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Cultura

9 de Marzo de 2012

Con pies de paloma

Las ideas y ocurrencias en el marco de la creación musical aparecen y desaparecen con el tiempo, cambian, unas llevan a otras (o no llevan a ninguna parte), se abandonan, se fuerzan, se filtran o -después de muchos años- vuelven en gloria y majestad, como si nada hubiese pasado, como si se las sacara perfectamente […]

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Las ideas y ocurrencias en el marco de la creación musical aparecen y desaparecen con el tiempo, cambian, unas llevan a otras (o no llevan a ninguna parte), se abandonan, se fuerzan, se filtran o -después de muchos años- vuelven en gloria y majestad, como si nada hubiese pasado, como si se las sacara perfectamente ordenadas de alguna libreta encajonada.

“Old Ideas”, nuevo disco de Leonard Cohen, recién galardonado con el premio Príncipe de Asturias (vale ver en youtube su discurso de agradecimiento), se enmarca en este último caso. Se trata de un disco compuesto con ideas musicales que, venidas de años atrás, de por acá y allá (algunos temas grabados originalmente el 2007 como “Lullaby” y “Amen”, versiones distintas para Darkness y letras escritas repartidamente) completan las diez canciones que ponen de relieve un trabajo que atrapa desde lo vocal. Dicho de otro modo, los diálogos que se establecen entre la apacible, relajante y casi hablada voz de Cohen y un pequeño coro de mujeres (Dana Glover, Sharon Robinson, The Webb Sisters y Jennifer Warnes) que le responden, acompañan, exigen, se roban la película y encantan a quien escucha, firmando de paso el carácter spiritual, góspel blanco de marcha tranquila que el disco tiene. “Show Me The place”, “Come Healing” y “Going Home” son ejemplos notables de ello y del poderío expresivo que, como instrumento, tiene la voz humana (difícilmente haya otro instrumento que logre la misma expresividad).

La instrumentación general de “Old Ideas”, aunque parezca y suene homogénea, es variada: hay guitarras, un Hammond, otros teclados del tipo sintetizador, un piano, contrabajo y una batería llevada a su mínima expresión, además de otros instrumentos de percusión, vientos, maderas y violines (de teclado, elección difícil de entender cuando –como es el caso de Cohen- dispone con total holgura de instrumentos reales).

Producido por Patrick Leonard, Anjani Thomas, Ed Sanders y Dino Soldo, “Old Ideas” conserva la facultad de Leonard Cohen de calmar por medio de la música, de hacer que las cosas pasen más lentas, incluso de inducirnos a estados de casi sueño o sueño derechamente, lo que está lejos de ser un defecto; al contrario, se trata de una facultad de pocas músicas y que manifiesta la capacidad de ésta de alterar nuestro estado mental y físico por completo.
“Old Ideas” representa nuevamente el camino que ha elegido el canadiense en la música, sin estridencias pero de paso seguro, firme, con pies de paloma, ubicándolo -una vez más- como un artista imprescindible del ayer y del hoy.

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