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LA CALLE

22 de Marzo de 2011

Yankee Go Home: Lo que no se vio de la gira de los Obama

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Mientras Barack Obama se reunía con los ex presidentes y su mujer descubría las maravillas del MIM en La Granja, cientos de chilenos lo declaraban persona non grata a escasas ocho cuadras de distancia. Desde el funador de Rockefeller al PC Acción Proletaria, se las arreglaron para mostrar el enojo por su vista a Chile. Santiago semi-sitiado -con las lacrimógenas incluídas- minutos antes que comenzara la cena vip en La Moneda, tuvo agenda paralela a las actividades oficiales de la familia Obama en Chile.

Fotos: Alejandro Olivares

De comienzo a fin, ayer el centro de Santiago reclamó por todo. Entre vallas papales, cafés perimetrados y cero posibilidad de palco para mirar su llegada, la visita del Presidente de EE.UU. le frunció el ceño a miles de santiaguinos que circularon por el centro de la capital.

“¿Viene con radiación que necesita tanto espacio?”, fue una de las frases más escuchadas en las cuadras contiguas al perímetro de seguridad para resguardar la estadía de los Obama en Chile.

Y es que contrario a cualquier otra visita diplomática, al mandatario norteamericano apenas se le vio la blanca palma de sus manos los escasos cinco segundos que caminó desde el Cadillac One polarizado hasta la carpeta roja ya al interior de La Moneda.

Sólo unos pocos se aglomeraron tras las rejas instaladas en Morandé con Moneda y vieron al primer presidente afroamericano entrar a nuestro al Palacio de Gobierno. Los demás, entre los desvíos peatonales y la imposibilidad de ver al sucesor de Bush, reclamaron por el operativo extremo que se desplegó para la visita ilustre.

Reclamos que sólo se escucharon claramente durante la tarde y a algunas cuadras de distancia de La Moneda. Justo al terminar el Paseo Bulnes, que da directamente al frontis de la casa de gobierno, un puñado de personas se manifestaron en contra de los Obama y se tomaron revancha con un bombardeo de garabatos e invitaciones poco amistosas para que se fueran rápido del país.

Paseo lacrimógeno

Mientras los comensales disfrutaban el cóctel y esperaban el menú de cuatro estaciones, en la protesta se congregaban grupos y organizaciones sociales. Desde el octogenario compañero Manuel, que repartió con evidente entusiasmo unos posters que declaraban la molestia por la visita, hasta Matías Rojas, el joven que funó a David Rockefeller en enero pasado cuando venía de vacaciones al sur de Chile con el dueño de El Mercurio, Agustín Edwards.

Rojas, uno de los primeros en llegar al parque junto a sus compañeros del grupo “Resistencia Anti Nuevo Orden Mundial”, contó que no pudieron llegar a tiempo al perimetrado centro para funar la llegada de Obama, al que consideran un mero sucesor de las políticas elitistas de Bush y los demás miembros del club Bilderberg (esa onda).

Así, durante la tarde, Rojas y los demás manifestantes escucharon a Subverso y La Deuda, entre otros, compartieron con el senador del MAS, Alejandro Navarro, que se declaró decepcionado por el desempeño de Obama al mando de la nación del Tío Sam, aunque también lo tildó de “prisionero” de las políticas internacionales de EE.UU.

El Frente Patriótico

La tarde estaba tan roja ayer, que incluso llegaron miembros del PC -Acción Proletaria- y algunos miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. La manifestación del Parque Almagro, tranquila durante toda la tarde, apenas se alteró con una bandera gringa que demoraba en apagarse.

Pero poco antes que cayera la noche sobre el todavía cercado centro de Santiago, más de mil personas marcharon enojados por Ahumada por la visita que a esa hora llegaba a la cena en su honor en pleno patio de los Cañones. Allí todos caminaron sin provocar incidentes hasta que se encontraron con un cordón de carabineros en la esquina del paseo peatonal con la Alameda. Se mantuvieron en pausa durante unos 15 minutos hasta que a un “angelito” se le ocurrió romper una publicidad y vino la reacción de la fuerza policial.

El saldo: 12 detenidos -no 15 como se informó en un comienzo- y múltiples tarros y bolsas de basura desparramados por las calles del centro de Santiago, en una batalla que parecía destinada al guanaco desde su primer “se siente, se siente, matar al presidente”.

Una jornada que terminó con el enojo ciudadano en las calles del casco histórico de la capital, mientras la visita que provocó todo esto degustaba el menú de ostras, salmón, ostiones, locos y wagyú.

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