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Cultura

3 de Septiembre de 2012

El libro que deja a Jaime Guzmán más bueno que Jesús

El miércoles de la semana pasada aparecía en esa sección de El Mercurio donde las caras siempre son las mismas -Vida Social- las fotos de Chadwick, Ena Von Baer, Juan Antonio Coloma, Hernán Larraín, etcétera y etcétera; juntitos en el mismo lanzamiento: el del libro “Asesinato en el campus oriente: 21 años de impunidad en […]

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El miércoles de la semana pasada aparecía en esa sección de El Mercurio donde las caras siempre son las mismas -Vida Social- las fotos de Chadwick, Ena Von Baer, Juan Antonio Coloma, Hernán Larraín, etcétera y etcétera; juntitos en el mismo lanzamiento: el del libro “Asesinato en el campus oriente: 21 años de impunidad en el crimen de Jaime Guzmán”.

El libro, presentado por Chadwick y Pilar Molina, ex periodista de El Mercurio, ex directora de La Segunda y una de las favoritas de Zegers -director actual del diario de Agustín-; fue escrito por Lilian Olivares, editora de nuestro segundo medio de comunicación favorito luego de Mega: la edición del día sábado de La Segunda.

El texto, encargado por la Fundación Jaime Guzmán -con tapas bonitas y papel idem- trata de -en palabras del presidente de la fundación- de “dar luces del asesinato”. De pasadita, también, Guzmán (cómo no) queda más bueno que Jesús.

Acá, nuestros párrafos favoritos:

Guzmán, el desinteresado

“El lunes primero de abril de 1991, en un auto Subaru Legacy color plateado, agonizaba un hombre temido por sus adversarios ni más ni menos que por sus ideas. Su inteligencia le permitía tener conocimiento de la poderosa arma con que habría sido dotado al nacer. Es probable que por ello decidió darle un sentido a su vida a través del servicio público. No aspiraba a cargos, sino que quería influir en los valores de la gente”.

Guzmán apóstol

“Nadie hubiera imaginado antes al intelectual Jaime Guzmán haciendo puerta a puerta. El candidato a senador aprovechó de recorrer cuanta feria y población pudo. Las mujeres lo rodeaban y lo protegían en los sectores donde la ideología no le era afín. Con ellas hablaba de las cosas cotidianas de la vida, pero no de la campaña, cuestión que le criticaban algunos de sus acompañantes. Él tenía una razón: era posible que no ganara la senaduría, pero sí estaba evangelizando, y eso quedaría”.

Dejad que las piedras vengan a mi

“Y cuando comenzaban las pedradas y las manifestaciones de repudio, él no cortaba las conversaciones…seguía como si nada. “El Ángel de la Guarda nos protege”, decía, mientras sus compañeros intentaban subirlo rápido a un auto y salir del sector.

Angelito capitalista

“No llegué a Jaime Guzmán por la figura, sino por las ideas. De ahí en adelante me he dedicado a promover esas ideas (…) la dignidad de las personas en todo ámbito, desde su concepción a su muerte natural. Las personas están por encima del Estado y no al revés. Lo segundo, una sociedad y una economía libre, que permitía desenvolver la capacidad y el emprendimiento y que las personas puedan elegir. Y una preocupación fundamental por el tema de la pobreza y la educación” (Jaime Bellolio)

Jaime buena onda

“Jaime Guzmán se interesó por nosotros. Fuimos desarrollando como grupo con él una relación de amistad grande. Nos arrancábamos a Viña, jugábamos a la pelota. Lo que menos hacíamos era estudiar”. (Andrés Chadwick)

Jaime profeta

“A su madre, el asesinado senador le escribió: “Cuanto podamos tener que sufrir y perder por el bien de Chile, hay que tenerlo como un signo de la Providencia y como el necesario sacrificio que entraña el cumplimiento del deber”.

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