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Nacional

22 de Marzo de 2012

Radio Santa María de Aysén: la voz de la protesta

Se habla de redes sociales para hablar básicamente de dos plataformas de internet. Se habla de redes sociales cuando se habla de lo que dicen quienes tienen acceso a la red como si fueran los non plus ultra. Redes sociales aquí y allá se dice como si se hablara de un algo que no existió […]

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Se habla de redes sociales para hablar básicamente de dos plataformas de internet. Se habla de redes sociales cuando se habla de lo que dicen quienes tienen acceso a la red como si fueran los non plus ultra. Redes sociales aquí y allá se dice como si se hablara de un algo que no existió antes de que se pusiera de moda hablar en 140 caractéres.

Pero las redes sociales ya estaban. Las redes sociales, obvio dirá un sociólogo, son el entramado de amistad-familia-conocido-vecino con puntos en común. Puntos como años de abandono, como diferencias de precios de productos frente a los de la capital, como imposición de autoridades, como promesas incumplidas, como que se quiera inundar una región para iluminar empresitas en otras regiones sin consultarle a la primera, como la suma de factores que emputaron a los aiseninos hasta el punto del sanseacabó.

Y en la región, muchísimas de las redes sociales se han mantenido a flote gracias a la radio Santa María.

Hasta mediados de febrero, en la señal de la emisora fundada en 1979 por el obispo Bernardo Cazzaro se escuchaban mensajes en que don Fulano de Tal de Puerto Cisne le mandaba a decir a su compadre don Sutano de Tal en Villa Mengual que las ovejas que le había regalado engordaban y engordaban. Se escuchaban mensajes de auditores que llamaban a la radio buscando a sus perdidos, ofrecían servicios, preguntaban por parientes que dejaron de ver o que simplemente querían decir hola.

Hasta mediados de febrero muchos de esos vecinos desconocían lo que era un guanaco, un zorrillo o esos trajecitos de tortuga ninja que ocupan las fuerzas especiales mientras disparan lacrimógenas o tiran piedra al voleo con la cantaleta de que así restablecen el orden.

Ahora la cosa cambió y los mensajes son más o menos así:

-Yo fui soldado para 1978, cuando estuvimos a punto de entrar en guerra con Argentina, estaba muy orgulloso de defender a mi país, de pelear contra los argentinos para defender a mis compatriotas, y hoy no puedo entender que vengan compatriotas a reprimirnos, que vengan chilenos a atacar chilenos.

O así:

-Yo voté por Piñera pero estoy muy arrepentido y esto no va a parar, la ley de seguridad del Estado no nos va a amedrentar. Yo estoy en una barricada en Coyhaique, mi nombre es Mengano y mi rut el tanto, tanto, tanto.

O, más como plataforma de redes sociales, así:

-Acabamos de ver un grupo de Fuerzas Especiales rumbo a Coyhaique, prepárense vecinos porque van con todo.

Desde el inicio de la movilización a mediados de febrero, la emisora ha transmitido sin parar los enfrentamientos entre los manifestantes y carabineros y poco a poco se ha convertido en una suerte de voz oficial del conflicto con el programa Aysén, Tu problema es mi problema, transmitido todas las noches a partir de las 10 hasta que lo amerite.

Quizás por eso es que desde el oficialismo disparan en contra de la emisora, cuestionando su rol en el conflicto. La intendenta Pilar Cuevas acusó directamente a la radio de incitar a los manifestantes: “Radio Santa María ha cometido, a mi juicio, un acto de irresponsabilidad con nuestros habitantes, lamento mucho, un medio de comunicación debería llamar a la responsabilidad y no incitar a la violencia”.

Pero las protestas no comenzaron por un llamado de la radio. De los once puntos del pliego petitorio que presentaron los aiseninos al inicio de las manifestaciones solo uno ha sido atendido y en estos momentos los interlocutores entre el gobierno y los ciudadanos visten de verde y usan armas que le costaron un ojo a un patagón.

Y así como la radio recibe y transmite los mensajes a favor de la movilización, también tiene de los otros. Como el del superintendente de Bomberos, Raúl Vásquez, que la noche del martes llamó a la emisora furibundo:

“Como radio que llamen a la calma. No están llamando a la calma usted están incitando a que salgan a las calles, eso no puede ser. Esta situación ocurrió porque ustedes estuvieron toda la tarde llamando a manifestarse en las calles”, increpó Vásquez.

El llamado del bombero se dio justo en momentos en que un incendio amenazaba con quemar casas de un barrio de Coyhaique y los vecinos se preguntaban porqué no llegaba ayuda a la zona.

Y como plataforma de redes sociales en la radio reconocen que sí han jugado un rol en las protestas:

“Por supuesto. La radio tiene un rol que lo ha tenido siempre que es la comunicación social, no es sólo reportear el hecho o ir a buscar el acto de sangre, es la comunicación básicamente. Comunicarte, se trata de que la gente informe también, nosotros les damos ese espacio”, dice Claudia Torres, conductora de Aysén, tu problema es mi problema.

“La idea del micrófono abierto es que la gente envíe sus reflexiones, mensajes de apoyo, o decir por ejemplo yo estoy en tal kilómetro y vi pasar a tantos carabineros, así esta semana nos enteremos que venía desde Quellón un barco con más carabineros y así la gente va calculando cómo esperarlos”, apunta Torres.

Cuando los vecinos de Puerto Cisne se enteraron el martes por la Radio Santa María de que el gobierno enviaba más carabineros a la zona para “negociar”, crearon una barrera humana para impedir el paso a los guanacos y zorrillos, comprando tiempo a sus vecinos de Coyhaique.

“Una señora nos llamó para decirnos que había llevado a su hijo a ver el guanaco, porque acá nunca se habían visto estos vehículos y en menos de tres minutos los reprimieron sin tranzar”, dice Torres.

Con el apagón, que cosas suceden

Pero como la radio ha servido para que los manifestantes se organicen para enfrentar la represión, la radio se ha vuelto un blanco de represión. Curiosamente, narran desde Coyhaique, cuando oscurece y con la noche llegan los perdigones y las lacrimógenas, se corta la luz.

Aunque la radio sigue transmitiendo con un generador eléctrico, los auditores le pierden el hilo al conflicto que se relata en vivo y en directo por radioescuchas que llaman a la emisora.

“Uno quisiera pensar que no son sabotajes”, descomprime Torres, aunque recuerda que la noche del martes, una de las más violentas desde el inicio de las movilizaciones, los teléfonos de la emisora no funcionaron y misteriosamente su página de internet se cayó.

Pero la radio tiene amigos. Muchos amigos. Y los amigos, verdaderas redes sociales, se encargaron de difundir la señal de Radio Santa María en cadenas de emisoras como la Red Puente Sur, que agrupa emisoras de todo el continente, toma la señal y la retransmite para saltarse el cerco mediático.

Así, más de 30 emisoras se cuelgan en la noche de la señal de Radio Santa María para que la emisión no caiga en ningún momento y pueda seguirse por internet hasta lugares tan lejanos de Aysén como Estocolmo.

De esta forma, cuando la cosa se pone fea en un pueblo y los testimonios de los vecinos salen a la luz por la radio, los vecinos de otras comunas arman barricadas para llamar la atención de los pacos y descomprimir la represión en el primer punto.

“Cuando uno es atacado llama a la policía, pero cuando son ellos los que te atacan no te queda nada más, por eso la gente se tiene que defender”, explica Torres.

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