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Entrevistas

26 de Septiembre de 2011

Demetrio Marinakis: “Los estudiantes no pueden tirar la toalla”

Marinakis sigue hablando fuerte pero ahora le agrega a los bancos y al sistema económico sus arremetidas. En el Transantiago, el monstruo que lo destruyó a él y a su gremio, se queja, se han gastado más de 4 mil millones de dólares. Con eso, dice, podrían arreglarse la Salud y la Educación.

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Foto Alejandro Olivares

Demetrio Marinakis, el dirigente histórico de los micreros, está molesto. Iba a participar en la licitación de la Zona B de Santiago, pero el gobierno decidió adjudicarla directamente a otra empresa. “Se la dieron a los franceses, que han tenido todos los problemas en el sector oriente. Ahora se hicieron cargo de la zona B, una de las zonas grandes: Renca, Quilicura, Conchalí, Independencia, Recoleta. A dedo. A la peor empresa, la peor”, dice.

¿Y en qué está hoy?
-Tratando de reinsertarme, pero nuevamente me cerraron la puerta. Estoy vetado por todos los políticos de este país. Seguramente era problema para la Concertación y para la Alianza.

Problemático, Ud.
-Problemático, pero siempre con la verdad. Hace siete años dije que este era un plan fallido que le iba a costar al Estado la plata que le está costando. Hoy se están botando dos hospitales de última generación mensuales en un sistema de transporte fracasado. Y el gobierno de Piñera no ha tenido la fuerza política para haber barrido y empezar un nuevo sistema. Hoy el pasaje está en $1.100 más o menos, porque ni sé lo que sale el pasaje con la tarjeta Bip. Está cerca de los $550, más la bonificación que le da el gobierno: $1.100. Nosotros, con el antiguo sistema, recién tendríamos la tarifa cercana a los $500.

¿Qué podría haber hecho el gobierno por eso?
-Este gobierno es lo mismo. Acá no ha habido cambio de mano, se siguen haciendo las cosas debajo de la mesa. En el tema de transportes, como en muchos, están mal asesorados.

Ud votó por Piñera. Lo apoyó en los diarios.
-Sí. No lo niego. Porque quien liquidó al gremio fueron los gobiernos de la Concertación, con el Transantiago. Pero también con la complicidad de la Alianza. Cuántas veces fui al Senado, a la Cámara de Diputados, y los senadores, los diputados, me decían que tenía la razón. Pero cuando iba a llegar la hora de los acuerdos, votaban porque siguiera este plan siniestro. Yo a los políticos no los entiendo.

¿Decepcionado de haber votado a Piñera?
-Sí, porque éste es un continuismo del gobierno de la Concertación. ¿Qué se ha cambiado en la parte económica? Los cabros hoy, les encuentro… Si tuviera cuarenta años menos, a lo mejor estaría marchando con ellos.

¿Y cómo ve el país?
-Complicado. Hay miedo en la clase política que pueda aparecer un Chávez. Pero hay gente valiosa. No todos los políticos son juleros. Hace falta un líder, honrado y que tenga fuerza para aguantar los ataques.

¿Votó por Bachelet?
-Por Bachelet, cuando estuvo Bachelet y Lavín. Después, con Bachelet/Piñera, voté por Piñera. Ahí vino el cambio. Pero tengo el derecho. Yo soy como el medio común de los chilenos. No participamos en partidos. ¿Quiénes participan? ¿El 1%? ¿El 2%? La mayoría somos independientes. La baja popularidad que tiene el gobierno, ¿la está recepcionando la Concertación? Hay un desencanto con la política y eso lo produjeron los políticos. No le echen la culpa a la gente.
La gente los rechaza porque se está dando cuenta de muchas cosas. Si los cabros, los que están en el conflicto hoy, tienen desconfianza de lo que es Cámara de Diputados y Senado. Quieren grabar las reuniones. Imagínate la desconfianza.

Pero además se reemplazó al político por el técnico, por el ingeniero que llega y dice esta cosa es así, vamos a tener un sistema de control de flota con Sonda.
-Mira, no tengo nada contra el dueño de Sonda. Pero mira la relación que hay: fue financista de la campaña de Lagos y un día se lo sacó en cara. Y resulta que ahora es íntimo amigo, anda en helicóptero, con el Presidente. Cuando hablo de los nexos, de la cofradía, la cofradía existe. Acá se ha dado una cuestión más cerrada que la masonería: hay una cofradía de políticos que están en la Alianza y en la Concertación y tienen negocios cruzados, si hay que hablar la verdad.

