Opinión
5 de Julio de 2012La Patagonia argentina también es rebelde
Por José Di Mauro para Diario Popular Fanático de Boca como es, Daniel Scioli debe haber pensado la noche del miércoles que sólo hay malas noticias para él en los tiempos que corren. Y así como el club de sus amores deberá repensarse a partir de la frustración en su máximo sueño de este año […]
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Por José Di Mauro para Diario Popular
Fanático de Boca como es, Daniel Scioli debe haber pensado la noche del miércoles que sólo hay malas noticias para él en los tiempos que corren. Y así como el club de sus amores deberá repensarse a partir de la frustración en su máximo sueño de este año y la salida de su principal estrella, el gobernador deberá hacerse a la idea de que para él ha cambiado definitivamente su relación con el gobierno nacional, y le esperan tiempos de estrecheces y reproches en la administración de su provincia. Ese presente tormentoso tal vez se extienda por tres años.
El miércoles de protestas y paro en todos los estamentos de la administración pública que vivió la provincia de Buenos Aires, es apenas una ventana cercana que permite tener una visión hasta moderada de lo que se vive en otras latitudes provinciales. Las caras del ajuste, que decíamos a principios de año que se verían en muchas provincias, tienen visos de dramatismo en el sur argentino, donde las protestas suelen ser más radicalizadas.
Hoy la Patagonia parece ser un volcán en erupción y se espera que más temprano que tarde las cenizas se esparzan de algún modo a buena parte del país. La crisis más grave está hoy instalada en las provincias de Santa Cruz y Chubut. En territorio de los Kirchner, el autoacuartelamiento policial exhibe hoy el grado de deterioro que ha alcanzado la tambaleante administración de Daniel Peralta. De ser una provincia privilegiada por tratarse del territorio de los Kirchner, Santa Cruz ha vivido en medio de la zozobra política la mayor parte del tiempo. Cuesta entender que su gobernador haya ganado las elecciones hace menos de nueve meses por el 51 por ciento de los votos y atraviese una crisis socio-política que no hace más que ir superando sus puntos máximos.
Recordemos que, consciente de lo que se le venía encima, el gobernador resolvió enviar a fines del año pasado -a días de haber reasumido por cuatro años- un proyecto de ley a la Legislatura para declarar la emergencia provincial, decisión que implicaba un ajuste fiscal que desató graves disturbios, cuya represión dejó al menos 23 heridos. Jaqueado políticamente y hasta enemistado con la Presidenta -los miembros de La Cámpora resolvieron dejar los puestos que ocupaban en su gobierno-, Peralta decidió retirar el controvertido proyecto en marzo pasado. Como se ve, las cosas no le han ido mejor.
En Chubut, el gobernador Martín Buzzi llegó al poder de una manera más complicada. Si bien la provincia estaba más saneada y mejor administrada, el peronismo dividido en dos y haber ganado en polémicos comicios que necesitaron hasta elecciones complementarias no le mostraban un horizonte claro al sucesor de Mario Das Neves, que tomó decisiones drásticas aun antes de asumir: borró sus lazos con el peronismo disidente y se acercó al kirchnerismo, mostrando incluso rasgos de fervor que suelen caer bien en Olivos. Así fue que se convirtió en mascarón de proa de la embestida oficial contra Repsol, que terminó en la expropiación de YPF.
No tardaría Buzzi en advertir que su audacia no le aseguraba una mejor vida, pues de entrada nomás advirtió que la ausencia de Repsol privaba a la provincia de fondos frescos no sólo necesarios para su administración, sino también para el quehacer cotidiano de los habitantes de la provincia.
Hoy se encuentra jaqueado por un conflicto que parece no tener fin, desatado por el inclasificable grupo de Los Dragones, un sector de la UOCRA cuya enemistad con la conducción nacional del gremio es de vieja data, que ocupó con inusitada violencia el yacimiento de Cerro Dragón, afectando la producción de crudo y gas del mismo. Las autoridades de Pan American Energy, concesionaria de ese yacimiento, están pasmadas por la inacción de las autoridades políticas y judiciales; dicen que está perfectamente documentado quienes fueron las 150 personas que ingresaron con tarjetas identificatorias al predio y que causaron multimillonarios destrozos.
Entre los principales damnificados de esos hechos de vandalismo están los contratistas de PAE, que son precisamente los empleadores de Los Dragones, y que ahora han visto agravarse su situación al resolver la empresa multinacional rescindirle los contratos. Las dos empresas empleadoras de los casi mil trabajadores de la construcción que en principio se quedarían si empleo, son Contreras Hermanos y Skanska.
Previsiblemente, el gobernador Buzzi ha rechazado la rescisión de los contratos y ha advertido que “es como tirar más leña al fuego”. Las mismas palabras han dicho los que protestan cortando rutas e imposibilitan el normal funcionamiento del yacimiento desde hace dos semanas. No se espera que cedan en sus posiciones extremas.
El resto de la Patagonia no muestra señales de mayor calma. En Río Negro, el gobernador anterior murió a manos de su esposa en la madrugada del primer día del año. Al menos había conseguido que la Legislatura provincial le aprobara para entonces una ley de emergencia similar a la que no pudo hacer prosperar Peralta en Santa Cruz. Hoy la provincia está complicada por cuentas en rojo que vienen desde la administración radical que antecedió a la actual, y problemas para los productores locales por las trabas a las exportaciones. A todo esto hay que agregar el escándalo de los sueldos de entre 50 y 60 mil pesos que se reveló perciben los cargos de mayor jerarquía en la provincia.
Tierra del Fuego, donde los sindicalistas no suelen ser más dóciles, muestra una calma que puede alterarse en cualquier momento. La gobernadora Fabiana Ríos ha garantizado que abonará el sueldo y el aguinaldo en un solo pago, pero los gremios estatales no le creen y se encuentran en estado de alerta y movilización.
El gobierno nacional rechaza enfáticamente la palabra “ajuste”. Pero en el interior, es el verbo que han comenzado a conjugar.