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9 de Mayo de 2012

Jugando a la revolución

Los juegos electrónicos comúnmente son asociados a la evasión y la mayoría de los intelectuales izquierdistas los consideran basura reaccionaria. Sin embargo, existe una gran cantidad de juegos que tienen como objetivo principal hacer una revolución! En ellos encarnas a un héroe que por alguna razón ha caído en desgracia con el tiránico gobernante de […]

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Los juegos electrónicos comúnmente son asociados a la evasión y la mayoría de los intelectuales izquierdistas los consideran basura reaccionaria. Sin embargo, existe una gran cantidad de juegos que tienen como objetivo principal hacer una revolución! En ellos encarnas a un héroe que por alguna razón ha caído en desgracia con el tiránico gobernante de turno. De la misma forma en que el Che Guevara lo hizo en su día, en los juegos tienes que dirigir las acciones de los rebeldes para librar al pueblo de la tiranía. En un esfuerzo de subversión virtual, The Clinic Online ha recopilado los juegos que llaman a la Revolución.

Fable III: Cumplir tus utopías o convertirte en el tirano que derrocaste

Las teleseries (al menos, las de la vieja escuela) terminaban con un matrimonio en que todos vivían felices y comían perdices. De la misma forma, la mayoría de los títulos “revolucionarios” terminan con el éxito militar de la revolución, tras el cual se supone que todos vivieron felices. En un inesperado giro, el diseñador Peter Molyneux decidió hacerse cargo de “lo que pasa después de ganar”.

Fable III es un juego de fantasía en que encarnas a un príncipe de un reino mágico inspirado en el siglo XVIII. ¿Qué tiene esto de Revolucionario? Que el Rey (tu hermano) es un tirano que oprime al pueblo. Entonces, decides iniciar una revolución. A lo largo de tu camino, deberás ir haciendo pactos con los distintos líderes locales, prometiéndoles “fin a la opresión y mayor justicia social”, de la misma forma en que lo hizo Fidel Castro en la sierra cubana.

Tras el esperado día en que las fuerzas revolucionarias enfrentan al malvado ejército de las tropas de tu hermano, te conviertes en el Rey de Albión. Pero el asunto no acaba allí. El Rey derrocado te advierte que en un año más vendrá una gran invasión y necesitaras de mucho dinero para financiar un gran ejército y salvar a la mayor cantidad posible de ciudadanos.

En una formidable misión denominada “El peso del mundo”, tendrás que ir tomando decisiones relacionadas con cumplir tus promesas de revolucionario o convertirte en un tirano similar al que derrocaste. El principal incentivo que tendrás para no cumplir tus promesas, es que cumplirlas significará una disminución sustantiva del tesoro de la corona. Estas decisiones se toman en audiencias en que los líderes de la comunidad enfrentan sus propuestas a las de un empresario llamado “Reaver”, quien sabe que para ganar dinero todo se vale.

Así es como te verás enfrentado a decisiones muy similares a las que los políticos chilenos tomaron para aprobar Hydroaysén, como cuando te ofrecen disecar un lago y construir una rentable mina o dejar las cosas como están para “dejar contentos a los ecologistas de Albión”. Ser un rebelde y prometerlo todo para derrotar a un tirano es fácil, pero otra cosa es estar en el poder y cumplir con lo prometido. Fable III te explica por qué la gran mayoría de los líderes revolucionarios no cumplen con todo lo que prometieron.

Red Faction: ¡Revolución en Marte!

Las revoluciones son un tema recurrente de la ciencia ficción. Tal es el caso del juego “Red Faction”, en que encarnas al líder de una revolución minera en Marte. La asociación con los símbolos soviéticos es bastante evidente, llegando al extremo de que la carátula del juego tiene un brazo empuñando un martillo sobre un fondo rojo. En tu aventura irás luchando desde los barrios bajos hasta la zona empresarial y política para derrocar a la codiciosa corporación minera que gobierna la colonia marciana. Pero el logo y la premisa de rebelarse contra los empresarios no son lo únicos elementos que convierten a este juego en “revolucionario”, sino que también (y de un modo inesperado) las tácticas de juego.

Te encuentras en un escenario inmenso, con recursos limitados y enormes fortificaciones enemigas. Para triunfar, tendrás que efectuar sabotajes, poner bombas en coches, estrellar un camión contra un puesto militar, secuestrar a oficiales enemigos, utilizar la destrucción del terreno como ventaja táctica y una serie de estrategias propias de una guerra de guerrillas. Si te preguntabas cómo las fuerzas revolucionarias de Cuba o Nicaragua lograron derrotar a ejércitos oficiales, está es la respuesta: utilizando las tácticas replicadas en Red Faction.