¿Y cómo ve a los estudiantes? ¿Qué consejo le daría a los estudiantes?
-Primero, que no pueden tirar la toalla. Hoy tienen la responsabilidad de cambiar todo el sistema educacional de Chile, tienen toda la razón. Me coloco en la cabeza de ellos y de repente se sienten descorazonados, tienen que tener coraje, porque por lo que están peleando es justo. Tengo 65 años, me acuerdo lo que era la educación cuando era lolo y los colegios fiscales. Tuve la suerte, de estudiar en el Liceo Valentín Letelier. Liceo de excelencia. Acá la educación se fue a la mierda cuando se municipalizó. ¿Y quién municipalizó la educación? Pinochet. ¿Y quién creó las universidades privadas? Pinochet. Pero resulta que acá hay conspicuos personajes de la Concertación que participan de los directorios de las universidades privadas. Entonces, te digo: no entiendo.

Ud. dice que no tienen que aflojar. Pero, ¿qué les recomendaría: sentarse a negociar o no?
-Negociar. Los dirigentes responsables siempre tienen que buscar la posibilidad de negociar. Pero negociar con viveza.

¿Cómo?
-Porque ya los pingüinos los sentaron el año 2006. Ya hubo una sentada grande. No hay que olvidarse. Hoy tienen la suficiente inteligencia para negociar algo histórico para la educación en Chile. Hoy se da la posibilidad de arreglar definitivamente la educación, ganar puntos para la clase más pobre de este país.

LA COFRADÍA

Recién estábamos hablando de la concentración de la riqueza. ¿Cómo ve Ud. la evolución de la clase empresarial?
-Es cosa de tomar El Mercurio todos los días, irse a la parte económica para ver quiénes mandan. No hablo de veinte familias, creo que son 50 o 60 familias que tienen todo el poder. La política ha bajado de calidad.

Ustedes en el fondo eran una serie de pymes asociadas en una gran organización que actuaba como empresa.
-No era empresa. Éramos pymes: 3.500. Teníamos en Santiago 65 líneas. Teníamos una organización fuerte gremialmente, pero siempre fuimos abiertos al diálogo. No recuerdo una huelga laboral que nos hayan hecho los choferes en los últimos 40 años.

¿Tenían sindicatos?
-Estaban organizados. Pero acá tenían la gran posibilidad: el chofer que era bueno, al poco tiempo juntaba plata y se compraba un bus. Los nuestros no eran empresarios, eran artesanos. La gente vivía en las poblaciones. Y el Estado jamás nos dio un cinco. Hoy veo con vergüenza la plata que se está perdiendo y los problemas en la salud y en la educación. Por eso estoy decepcionado de Piñera: creía que iba a hacer cambios profundos en beneficio de la gente. Pero es lo mismo. Es el continuismo de los gobiernos de la Concertación. Y se colocan de acuerdo: si tú ves los directores de las empresas. Cortázar fue ministro de Transportes y ahora aparece en una empresa de allá, en Canal 13. Hay una cofradía de poder, los políticos están todos amarrados entre ellos. Los shows que hacen, las peleas, lo hacen para la gente. Yo sé cómo se manejan: estuve muy cerca de la clase política y los conozco. No puedo desprestigiar a todos los políticos, porque hay buenos; pero la mayoría no merece estar en la Cámara de Diputados ni en el Senado.

Cuando estaba a cargo del universo micrero, ¿qué contactos tenía con las grandes empresas? ¿Sofofa?
-No, no, no. Nunca me sentí identificado con la Sofofa, porque éramos pymes. La Sofofa son los grandes capitales. No cabíamos.

Esos grandes capitales hoy controlan el transporte a través del administrador del Transantiago. Todos los bancos están ahí.
-Están los bancos. Acá hubo grandes responsables. Habría que preguntarle al señor Estévez, ahora presidente de sociedad de la Universidad Católica, director del Banco de Chile también, por los contratos que se firmaron, tan negativos para el Estado. Si no hay que olvidarse de dos ministros que están pasando piola: Etcheberry y Estévez. El transporte está mal hecho y la gente sigue sufriendo. Lo que pasa es que no podís pelear porque todos estos son primos hermanos, los lazos que hay entre la Concertación y la Alianza son muy fuertes.

