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La partida de Marcelo Bielsa no sólo es la partida del entrenador de la selección chilena. Es la partida de la única figura “opositora” de verdad que tuvo en todo este tiempo el Presidente Piñera. El inicio del fin fue su encontrón con el mandatario hace meses, ahí se jodió Bielsa. El resto, como dicen los comentaristas deportivos, es puro descuento.
La historia de Marcelo Bielsa con Chile no se terminó cuando Harold Mayne-Nicholls perdió las elecciones en la ANFP frente al español Jorge Segovia, quien semanas antes le había jurado apoyo.
La historia se fue a negro cuando el rosarino visitó La Moneda, luego de regresar del Mundial de Sudáfrica 2010. Ahí, con todo el país mirando la escena por televisión, Bielsa saludó tibiamente al mandatario (por decirlo de una manera eufemística) y dejó con la mano estirada a Gabriel Ruiz Tagle, Subsecretario de Deportes y en ese entonces principal accionista de Colo Colo.
Sólo en ese minuto, en ese gesto, el país completo se dio cuenta quiénes eran ahora los dueños del fútbol chileno. El conflicto que tuvo Bielsa con Piñera no sólo dejó en evidencia la lejanía que el ex técnico nacional tenía con la derecha, sino también la manera en que se estaba distribuyendo el poder en el balompié nacional.
El problema político que generó el DT en la nueva forma de gobernar le llegó hasta el hueso a la administración Piñera. Fue ahí donde apareció el fantasma de las encuestas y pese a que el rosarino le pidió disculpas al país por la curiosa manera de saludar al mandatario, su suerte estaba echada.
Pensar que luego de eso Piñera se quedaría tranquilo, era estar completamente equivocado. El periodista deportivo Felipe Bianchi es el único hasta el día de hoy que ha sostenido la tesis de la intervención del gobierno en las elecciones de la ANFP que vinieron después. Y a pesar de que el Ejecutivo amenazó con judicializar el caso y de canallas a quienes lo acusaron, la cosa quedó en el aire. Unos creen y otros no. Así de simple y duro.
Las encuestas también hicieron lo suyo. Le ayudaron a Piñera a darse cuenta que la pelota en su diseño político ya no le servía para aumentar su popularidad como lo pensó cuando compró las acciones en Colo Colo, aunque su corazón históricamente ha sido cruzado. Ahí se dio cuenta que Bielsa -mientras la Concertación aún discute si se seguirá llamando Concertación- era su principal
opositor.
Bielsa y la fuerza de los hechos
La fuerza de los hechos pesaron más que nunca ayer en Juan Pinto Durán. En una descarnada conferencia de prensa, más corta de lo habitual, Marcelo Bielsa lanzó las frases más incendiarias que se conozcan de un entrenador de fútbol en Chile. Fue inteligente, mezcló política y negocios. Y de pasó, dijo lo que nadie había dicho: la culpa es de los grandes.
Después de tres meses de suspenso y negociaciones sobre su continuidad, anunció su dimisión a la banca de la roja y dejó en el suelo a los dirigentes de Universidad de Chile, Universidad Católica y Colo Colo (aquí la política y los empresarios nuevamente), a quienes culpó directamente de maquinar en su contra. Además de entrarle -como se dice en el fútbol- al actual presidente de la ANFP, Sergio Jadue, y a su asesor de prensa, responsables directos según él de filtrar información “no real” a la prensa para desprestigiarlo frente a los hinchas.
El DT rosarino entregó detalles de las negociaciones que tuvo durante la última semana con Jadue, y explicó toda una campaña mediática para denostarlo y poner a los hinchas en su contra. “El motivo por el que decido renunciar es por la forma de actuar que ha tenido él desde que asumió. Hizo todo lo necesario para que yo renunciara”, dijo Bielsa sobre el ex presidente de Unión La Calera, agregando que otro de los motivos para tomar esa decisión fue por el trato que le dio a sus subalternos en esta semana y la manera en que se filtró a los medios “información diferente a lo real”, culpando directamente al jefe de prensa de la ANFP, Jorge Reyes.
“Se dijo que yo dilataba la respuesta para que se cansaran de mí y que me echaran y terminaran pagando 12 o 15 millones de dólares” y “se me dice que soy el responsable porque el partido (contra Paraguay) no se hizo. Me consultaron una vez y dije que la decisión la tomara el presidente. Él sabía que yo lo tenía que dirigir porque tenía que avisar 30 días antes de mi renuncia, como lo hice contra EEUU”, fueron las razones que dio para decidir renunciar, contra su voluntad, a seguir dirigiendo a la selección.
La culpa de “los tres grandes”
Pero los dardos no terminaron ahí. “Otro motivo por el que renuncio es porque no me fue posible saber quién poseía la autoridad”, dijo el rosarino y enumeró los hechos que sucedieron la última semana de negociaciones con Jadue. “Respecto a la comisión de selecciones, Sergio Jadue me la propuso. Yo jamás le puse ninguna condición, me limité a escucharlo. Yo le dije que no me iba a pronunciar sobre una idea que no era concreta. Con el pasar de los días, me dijo que si se podía cambiar a Harold Mayne Nicholls por Jorge Contador, porque era un nombre más fácil de imponer. Después él me dijo que no tenía piso político para crear la comisión”, señaló el ex DT de la roja.
Con esto, el argentino culpó directamente a las “concesionarias” que dirigen a los tres clubes más grandes de Chile. “Me dijo que no dependía de los tres grandes, pero describió como un logro el apoyo de Jaime Estévez, presidente de la UC, para crear la comisión de selecciones”.
Luego, según lo que explicó Bielsa, Jadue le envió un anexo del contrato donde se explicaba que el cuerpo técnico puede convocar sin restricciones a jugadores del medio local. “Él me envió una copia del contrato firmada por él, diciéndome ‘yo también adscribo a esto’. Yo valoré este gesto”, dijo Bielsa, pero lo volvió a desestimar cuando el presidente de Azul Azul, Federico Valdés, volvió a condicionar la entrega de los jugadores de Universidad de Chile.
Finalmente, el técnico explicó que la decisión de hacer públicas estas prácticas no perseguían dañar la imagen de Jorge Segovia o Sergio Jadue, pero las tuvo que decir para argumentar su decisión.
Después de eso vino la despedida. “Quiero agradecer a quienes me permitieron trabajar en el fútbol de este país. A los futbolistas, a los compañeros más cercanos. Considero mis tres años y medio en Chile como un regalo de la vida. Aprendí a amar la vida estando aquí. A los futboleros y, si se me permite a los chilenos en general, quiero decirles ‘muchas gracias’”, dijo con lágrimas en los ojos.
Esas fueron las últimas palabras de Bielsa al mando de la selección.
Lee la entrevista que en 2010 hicimos a Harold Mayne Nicholls.