Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

6 de Febrero de 2012

Con bingo y completada…no hay salud

El temor a enfermar es, junto con la delincuencia, una de las principales preocupaciones de los chilenos. Y es que contraer enfermedades catastróficas en nuestro país tiene un altísimo costo, que no sólo implica un deterioro psicológico y físico que puede llevar a la muerte, sino también conlleva a un empobrecimiento de la familia. Quienes […]

Antonia Toledo
Antonia Toledo
Por

El temor a enfermar es, junto con la delincuencia, una de las principales preocupaciones de los chilenos. Y es que contraer enfermedades catastróficas en nuestro país tiene un altísimo costo, que no sólo implica un deterioro psicológico y físico que puede llevar a la muerte, sino también conlleva a un empobrecimiento de la familia. Quienes han tenido a un cercano enfermo de cáncer saben de lo que hablo. De esa búsqueda incansable por los recursos necesarios para contar con los medicamentos que pueden permitir salvar una vida o prolongarla en aquellos casos en que la enfermedad ha avanzado irreversiblemente.

En Chile, cada seis horas muere una mujer con cáncer de mama. De hecho en los últimos años ha pasado a ser la principal causa de muerte de mujeres por cáncer. A juicio de nuestras agrupaciones, se trata de una temática que tiene una dimensión social que no se ha calculado, por cuanto, de nuestros propios registros hemos logrado constatar que 7 de cada 10 pacientes con cáncer de mama son jefas de hogar, sin duda, una razón poderosa para que el cáncer de mama, a diferencia de otros, sea tratado desde una política pública que sea capaz de evitar que ese núcleo familiar pierda al pilar fundamental que brinda la mantención económica y la contención emocional. De lo contrario, el panorama queda inevitablemente destinado a niños en calidad de huérfanos y con escasas oportunidades de desarrollo.

El actual sistema público tiene contemplado el cáncer de mama entre las patologías del AUGE, sin embargo, no considera como posibilidad de tratamiento la droga denominada Herceptín cuya eficacia está demostrada en el mundo con evidencia científica irrefutable. De hecho, en Chile, la droga está reconocida en la “Guía Clínica del Ministerio de Salud”, sin embargo y pese a que los médicos tratantes la prescriben las pacientes no la reciben y, por lo tanto, no tienen más opción que recurrir a las más avezadas prácticas de la beneficencia para adquirir cada dosis que, en el mercado, tiene un valor de un millón 200 mil pesos cada una, sin considerar que se requieren 21 dosis por aproximadamente unos 18 meses, dependiendo de cada paciente.

Hasta ahora, nos hemos convertido en expertas de bingos y completadas para poder hacer reunir los recursos que nos permitan sanar de nuestra enfermedad o vivir más tiempo y pese a que muchas veces estamos a punto de rendirnos ante la indiferencia del Estado, hemos decidido que seguiremos tocando puertas por lograr, tal vez ya no para nosotras, que las mujeres de este país que tienen la desventura de contraer un cáncer de mama puedan contar con la droga requerida.

Hemos tocado puertas y varias, en distintas instancias. Hace muy poco y luego de más de 3.000 cartas enviadas hemos logrado un primer acercamiento con el ministerio de salud que esperamos se traduzca en solución y que, a partir de ello también avancemos en una mesa de trabajo para elaborar una política pública integral de manera que otras mujeres en el futuro no vivan de la beneficencia de sus cercanos, ni el lastimero vía crucis que se debe vivir buscando una política de Estado.

Si la salud depende de bingos y completadas, entonces no queda otra conclusión que reconocer que en Chile una mujer con cáncer de mama está condenada a morir y qué decir de aquellos hijos cuando la mujer enferma es jefa de hogar.

En Día Mundial del Cáncer, sólo se puede decir que en Chile con bingos y completadas… no hay salud.

*La autora es presidenta de la agrupación de pacientes oncológicos Un nuevo renacer

Notas relacionadas