Los grandes empresarios no quieren reforma tributaria. ¿Qué le parece?
-Los cambios violentos llegaron a Chile definitivamente cuando se perdió la democracia. El golpe, creo. Hoy, muchos conspicuos que fueron partidarios del golpe, cuando les hablan de la figura de Pinochet, se esconden debajo de la cama. O sea, Pinochet dio el golpe solo en este país, no lo apoyó nadie. El golpe militar ¿por qué se produjo? ¿El desabastecimiento? De un día para otro apareció todo en la calle. ¿Quién manejaba la mercadería? La derecha. Este golpe fue promocionado por Estados Unidos. Acá tenemos mala memoria; pero yo, no.

¿Y qué te parece lo que está haciendo la Concertación, cambiarse de nombre?
-Es la misma, po. Puta, es igual que el Loco Pepe se coloque otro nombre. ¿Me entendís? Loco José. Lo voy a creer cuando aparezcan otros rostros. ¿Cómo vas a cambiar el discurso, si son las mismas personas? ¿La Concertación va a cambiarse la cara con el mismo equipo de jugadores? ¿Adónde viene el cambio?

Y si seguimos así, ¿cómo termina el país? Con grandes concentraciones de poder económico…
-Mira, si la culpa no la tiene el chancho sino el que le da el afrecho. Y el pueblo, la clase media y trabajadora, la única manera de cambiar algo es elegir a la gente adecuada que defienda sus intereses. Hay que cambiar la salud y la educación. Prioridad uno. Y los políticos tienen la obligación, porque ellos ganan sueldo, de arreglar estos problemas, no de colocarse la camiseta de los grandes consorcios, porque yo sé cómo funciona eso. Lo vi. Cuando vino el tema de los validadores, vieras, voh, el lobby que hacían los dueños de las empresas con los políticos. Y nosotros, puro pulseo no más. La derecha, las grandes industrias, las grandes empresas, tienen protección de los políticos. Eso que hablan que vamos a llegar hasta las últimas consecuencias, ¿qué ha pasado con…? A ver: a un hueón que se roba una gallina lo meten un año preso. Y acá en La Polar, estafaron a un millón de gente humilde… No pido que los metan presos, pero por lo menos métanlos 30 días como me tuvieron a mí, por lo menos hagan un gesto. Porque hablar de La Polar, si hay muchos que están calladitos, si no es solamente La Polar. ¿Pero te vai a ir voh contra los bancos?

OVALLE NEGRETE

El mundo de los micreros era empresarial, pero tenía base social.
-Base social. Nosotros hablábamos de política, hacíamos asambleas en las líneas y jamás se habló que había que apoyar a una presidencial o a diputados. Ellos eran libres pensadores.

La última vez que nos entrevistamos fue en la sede de la Ovalle Negrete. ¿Qué pasó con ella?
-Desapareció. Se vendió. Hoy la sociedad de transportes Ovalle Negrete, el 80% es de Miguel Nasur.

¿Y el edificio?
-Es de la Metropolitana, de una empresa. Teníamos una sociedad de fomento en donde teníamos todos los bienes que había tenido el gremio en toda su historia. Y para capitalizar, se traspasaron todas las propiedades a las empresas. Y las empresas que crearon los dueños de las micros con los aportes, están en manos de unos pocos no más. Hoy…

Manuel Navarrete.
-No. Manuel es historia. Yo tuve muchas diferencias con Manuel. Creo que debe estar arrepentido. No lo hizo con mala intención. Lo engañaron. La diferencia que tenía con él es que yo siempre fui más vivo, a mí no me iban a engañar. Sabía que esto venía: eliminar a las pymes y concentrar el transporte en cinco o seis manos, lo que se ve hoy.

¿Y el edificio?
-Ese lo hice bajo mi presidencia, con el aporte de todos los dueños de las micros. Fue un orgullo. Teníamos un centro médico, todo.

