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Opinión

26 de Junio de 2012

Sinrazones de los 132 de México

El movimiento de los 132 no distingue pluralidad de imparcialidad, parece no distinguir entre línea editorial, objetividad y lo que llaman la “Verdad”, y entre otros puntos, creen que es posible un fraude en las elecciones a la presidencia pero no a jefe de Gobierno del Distrito Federal.

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Por Héctor Villarreal para Revista Replicante

—Insisten con que quieren “información transparente, plural e imparcial”, pero el problema es que la pluralidad es incompatible con la imparcialidad. El concepto plural no es sólo cuantitativo, sino también cualitativo. En cambio, el concepto imparcialidad no admite más de una expresión. Por ejemplo, la información sobre el clima: la temperatura en equis ciudad será de 25 grados. Ésa es la imparcialidad. Nadie podría decir si es una temperatura templada o caliente ni recomendar el uso de sombrilla o ropa fresca. Siendo el clima, tal vez no sea tan importante anular las significaciones de los datos. Pero en deportes, si un marcador fue 0-0, nadie podría decir si el partido fue aburrido, entretenido o parejo, o si el resultado fue previsible o sorprendente. El periodismo es darle significado a los datos, y si pasamos a cultura, economía y política, se vuelve un asunto necesariamente subjetivo y parcial. Supongamos que en su primera carrera en Fórmula 1 el Checo Pérez llegó en sexto lugar y un diario dijo que triunfó, otro que decepcionó porque tuvo oportunidad de llegar en mejor lugar y otro no dijo nada. Objetivamente sólo triunfa el primer lugar o los tres que suben al pódium, pero en este caso ninguno miente ni quiere manipular ni desinformar ni ocultar la realidad, dos significan el hecho de un modo distinto y otro no lo menciona seguramente porque está fuera de su rango de cobertura e intereses informativos.

—La interpretación de los datos comúnmente no es dolosa ni intenta ser sesgada ni engañosa. Además de la línea editorial, en esa interpretación juega también el error, la negligencia, la improvisación y la escasez de recursos, antes que un plan perverso. No obstante, en una convocatoria dirigida a periodistas y editores afirman: “Sabemos que es muy probable que desde hace tiempo te han mandado línea para publicar en cierto sentido, modelar las notas y ocultar realidades… deja ya de colaborar con quien te pide que traiciones la Verdad”.

—Si les preocupa la “objetividad” de la información la instancia tendría que ser Notimex, la agencia gubernamental que produce una cantidad muy importante de las notas transcritas como noticias por los periódicos nacionales y en buena medida es la fuente en el extranjero sobre lo que ocurre en México.

—La transparencia de la información tiene como límite o complicación la secrecía de las fuentes, como en el caso del periodista a quien le fue publicado como reportaje la filtración que un anónimo le hizo llegar con archivos de Office, los cuales supuestamente prueban la venta de menciones favorables de Televisa al Gobierno del Estado de México a favor del candidato del PRI. ¿Qué hacemos? ¿Le exigimos transparencia o así está bien? ¿Es objetiva e imparcial esa información, sin sesgo? (The Guardian ha dicho que no ha sido posible confirmar su autenticidad).

—Desean y exigen libertad de expresión, pero no pocos de ellos ejercen esa libertad para insultar. Se deslindan de las manifestaciones antipeñanieto. Menos mal, porque si no formarían parte de los que fueron a gritar “puto” al Estadio Azteca con la intención de ofender al candidato de su antipatía. Se deslindan en conjunto de la homofobia en particular de los que fueron a exhibir una manta en forma de camiseta con el número 132. Triste y pobre vanguardia del estudiantado universitario si la homofobia forma parte de sus expresiones. De los insultos a quienes opinan distinto a ellos o tienen intenciones de votar por el PRI o ven la programación de Televisa, mejor no entrar en detalles. Queda claro que la “democratización” implica tener que estar de acuerdo con ellos y no cuestionarlos o poner en duda sus afirmaciones.

—Descalifican a quienes optan por el abstencionismo y el voto nulo por considerar que son ineficaces para avanzar en la democracia, cuando éstas pueden ser opciones tan informadas y reflexionadas o más de quienes votan. La abstención es una forma de expresar conformidad con la situación presente y la aceptación de que continúe así. El voto nulo es una expresión de inconformidad con las opciones. Por el contrario, históricamente, los municipios o comunidades con mayor participación electoral han sido los de voto corporativo campesino, ahí donde vota el 100% del padrón y hasta los muertos. Una democracia sana, avanzada, bien puede tener 40% de abstención y 5% de votos nulos. Una democracia incipiente o en proceso de consolidación, también.

—La conciencia y el pensamiento crítico, al que apuntan como objetivo, no se forman por el consumo de información con cualidades como la transparencia, la imparcialidad o la pluralidad, sino por la formación del pensamiento científico, por el aprendizaje de la ciencia. Si carecemos de información con esas cualidades como las que exigen, ¿cómo es que sí hay gente con conciencia y pensamiento crítico? ¿Esa gente ha vivido sin ver televisión o ha sido beneficiada de información excepcional a lo largo de su vida? Más bien es el pensamiento científico el que le puede permitir a cada quien ponderar la calidad de la información, las líneas editoriales en las que está inscrita y ponderar las distintas opiniones (y subjetividades) respecto de ella. La formación del pensamiento científico, en la que debe fundamentarse la conciencia crítica, es incompatible con las simpatías o alianzas con la dirigencia de la disidencia magisterial y la oposición al acuerdo nacional por la calidad de la educación. Es a la Secretaría de Educación Pública adonde tendrían que dirigir sus protestas, más que a la sede de las televisoras, para exigir la educación de calidad que nos permita a todos consumir información de manera crítica y deplorar contenidos de baja calidad.

—Piden información veraz, pero parte de la información que producen y difunden no lo es, como en lo que se refiere a los votos nulos. (Diseñan muy bonito, pero, de nuevo, ¿no hay entre ellos buenos alumnos de derecho?)

—En su memoria selectiva de víctimas, las cuales van en un rango muy amplio desde 1968, echan en cara al candidato de un partido su responsabilidad por las violaciones a los derechos humanos cometidas en Atenco y a la candidata de otro partido su pertenencia a un gobierno al que responsabilizan por la muerte de los niños en la guardería ABC; pero no recuerdan a los jóvenes que murieron en la discoteca News Divine durante una redada del gobierno de otro candidato (Miguel Mancera). Ellos tampoco debieron morir, pero parece que no deben ser recordados por el movimiento. Ni ese candidato ser molestado.

—La preocupación electoral parece exclusiva del ámbito federal. No acudieron a solicitar capacitación y acreditación como observadores a los institutos locales. En el caso de la capital del país, la misma elección en la que advierten la amenaza de fraude a la presidencia —por lo que hay que observarla— sería limpia en la de jefe de Gobierno.

—Exigen juicio político a alguien que no tiene fuero. (¿No hay, entre ellos buenos alumnos de derecho? ¿O se trata de pasar de contrabando el pliego petitorio de la disidencia magisterial?)

—Toda manifestación que incluye o concluye con el Himno Nacional no conduce a la emancipación de la cultura e historia priistas (no conduce a ninguna emancipación). Jóvenes que logran emanciparse de las televisoras, pero que siguen con los atavismos de la historia patria.

—Dicen que se oponen a los dinosaurios, pero marchan con canciones de Mercedes Sosa. No, pues la pura frescura del movimiento.

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