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Nacional

13 de Agosto de 2011

“Las nanas fueron las que dijeron tomémonos la calle’”

La semana pasada, un grupo de pasajeros se tomó Providencia en protesta por la demora de los buses del Transantiago. Víctor Vargas, vendedor de confites del paradero, lleva más de un año en el lugar y ha visto de todo: peleas por asientos entre mujeres, trabajadores escasamente alimentados, choferes agotados y un ambiente saturado de estrés.

Por

¿Qué es lo que se escucha en los paraderos del Transantiago?
Historias de personas que perdieron la paciencia, que ya no soportan esperar 50 minutos para llegar a su trabajo, levantándose a las tres y media de la mañana, tomando la primera máquina que va a Los Trapenses pasadas las cinco, saliendo del trabajo a las seis de la tarde y volviendo a su casa a las nueve y media de la noche. La mayoría son de la construcción.

¿Y las nanas?
También, si ellas fueron las que dijeron “tomémonos la calle” y así empezó la gente tímidamente hasta que coparon la calzada. Pero, te voy a decir algo: fue una manifestación totalmente pacífica, mentiría si te dijera que rompieron una ligustrina. Totalmente pacífica.

Pero igual se llevaron presos a algunos.
Sí, pero los soltaron de forma inmediata. Desgraciadamente Fuerzas Especiales llegó a reprimir solamente. Pero fue un caso puntual, no pasó más allá.

¿Quién es la gente que protestó?
Gente sacrificada, que tiene graves problemas de estrés. Esperar locomoción en estas condiciones enferma a cualquiera. Es un problema social muy grande. Te acarrea un montón de dificultades. De partida el trabajador llega malhumorado a la pega, tiene problemas económicos, le pagan hoy día y a los dos días se queda sin plata.

Pura frustración….
No sólo eso, también hay que preguntarse cómo a un trabajador con tantos problemas se le puede pedir un rendimiento del 100 por ciento. A lo mejor come un platito de comida que la empresa le da pero en la casa no tiene ni siquiera para echarle a la boca de sus hijos. Es un problema grave que tiene que ver con los malos sueldos.

¿Qué has escuchado al respecto en el paradero?
Mucha gente, por ejemplo, te pide una galletita fiada de 100 pesos porque no ha tomado desayuno y no le alcanza. A veces tienen para el puro viaje. Hay gente que me compra dos sanguchitos y se los come en el día. ¿Tú crees que eso es un desayuno para un trabajador que trabaja hasta 12 horas?

Ni en una muela…
¡Eso no es un desayuno! La gente está muy cagá. En este país de una vez por todas hay que preocuparse de la clase trabajadora y legislar sobre los sueldos. No hay que hablar más de ingreso mínimo sino de sueldo mínimo. De ahí para arriba. Porque el ingreso mínimo, si trabajas horas extras, sirve para cooperar para tu propio sueldo.

Para colmo, subieron el pasaje del Transantiago
Uno le dice a la gente si supo lo del pasaje, pero como ahora es con tarjeta, no se dan cuenta lo que están pagando. Antes, cuando pagábamos con monedas, nos dábamos cuenta. Pero no me parece bien, obviamente, porque estamos hablando de sueldos. Aunque sean 10 pesos.

Ley de la Selva

¿Han cambiado las frecuencias de las micros después de la protesta?
Ahora está en estado normal porque la prensa ha estado encima, como debería ser. El día de la protesta habían sólo cinco máquinas funcionando, todas chicas. Aparentemente en este momento andan las quince. Pero ese es un problema puntual. Hay otro que no se le ha hincado el diente: la línea 117 que lleva a los trabajadores a la ciudad empresarial. Está aquí mismo el paradero y también deja la escoba.

Todavía se encabronan con los choferes…
Sí, hay gente que no entiende que es un trabajador más, que ellos no son responsables de lo que está pasando. Aquí hay un problema entre el ministerio de Transportes y la micro que tomai. Ese es el problema…

¿Has visto peleas de pasajeros con choferes?
Acá, por lo menos no. Antes trabajaba en Mapocho y veía problemas de ese tipo. Pero los choferes tienen los mismos problemas que uno. Se levantan a las tres y media de la madrugada y a veces los ves trabajando a las siete de la tarde. ¿Sabí lo que significa eso? El peligro que corren los usuarios al andar arriba de ese bus con un conductor que está haciendo un sacrificio extraordinariamente grande. A un chofer de la C10 hace poco le dio una trombosis…

¿Manejando?
Gracias a Dios venía saliendo de su casa y se cayó en la puerta. Eso es exceso de trabajo. Los viejos lo hacen para ganarse unas moneditas más. El problema grande, vuelvo a insistir, es un problema de sueldos.

Está mal pelado el chancho…
No está ni pelado, eso es lo peor.

¿Qué es lo más fuerte que has visto?
Este trabajo da para comunicarte harto con la gente y ver hartas cosas. He visto a una señora que a empujones le hicieron tira la canilla en la pisadera, se la partió. También riñas entre mujeres por subir rápido a tomar asiento, con golpes de puño, te fijas. La gente va a trabajar, no va de paseo. Deberían darle las condiciones mínimas para trasladarse.

¿A qué hora es el peack?
Entre las siete y las ocho. Está todo el paradero lleno. Aquí no se hace fila por orden del Ministerio de Transporte. Ojo, o sea, se da la ley de la selva…

Se meten a caballazos…
El que agarró, agarró. En tres ocasiones he tenido que intervenir para separar a mujeres peleando. He tenido incluso que subir a la micro y casi me voy con la vieja y todo cagando pa’ bajo.

No sólo vendes dulces y sándwiches, entonces …
Trato de cooperar, mientras vendo confites grito a las máquinas cuando conozco a los choferes. También les echo la talla, les digo por qué vienen tan tarde si les dejé despierta la vieja cuando me vine. Igual le hacemos a la cooperación. Especialmente a los choferes de la C10. Cuando la micro está muy llena les ayudo a cerrar las puertas. A veces tengo que empujar a las viejas pa’ dentro. A los pobres viejos les queda la cara pegada en el vidrio. Es un asco, la gente se va demasiado apretada…

Por algo le pusieron transardina…
Uno tiene que tener un medio de movilización acorde para subirse cómodamente, si está pagando por un servicio, y en vez de irse sentado se va parado y apretado. No tiene ni siquiera 30 centímetros para moverse.

¿A qué hora te levantas?
A las 4 de la madrugada, llegó aquí pasadas las 5 y trabajo hasta las 10 de la mañana.

¿Y después?
Nada más, si estamos hablando contra la explotación, no me voy a estar explotando solo…

Nunca tan verdugo…
Nunca tan huevón.

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