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Opinión

23 de Mayo de 2011

La cortina de humo llamada IMACEC

Hace unas semanas se dieron a conocer las cifras de crecimiento del mes de marzo del 2011: Chile alcanzó un crecimiento económico según el IMACEC del 15,2% llegando a un récord histórico en 19 años. Los titulares de varios medios de comunicación mencionaban tal hecho como un éxito, sin mayor examen a lo que explicaba […]

Pablo Celhay
Pablo Celhay
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Hace unas semanas se dieron a conocer las cifras de crecimiento del mes de marzo del 2011: Chile alcanzó un crecimiento económico según el IMACEC del 15,2% llegando a un récord histórico en 19 años. Los titulares de varios medios de comunicación mencionaban tal hecho como un éxito, sin mayor examen a lo que explicaba este hito. Durante los siguientes días no se ha visto mayor análisis y nos quedamos con la idea de que Chile, a sorpresa de todos, bate récord en materia de crecimiento, cuando la OCDE durante el mes de Abril entrego un duro diagnóstico de nuestra realidad en índices de pobreza y desigualdad.

Varias razones, no necesariamente ligadas al éxito económico, explican que la economía haya experimentado esta alza. Durante el mismo período el año 2010, el producto decreció un 2% como consecuencia del terremoto de Febrero y la devastación de gran parte de las costas del sur requirió que se invierta rápidamente en la reconstrucción de estas zonas movilizando mercados importantes como el de la construcción. Algunos expertos y académicos han señalado que sin el efecto del terremoto el crecimiento en el mes de marzo del 2010 habría sido de un 7% a un 8% , la mitad de lo que las cifras aplaudidas señalan. En resumen, gran parte de este crecimiento se debe al parche que el gobierno ha implementado en el último año. Llamarlo reconstrucción sería tan exagerado como la noticia del 15%.

No quiero discutir sobre metodologías de medición de crecimiento o desarrollo, ni profundizar en las explicaciones que hay detrás de este peak histórico. A mí realmente me preocupa el hecho de que desde el gobierno se celebren con bombos y platillos estas cifras y que se den señales incorrectas en el sentido que no se explique con el mismo énfasis el porqué de tales números. No es coincidencia que durante los primeros meses del año 2011 las cifras de aprobación al gobierno han sido las peores con casi la mitad de los chilenos desaprobando su gestión. Es más, Adimark muestra una clara tendencia a la baja/alza en la aprobación/reprobación luego de otro peak histórico en octubre del 2010 producto del rescate a los mineros de San José. En la misma encuesta se señala que un 43% desaprueba la conducción de la economía y un 49% desaprueba las políticas de empleo, con una tendencia similar a la de la aprobación general.

El presidente ha dejado claro que este es un gobierno centrado más en aspectos políticos que técnicos. Esta forma de anunciar el milagro pero no el santo no es más que un juego peligroso de usar la información económica con fines políticos, dejando dudas sobre los límites de su neopopulismo. Chile se ha encaminado muy bien en términos de transparencia en sus instituciones por lo que no tienen para qué seguir exagerando cifras oficiales que carecen de sentido público, creando realidades que no existen. Mejor concentrarse en mejorar el diagnóstico que nos hizo la OCDE.

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