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Opinión

4 de Abril de 2012

¡Los brujos al acecho nuevamente!

* Tengo el mayor respeto por el trabajo de geofísicos de todo el mundo que han tratado de probar distintos métodos para predecir terremotos sin mucho éxito aún. Hay muchos detalles que ignoramos sobre cómo se producen algunos terremotos y cuáles son sus causas exactas. Los terremotos que ocurren en Chile, los más fuertes, son […]

Maria Teresa Ruiz
Maria Teresa Ruiz
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Tengo el mayor respeto por el trabajo de geofísicos de todo el mundo que han tratado de probar distintos métodos para predecir terremotos sin mucho éxito aún. Hay muchos detalles que ignoramos sobre cómo se producen algunos terremotos y cuáles son sus causas exactas.

Los terremotos que ocurren en Chile, los más fuertes, son por el movimiento de la placa de Nazca (que está en el océano, frente a nuestras costas), que se desplaza bajo la placa Sudamericana en el continente. Ese movimiento tiene una cierta velocidad, que mas o menos se conoce, cuando la placa de Nazca encuentra resistencia para introducirse bajo el continente se frena, durante un tiempo se acumula energía, entonces se puede suponer que cuando se suelte se producirá un gran terremoto.

Basándose en estos principios, el terremoto de febrero del 2010 fue pronosticado por geofísicos de la Universidad de Chile; claro, no con fecha y hora sino advirtiendo que debido a la energía acumulada en esa área se podría producir un sismo de gran envergadura. Este trabajo fue publicado en una revista de circulación mundial y fue sometido a la evaluación y validación por sus pares (Physics of the Earth and Planetary Interiors, Vol 175, 2009, 78-85 (Elsevier).

Como este ejemplo hay otros, pero en ninguna predicción se toma en cuenta el efecto del Sol, ni menos de las tormentas solares (llamaradas solares) y la razón es muy simple: no existe ningún mecanismo que permita que las partículas del Sol que chocan con nuestro campo magnético influyan en el núcleo de la Tierra, solo pueden afectar las comunicaciones y aparatos eléctricos pero no llegan al interior de la Tierra. Por otro lado, las tormentas solares son parte de un ciclo de entre 11 y 13 años que presenta normalmente el Sol, este año y el próximo estaremos en un máximo y habrá más actividad solar, más o menos parecida a lo que pasó hace 12 y 24 años, y así por siglos, nada especial.

En nuestro país, que se mueve como gelatina permanentemente, todos los días hay muchos temblores, algunos muy fuertes que llamamos terremotos (http://ssn.dgf.uchile.cl/) y tal vez por esto abundan los predictores de terremotos, total si no le achuntan nadie se acuerda y si les resulta hacen un gran escándalo tratando de validarse, no por los científicos sino por la ignorancia y miedo de muchos. Antes eran adivinos, ha habido varios, ahora sacan argumentos pseudo-científicos para convencer y engañar al ciudadano desinformado que no tiene los elementos de juicio para distinguir entre ciencia y chatarra. Hoy predicen terremotos, ayer el fin de mundo, ¿por qué nadie se acuerda? Al fin y al cabo aquí estamos y el mundo por ahora no se acabará y los terremotos en Chile seguirán independientemente de que los brujos los anuncien o no. Mientras tanto, esperemos que el conocimiento sobre la tectónica terrestre avance (lo ha hecho y mucho) aún más para tener mayor certeza sobre el riesgo sísmico de los distintos lugares que en ella habitamos.

Con pena veo que algunos medios de prensa de todo tipo auspician a los brujos, todo sea por el rating de lectores y auditores aterrados, atrapados por su ignorancia sobre el tema. Pero como la ciencia, el antídoto anti-brujos, no “vende”, no se le da la relevancia necesaria en la formación de las nuevas generaciones. ¡Urgente más ciencia! ¡¡Más cultura!! Menos basura comunicacional.

*Astrónoma. Premio Nacional de Ciencias Exactas. Académica de la U. de Chile

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