Y hoy el edificio está arrendado a la SEK. Es bien simbólico que termine en manos de Segovia.
-Mira, a nosotros nos pasó lo mismo que al fútbol. ¿Quiénes están mandando en el fútbol? Con todas las panas que haya tenido Reinaldo Sánchez o Ricardo que estuvo harto tiempo, los clubes los manejaban los dirigentes deportivos de corazón. Ahora, el socio, el que va al estadio, el hincha, no tienen derecho ni a pataleo porque mandan las acciones. Mira: Yuraszeck está limpiando su imagen con Universidad de Chile. Estévez es presidente de la Católica. Si acá, digo, hay una cofradía.

¿Y la gente suya? La Ovalle Negrete.
-Desaparecieron. Están todos con demanda al Estado, asesorados por Armando Huerta. Demandas por daños y perjuicios. Confío mucho que estas demandas van a tirar éxito porque están bien fundamentadas. Yo lo único que estoy tratando de conseguir es que la gente reciba algo por los 90 años que le pusieron, como le pasó a los mineros de Lota. Porque acá hubo un compromiso del gobierno de Lagos que iban a pagar los finiquitos. Nosotros teníamos choferes y trabajadores en Ovalle-Negrete que llevaban 35 años trabajando. Y el gobierno se comprometió a pagar los finiquitos, porque nosotros no los estábamos echando, el sistema obligaba a que los choferes tenían que firmar por las empresas. Nos gastamos todo lo que teníamos en pagar el finiquito. Pagamos todo.
Pero a costa de nosotros, porque había un compromiso del Estado que ellos se iban a hacer cargo porque ellos estaban cambiando el transporte.

¿Y cuánto debió haber pagado el Estado?
-Tenemos que haber gastado más de cien millones de dólares. Este tema lo conversé mucho. Cuando a mí Manuel me dijo un día “nos van a pagar el finiquito”, yo le dije “¿te dieron algo firmado?”. “No”. “Te cagaron”.

Lo cagaron.
-Se lo mamó Estévez. Yo le dije: “yo no confío en Estévez”. Se lo dije.

LAS MICROS

¿Qué le parece que estos orugas consuman un kilómetro por litro?
-Pero si a mí me están dando leche… Si a lo mejor tienen la plata asegurada, si el Estado les está dando.

Parece que la tienen asegurada, si no pescan pasajeros.
-Tú sabís lo que está pasando. Nunca fui partidario del sueldo fijo. Los choferes lo conversaban conmigo. A los choferes había que colocarles un sueldo fijo, pero con un incentivo, para que no se produjera lo que se está produciendo: que los buses pasan vacíos y dejan botados. Las pobres viejas, levantando el dedo las veo en la mañana.

Pero lo que se producía eran carreras y gente atropellada.
-¿Y los atropellos que hay ahora, también? A mí nunca me dieron calles exclusivas. Ahora me meto a la Alameda y me hacen un parte. ¿Por qué no me lo dieron hace veinte años? Claro que había competencia, pero había mejor transporte. Pero no me hables de los accidentes, porque creo que hay más o igual cantidad, y ellos tienen mejores condiciones de operación porque tienen vías exclusivas.

¿Cómo soluciona esto? ¿Volviendo a la malla de recorridos?
-Volviendo a la malla de recorridos.

Que es lo que está haciendo el gobierno.
-Bueno, y por qué no lo partió al tiro, si por qué inventaron los transbordos. Cómo se te ocurre.

Pero el que más gana plata en el sistema es el administrador del Transantiago.
-Los bancos pasan piolita. Esos señores que tenemos al frente, con tremendas oficinas y ahora más concentrados, porque se están amarrando los bancos.

¿Y las frecuencias?
-Nosotros las planificábamos. De seis de la mañana a las siete tirábamos toda la dotación, no quedaba ni un pasajero. Trabajábamos a un minuto de frecuencia. Ahora son seis minutos los que más corto trabajan, y más encima no cumplen por llevar a los trabajadores. El otro día el ministro salió en la tele con la señora esa que se demoró tres horas en llegar al trabajo. Y aparecieron los buses. Se preparan. Si es rebueno salir en la calle tomando un bus. Yo puedo decir que jamás he tomado un bus.

¿Por qué?
-Rechazo el sistema, po.

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