Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

27 de Enero de 2012

Una anciana millonaria muerta a palos

En la novela negra norteamericana el gran móvil es el dinero; quienes asesinan lo hacen por plata. La novela negra es, de esta manera, casi siempre un comentario sobre la desigualdad social. Los asesinos son por lo general tipos amorales que ven una oportunidad y la toman. Matan para ascender en la escala social; matan […]

Por

En la novela negra norteamericana el gran móvil es el dinero; quienes asesinan lo hacen por plata. La novela negra es, de esta manera, casi siempre un comentario sobre la desigualdad social. Los asesinos son por lo general tipos amorales que ven una oportunidad y la toman. Matan para ascender en la escala social; matan porque la sociedad le canta las glorias al mérito pero no lo premia. En definitiva, matan porque conciben el matar como la única forma de reparar la fisura social.

Con lo que no cuentan, casi como diría el Chapulín Colorado, es con los brazos armados de la sociedad; por un lado, el detective moral (en la novela “Crimen de semana santa”, de Antonio Rojas Gómez, es Mandiola) que no ceja por encontrar la verdad; por otro lado, con el periodista ambicioso y ético, Pepe Ortega, quien, con rotunda diferencia de sus colegas, prefiere la verdad al bombo majestuoso de la exclusiva.
Ambos personajes en “Crimen de semana santa” desentrañaran un crimen macabro: una anciana millonaria muerta a palos en su casa-mansión de la calle Dieciocho en los tiempos en que había mansiones en esa calle. Rememoran, desde el presente, cómo se forjó la relación entre ellos: un periodista joven y terco y un detective también joven y tan tenaz como su amigo. Entre los dos resuelven el crimen, y de paso entablan una relación productiva entre la policía y el periodismo.

“Crimen de semana santa” es una novela vivaz, bien escrita, donde la jerga –como no suele suceder en la literatura de este país– encaja. El misterio no es, por así decirlo, tan misterioso, y un lector de esta clase de novelas podrá rápidamente dar con el asesino, pero no es un verdadero obstáculo, pues a Antonio Rojas Gómez le interesa más usar este género para hablar de las redes de poder en el Chile de antes, que siguen siendo parecidas en el Chile de hoy, de la corrupta demencia de los oligarcas y los plutócratas.


CRIMEN DE SEMANA SANTA
Antonio Rojas Gómez
Simplemente Editores
2011, 133 páginas.

Temas relevantes

#crítica#literatura

Notas relacionadas