El juego ha generado tal impacto, que incluso es recomendado en el Foro Comunista. Los comentaristas del sitio destacan el juego como un “ejemplo de guerra popular anti-imperialista” y añaden que Red Faction es lo más parecido a una “guerra popular” que se puede encontrar en un juego.

A pesar de la buena opinión del juego por parte de los comentaristas del foro comunista, el usuario Tachanka tiene sus reparos: “El juego no dice nada de la revolución social y, salvo en los métodos, más bien busca una similitud con la guerra de independencia norteamericana”. El comentario termina con una reflexión para el bronce “por muy Red Faction que seas, el personaje se acerca más a Jefferson que a Mao”.

Starcraft II: Derrocando al tirano que una vez fue Revolucionario

La historia está llena de ocasiones en que un joven revolucionario triunfa solo para convertirse en un viejo igual de cruel que el tirano al que derrocó. Esto es lo que ocurrió en la primera parte de Starcraft, cuando Arcturus Mengsk fundó la organización “Sons of Korhal” para luchar contra la tiránica Confederación Terran. Con el apoyo de las fuerzas opositoras, consiguió convertirse en emperador.

Pero una vez en el poder, Mengsk comenzó a gobernar con métodos tan cuestionables como los que usaba la confederación. Incluso se aburguesó, convirtiéndose en un viejo de exquisitas costumbres muy amigo de los grandes empresarios. En “Starcraft II Wings of Liberty”, encarnas a Jim Raynor, un antiguo aliado de Mengsk que encabeza una revolución en su contra.

Para conseguir esta revolución, tendrás que conseguir el apoyo de líderes de distintos planetas, hacer las paces con viejos enemigos y hasta desenterrar legendarios artefactos alienígenas. Un hecho curioso, pero que guarda escalofriantes similitudes con la realidad, es que en el espacio entre misiones aparecen videos en que Mengsk habla a través del canal oficial del gobierno desacreditando a Raynor y a todos los rebeldes tratándolos como “terroristas irresponsables”.

Just Cause: El juego que parodia al derrocamiento de Manuel Noriega

Así como hay juegos en que se desarrollan revoluciones ficticias, existen otros que mezclan elementos de distintas revoluciones reales. El juego Just Cause está inspirado en la “Operation Just Cause” que consistió en una acción militar por parte de Estados Unidos para derrocar al líder militar panameño Manuel Antonio Noriega asesinando a 3.000 personas en 1989.

La acción del juego transcurre en una ficticia isla tropical de Sudamérica llamada “San Esperito” (No confundir con “San Expedito”). En ella, encarnas al agente de la CIA Rico Rodríguez, quien encabeza una guerra de guerrillas para derrocar al dictador de San Esperito, Salvador Mendoza. Mezclando un poco las cosas, se supone que el dictador de la isla tiene “armas de destrucción masiva”, algo muy similar a lo que dijo la CIA sobre Irak.

Durante la progresión del juego, no solo tendrás que ir derrotando a las fuerzas del gobierno, sino que también puedes hacer una serie de misiones complementarias que te servirán para ganarte la lealtad del pueblo. Algunas de estas misiones, incluyen liberar villas o desarticular carteles de la mafia; característica inspirada en la campaña de la sierra maestra durante la Revolución Cubana. Para enfatizar está relación, la portada del juego tiene una imagen que asemeja al protagonista del juego con el Che Guevara.

GTA San Andreas: Un delincuente que lucha contra la corrupción

La revuelta popular de San Andreas es encabezada por un pandillero y es apoyada por ciudadanos que protestan contra la corrupción de la policía. La historia de este juego parte de una forma bastante simple: eres un pandillero que intenta aumentar el territorio de tu pandilla matando a las pandillas enemigas.

Pero conforme la historia va avanzando, se revela una serie de traiciones que tienen como protagonistas a tu camarada Big Smoke y al corrupto oficial Frank Tenpenny. En las misiones finales, Tenpenny es acusado por corrupción pero en una resolución judicial impresentable (de esas que nunca hemos visto en Chile) Tenpenny sale en libertad. La impunidad de Tenpenny produce desesperación en la población, la cual inicia una revuelta.

Si las calles de San Andreas ya eran lo suficientemente caóticas antes de la revuelta, durante las últimas misiones se puede observar una ciudad en estado de caos, llena de barricadas y con gente lanzando sus televisores por la ventana. Lo mejor de todo, es que está revuelta está inspirada en violentas protestas reales que ocurrieron en la ciudad de Los Ángeles en 1992.

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