupamos sí pueden tener aplicaciones. Pero las observaciones que hagamos no creo que puedan tenerlas. Lo único que podría tener un efecto dramático -quizás no debería decir esto-, sería la posibilidad de descubrir evidencia de vida inteligente en otros planetas. Sería posible que generaran señales que pudiéramos captar. Es una posibilidad y tenemos que estar atentos a algo peculiar que pudiera presentarse. Eso tendría importantes efectos en la forma en que entendemos el universo y, a largo plazo, tal vez existiría la posibilidad de establecer comunicación con ellos.

¿Realmente cree que esa es una posibilidad?
Tiene que ser una posibilidad. Está claro que hay otros planetas que muestran características similares al nuestro, donde puede desarrollarse la vida.

TERREMOTO Y PASTEL DE CHOCLO

¿Cómo llegó a ser un astrónomo?
Cuando era niño y la televisión era nueva, había un programa que se llamaba “El cielo en la noche”. Yo me interesé en lo que mostraba y traté de hacer un telescopio. Tenía alrededor de 11 años. Sin embargo, nunca pensé en ser astrónomo, porque creí que era algo que podías hacer como hobby durante la noche, mientras trabajabas en el día (risas). Así que entré a Cambridge a estudiar otras cosas y cuando estaba terminando, me empecé a preguntar qué podría hacer en el futuro.

¿Y entonces?
Un día me encontré con una gente que estaba cargando un camión con aparatos electrónicos, cables, metales y les pregunté para qué era eso. Me dijeron que iban a construir una antena en Escocia, otra en Cornwall y otra en Cambride y que las harían trabajar juntas para captar señales de diferentes objetos en el universo. Eran señales de radio, lo que era nuevo en ese tiempo. Eso me pareció muy interesante y, como quería salir de Cambridge, me encontré con que había un grupo que hacía cosas similares en Berkeley, California. Así que fui allá e hice mi PhD, en el que construí un radio telescopio, que usaba dos antenas que trabajaban juntas. De alguna forma, ALMA es una versión enorme de eso.

¿Qué le gusta tanto de la astronomía?
Que podemos hacer todas estas cosas técnicas muy difíciles y precisas y las usamos para descubrir cosas completamente nuevas, nunca antes vistas. Y eso es un privilegio.

¿Cómo empezó a trabajar en ALMA?
Tomó mucho tiempo crear el proyecto ALMA, porque es un proyecto muy grande. Empezó hace más de 20 años cuando se comenzó a hablar de que deberíamos trabajar todos juntos y construir un conjunto de muchas de estas antenas y ponerlas a gran altura. Cada grupo tenía su propia idea de cómo y dónde debería hacerse. Los norteamericanos decían que podía ser en Nuevo México o en Hawai, los europeos hablaron de Chile o Sudáfrica, los japoneses apoyaron fuertemente la idea de instalarlo en Chile. Yo trabajaba en otro proyecto en Cambridge y sabía de estas cosas y me interesaban. Cuando se echó a andar el proyecto ALMA y en 2007 se necesitaba a alguien que viniera a trabajar acá en el área científica, pensé que sería muy bueno hacerlo.

¿Qué le parece vivir en Chile?
El país es muy bonito. Santiago es un lugar interesante para vivir, pero los glaciares y el desierto son lugares fantásticos.

¿Cómo estuvo el terremoto?
Fue bastante emocionante (risas). Es algo para contarle a tus nietos, pero no me gustaría vivirlo de nuevo.

¿Cuál es su comida chilena preferida?
El pastel de choclo. Los mariscos y pescados también son muy buenos aquí, si encuentras un lugar en el que los sepan cocinar.

¿Ha tenido que cambiar alguno de sus hábitos para vivir aquí?
He tenido que acostumbrarme al tráfico. En Cambridge andaba en mi bicicleta para todos lados. Bueno, aquí también lo hacía, hasta que me la robaron.

LA “FORMA CHILENA”

¿Por qué se eligió el llano de Chajnantor para ubicar ALMA?
El lugar físico era muy importante. Nuestras exigencias eran a cinco mil metros de altura y casi sin agua y hay pocos lugares así en el mundo. También era necesario que fuera de fácil acceso y el llano está bastante cerca de San Pedro de Atacama. Puedes encontrar lugares altos y secos en el Tíbet, por ejemplo, pero no hay cómo llegar. También era necesario que el país en el que se ubicara el proyecto fuera un lugar calmado y estable políticamente. Y Chile cumplía con esas características.

Se consideró Argentina también, ¿verdad?
Sí, se consideró un lugar en Argentina, pero no muy seriamente. Se pensó en Sudáfrica y Hawai, también.

¿Cómo se beneficia Chile de tener a ALMA acá?
Bueno, gastamos bastante dinero aquí, creamos empleos y colaboramos con las universidades. Los astrónomos de Chile podrán usar el telescopio, específicamente el 10% del tiempo de observación. Eso es parte del acuerdo.

¿Cómo se relaciona ALMA con las comunidades indígenas del lugar?
Cuando hablamos con el gobierno chileno (Ministerio de Bienes Nacionales) nos dijeron que eran tierras del Estado y que podíamos utilizarlas. Empezamos a instalarnos y a construir y apareció gente diciendo: “¿Qué pasa aquí?”. Nosotros no previmos que habría otras personas que consideraban que esas tierras les pertenecían. Entonces, algunas de las personas del proyecto están encargadas de entenderse con las comunidades locales y ganarse su confianza. Los ayudamos con varios proyectos y trabajamos con la escuela de Toconao (está incluida la compra de material, el entrenamiento a profesores en ciencias, matemáticas e inglés. Con las comunidades locales desarrollan proyectos ecológicos y etno-astronómicos).

¿Cómo ha sido trabajar con chilenos en la construcción de las antenas?
Tenemos gente muy buena trabajando en el proyecto, claramente los profesionales que están saliendo de las universidades están muy capacitados. Por otro lado, los que realmente construyen las cosas y ponen el concreto son compañías locales y ellos hacen el trabajo, pero hay una forma chilena de hacerlo.

¿Cómo es eso?
Bueno, si tienen que hacer algo lo hacen, lo terminan y entonces se acuerdan de que les faltó algo más y tienen que botar lo hecho y empezar de nuevo (risas).

¿Cómo manejan el tema de la contaminación que conlleva un proyecto como este en medio del desierto?
No es un proyecto muy contaminante, pero generamos basura. Por el momento lo estamos manejando con las recolectoras de desechos locales. La idea es tener nuestros propios mecanismos para reciclar.

¿Se va a construir otro observatorio con las características de ALMA?
No, no tendría sentido, porque ALMA podrá hacer todo lo que sea necesario en este campo por muchos años. Lo qué sí se hará es un proyecto llamado Extremely Large Telescope, que es un telescopio óptico, pero mucho más grande que cualquiera que exista hoy y será una colaboración internacional.

¿Se va a instalar en Chile también?
Chile es una posibilidad, las Islas Canarias son la otra. (Esta entrevista fue realizada antes de que se decidiera finalmente, hace un par de días, construir en Chile)

Después de todos estos años de trabajo, ¿todavía es capaz de mirar las estrellas una noche cualquiera y emocionarse?
Sin duda. Cuando estoy en San Pedro y miro el cielo estrellado, aún se me aprieta el pecho.

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