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Nacional

29 de Mayo de 2012

Nuevo intendente de Atacama ganó US$4 millones al vender derechos de agua a minera

La galopante aridez de Atacama que tiene en ascuas a sus habitantes fue, en cambio, un suculento negocio para Rafael Prohens, el nuevo intendente de la región. Así lo descubrió una investigación de CIPER de 2009 cuando apareció vendiendo parte de los derechos que había conseguido gratuitamente del Estado, a la Minera Caserones en US$4 millones. El traspaso de derechos de agua desde empresas agrícolas –como la de Prohens- a compañías mineras es el factor que más ha incidido en los últimos años en el agotamiento del acuífero de Copiapó hasta llegar al punto crítico en que se encuentra hoy.

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Fuente CiperChile

El nuevo intendente de Copiapó, Rafael Prohens Espinosa, es uno de los empresarios agrícolas que se ha enriquecido gracias a la alarmante sequía de la cuenca del río Copiapó y que tiene al gobierno y a sus habitantes en estado de alerta. Prohens, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó, obtuvo US$ 4 millones de dólares al vender a una minera derechos de agua que el Estado le había entregado de forma gratuita.

Esa operación de compraventa que enriqueció a Prohens, al mismo tiempo empobreció la cuenca. El nuevo intendente no sólo se benefició con la sequía, sino que colaboró a agudizarla. Esto, porque la minería usa el recurso de manera permanente y sostenida durante todo el año, a diferencia de la agricultura, que lo utiliza a plenitud sólo algunos meses. Así, un litro/segundo en manos de la minería contribuye más a la desertificación que un litro/segundo dedicado a la agricultura. El traspaso de un derecho de una empresa agrícola a una minera genera, en la práctica, un aumento del consumo.

“Se muere el río Copiapó: Consumo humano, agrícola y minero están en riesgo”, así se títuló el amplio reportaje publicado por CIPER en julio de 2009 donde quedó documentado que el ex alcalde y concejal Prohens es uno de los emprendedores locales que más se ha beneficiado con el verdadero “mercado del agua” informal que opera en Copiapó, acrecentado por la llegada masiva de inversión minera a esa región. Un mercado que se mueve con voracidad en busca de nuevos derechos de consumo, debido a que el río que atraviesa el valle está prácticamente colapsado desde 1997 y las napas comenzaron a bajar de manera alarmante desde 2007.

La galopante aridez se debe a que los derechos de consumo de agua otorgados a particulares cuadruplican la capacidad de recarga natural del acuífero de la cuenca. Estos derechos fueron otorgados sin restricciones y de manera gratuita gracias a las normas del Código de Aguas aprobadas en 1981, lo que en la práctica significó la privatización del recurso.

A la fecha en que se difundió el citado reportaje de CIPER, las mineras pagaban hasta US$ 60 mil por cada litro/segundo que les vendían agricultores. Según los registros del Conservador de Bienes de Copiapó, Rafael Prohens vendió 100 litros/segundo a Lumina Coopers, compañía propietaria de Minera Caserones. El nuevo intendente hizo la venta el 5 de noviembre de 2008, a nombre de Agrícola Doña Berta Limitada y obtuvo US$ 40 mil por cada litro/segundo, lo que totalizó un precio global de US$ 4 millones.

Jaime Prohens Espinosa, hermano del nuevo intendente, hizo un mejor negocio. A la misma minera le vendió 80 litros/segundo a un precio de US$ 55 mil por cada litro/segundo. La operación le reportó US$ 4,4 millones. Jaime y Rafael son hijos de Alfonso Prohens, agricultor pionero en el exitoso cultivo de uvas en el valle de Copiapó.

No es ilegal vender derechos de aguas, pero se trata de un negocio especulativo que pone en riesgo incluso la posibilidad de abastecer el consumo humano a corto plazo. El riesgo de que en los próximos años no haya abastecimiento para la población fue reconocido públicamente, en enero de 2009, por la superintendenta de Servicios Sanitarios, Magaly Espinosa. No es un cálculo alarmista, pues se han otorgado y se transan más litros/segundo de los que genera el acuífero. El acuífero recarga naturalmente 4.500 litros/segundo, pero se extraen cerca de 7.000. Si todos los que poseen derechos usaran el agua que les corresponde, Copiapó quedaría totalmente desabastecido del vital elemento.

Por esta razón, ya en 1992 el acuífero había sido cerrado a nuevos derechos, cuando resultó evidente que se habían concedido derechos que superaban la existencia real de agua. Y por lo mismo, quienes transan un bien sobre el cuál no hay certeza de su existencia, saben que es un negocio especulativo.

El entonces seremi de Agricultura, Ricardo Santana, describió en el reportaje difundido por CIPER en 2009 el daño que genera esta especulación:

-Al ser los valores del agua cada vez más restrictivos, lo que se produce como efecto es que la propiedad se concentra en unas pocas manos. En términos de distribución de las oportunidades para el desarrollo, eso no es equitativo. Por lo tanto, la especulación es un fenómeno que no contribuye a solucionar el problema sino que, por el contrario, contribuye a agravarlo.

La presión sobre las escasas reservas hídricas de la zona aumentó a contar de 2007 porque el alto precio del cobre impulsó la multiplicación de las faenas mineras. Y aunque ya se sabía que el agua no alcanzaba para abastecer a todos y que incluso están en riesgo las provisiones para el consumo humano, se activó con mayor fuerza la compraventa de derechos de agua, como la que concretó el nuevo intendente en noviembre de 2008.

Lee el reportaje completo acá

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