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Poder

23 de Octubre de 2011

Los falsos cuernos de Lavín

Primero fueron conversaciones, luego cosas más elaboradas que terminaron en una enorme cadena de correos electrónicos que rebotó hasta Africa. El eterno candidato de la Alianza, decía el rumor, había sido engañado por su esposa y estaba en vías de separarse, con todos los costos políticos del caso. Una historia tremenda. Pero falsa.

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Por Pablo Vergara

“Es que la papita que mandaron está de pelos”. Así parte el correo electrónico que desde febrero llega a redacciones de prensa, universidades, partidos políticos, talleres mecánicos, salas cuna y mil lugares, esparciéndose por todos lados y siendo comentaio obligado en salas de clase, restoranes y cafés. “Señores, les tengo un cahuín de padre y señor mío. ¿Saben quién se acaba de separar? Joaquín Lavín Infante, candidato presidencial”, termina la sugerente introducción del mensaje. Preciso, dando por hecho las cosas. Certero.

Pero falso.

El correo electrónico se ajusta completamente a las claves de un buen rumor: personaje connotado + suceso ambiguo = preámbulo de escándalo. Y esto, seguido de cien llamados telefónicos de conocidos. Todos dándolo por hecho cierto, chequeado y archichequeado.

¿Qué decía el mensaje original? Que María Estela León, la eterna compañera de Lavín en las campañas de los últimos 10 años, había tenido un romance con uno de los policías de la escolta de Lavín (“asignado por la Dirección General de Carabineros”, explicaba, como si fuera gran cosa la precisión del dato); que el candidato había sabido y que todo se había derrumbado.

¿Qué decían los llamados? Hablaban de las señales que apoyaban eso: que Lavín andaba mal, que se veía cansado, que lo habían visto almorzando solo en un local de Providencia. Hechos todos, como se ve, irrefutables.

LOS “DETALLES”

El mensaje abundaba de “detalles”: que al policía lo habían trasladado y/o dado de baja (mentira: sigue siendo el mismo escolta de hace años) y que también había recibido su merecido de parte de sus propios compañeros:

“¿Consecuencias? (todo goce tiene un costo y un pago) Se separaron, el paco se fue de zapatería (le pegaron los mismos pacos), y además lo dieron de baja”.

Pero en Carabineros desmienten eso. El suboficial a cargo de la escolta, señalan fuentes de la institución, no sólo se mantiene vistiendo el uniforme, sino que además no ha sido trasladado jamás.

El resto del correo se perdía en moralinas y disquisiciones acerca de la “censura por parte de las distinguidas señoras del Opus Dei” sobre la pareja afectada.

Pero traía un bonus track: los entretelones de su no divulgación por la prensa.

POR QUÉ NO SE SUPO

En el mensaje nos daban hasta a nosotros. “¿Cuándo se supo? –se preguntaba el redactor-. Hace un buen tiempo. Lo saben los hocicones del The Clinic (pensaban publicarlo), pero en la Concertación sólo quieren echarle tierra al asunto ya que, paradojalmente, supone la muerte política de Lavín. Y ustedes saben qué pasaría ahí: si éste se baja de la carrera presidencial, en su lugar podría entrar Piñera, un contrincante mucho más complicado. Además, los tipos consideraron que entrar en este juego sería una hipocresía similar a la que solemos ver en Estados Unidos. Estamos de acuerdo: estas cosas no tienen nada que ver”.

Una acusación, una tésis política y consideraciones éticas. En un párrafo.

El mensaje original ha ido variando desde entonces. En formato escrito o de boca en boca.
Se agregaron datos: que el policía había sido trasladado a la Antártica, zona donde Carabineros no tiene representación, o que la esposa de Lavín viajaba al extranjero, ya ligada a un empresario siderúrgico catalán. Mentira. Hasta un empresario brasileño asomó entre los rumores. Además, que María Estela iba a renunciar o estaba renunciando o había renunciado a su puesto de concejal en Santiago.

EL ORIGEN Y OTRO RUMOR FAMOSO

Hasta ahora, el rumor no ha sido publicado, excepto la mención hecha en radio por la periodista Carolina Urrejola (ver recuadro). Aunque razones políticas pueden haber para eso, lo básico periodísticamente hablando no está: en el relato no hay datos a firme que se puedan chequear o no, salvo el que se pueda sacar de la policía.

Bien pensado técnicamente, el rumor cumplía con una buena mezcla de personajes relevantes y hechos ambiguos, abiertos e interpretables.

El rumor apareció en enero pasado, cuando todavía se vivían los últimos coletazos de la caída del caso Spiniak.

Algunas fuentes consultadas sitúan su aparición en Valparaíso, en el entorno del Congreso. Otros, se lo achacan a organizaciones de izquierda. Como buena historia maldita, no tiene padres.

Como el correo que circuló en julio del 2004, poco antes que la propia confesión de Gemita Bueno Yáñez la sacara del caso Spiniak y cuando el ministro en visita Sergio Muñoz ya tenía archichequeado que ella no había sido víctima de la red del empresario. El mensaje, enviado como cadena, recogía un mito urbano de ese entonces: que el senador UDI Jovino Novoa –acusado por Bueno de haberla vejado en la parcela de El Arrayán, acusación que le valió un procesamiento por falso testimonio- había confesado ante su familia que en realidad si había conocido a la joven testigo. El correo incluso traía citas del encuentro:

“Jovino Novoa confesó todo a su familia: ‘no tengo ninguna relación con Spiniak y su red de pedofilia, pero por más de un año me tiré sistemáticamente a Gemma Bueno’”. El texto incluso detallaba las reacciones y criticaba a los medios que no se atrevían a divulgar la verdad. Verdad que se conocería semanas más tarde, de la boca de la propia denunciante: “me pasé por la raja a todo Chile”.

ULTIMOS ESTERTORES

La historia de Lavín ya entró en su fase de saturación. Una variación a la truculenta historia –engaño, traslados, camotera china, etc- podría reflotarlo. Pero sigue expandiéndose: esta semana llegó a The Clinic un correo desde la lejana Ghana, en Africa, un país considerado como uno de los que tienen menos acceso a computadores en el mundo, con 1,2 aparatos por cada mil personas, con 20 millones de habitantes.

Esa “verdad” no escrita podría morir ahora que por primera vez se la desmiente. O mantenerse dando saltitos, instalada en las cabezas de los que quieran creer, como el célebre rumor francés ese que decía, a fines de la década de los sesenta, que las mujeres que entraban a los probadores de una gran tienda parisina eran secuestradas y enviadas a Africa por una red de trata de blancas judía. La historia se extendió sin que llegara a los diarios. Lo único que hizo la prensa, cuando la historia ya daba sus últimos estertores, fue denunciarla.

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#chisme#cuernos#Lavín#rumor

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