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Planeta

18 de Octubre de 2012

El nuevo sobajeo del Gobierno y El Mercurio a Castilla

En el espacio de opinión del diario El Mercurio le prestan media página a un nuevo sobajeo del gobierno al proyecto Castilla. Ésta vez es Domingo Cruzat, presidente del Sistema de empresas Públicas, quien le hace un cariñito al proyecto detenido por la justicia, búscandole la patita de que la central generaría gran cantidad de […]

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En el espacio de opinión del diario El Mercurio le prestan media página a un nuevo sobajeo del gobierno al proyecto Castilla. Ésta vez es Domingo Cruzat, presidente del Sistema de empresas Públicas, quien le hace un cariñito al proyecto detenido por la justicia, búscandole la patita de que la central generaría gran cantidad de agua para combatir la sequía en la Región de Atacama.

Lo que viene es la columna publicada en el Diario de Edwards

“Es de público conocimiento que el país requiere de grandes inversiones en proyectos energéticos, dados el aumento de la demanda y los altos costos de nuestra energía eléctrica. En 2011, el precio de la energía en Chile se ubicó en US$ 256 Mw/h, un 365% por sobre el de 1998, lo que representa la segunda alza más grande a nivel mundial.

Los consumidores chilenos pagan 61% más por la electricidad que el promedio del grupo de países de la OCDE. En Sudamérica, Chile, Uruguay y Brasil son los países con energía más cara. Este mayor costo afecta la competitividad de nuestra industria y, por ende, la generación de empleo. Pero también a los más pobres, quienes deben pagar altas cuentas de luz y agua, ya que gran porcentaje del agua producida debe extraerse de pozos e impulsarse, en el caso de Copiapó, a gran altura.

Como presidente del Sistema de Empresas Públicas, y por ende de la concesionaria de agua potable de la Región de Atacama, lo ocurrido con Central Castilla me preocupa.
En el Norte Grande, la escasez de energía es muy limitante. Los grandes proyectos mineros demandan dos insumos clave: energía y agua. Las inversiones mineras proyectadas para 2020 se estiman en US$ 50 mil millones, lo cual genera mucho empleo y riqueza. Una estimación gruesa nos indica que la operación de estos proyectos, por la vía de impuestos y del royalty a las mineras, podría financiar hasta un 50% del presupuesto de educación del 2013. Los impactos en la recaudación de impuestos y del royalty que se concretaría pueden llegar a US$ 7 mil millones anuales.

Por lo tanto, una central de generación de energía en el Norte Grande -como Castilla y otras que se presenten a consideración- es importantísima para el futuro del norte y del bienestar de los chilenos. Una central térmica produce: i) Disponibilidad de energía para proyectos que la requieren urgente; ii) Mayor oferta global de energía y, por ende, detiene el alza y eventualmente produce una baja en su costo; iii) Agua desalada y, por ende, potable. Castilla llegaría a producir hasta 800 litros/seg, los que estarían disponibles para abastecer a la población de la Región de Atacama, y iv) Trabajo calificado para personas de la zona.

Siempre hay costos asociados a la construcción de una planta industrial. La solución no es no construirla, dañando el progreso y el bienestar de los chilenos. Los costos se deben medir y luego compensar a quienes incurren en ellos, siempre y cuando éstos no atenten contra temas esenciales. Me vienen a la mente dos ejemplos de manejos exitosos en los que el Estado supo enfrentar costos iguales o mayores a los de Castilla, y hoy estamos orgullosos de que éstos se hayan llevado a cabo: la Central Ralco, impulsada por el ex Presidente Frei, y el Acceso Sur a Santiago, realizado durante el gobierno del Presidente Lagos.

La situación de Atacama -y en especial de Copiapó, Caldera y Chañaral- es muy difícil. La escasez de agua potable ha mermado dramáticamente la cantidad de agua en la cuenca del río Copiapó. El acuífero sigue disminuyendo, y por más que se invierte en perforar pozos, la cantidad del recurso hídrico disminuye. Las mineras decidieron invertir en plantas desaladoras para independizar sus fuentes de agua, y gracias a esto, varias de ellas nos van a permitir utilizar su agua de pozos.

Sin embargo, habiendo recibido agua de las mineras que compensan en parte la escasez hídrica con que cuenta Econssa (empresa SEP), aún no se ha solucionado el abastecimiento de mediano plazo. ¡Se necesita una planta desaladora para suplir el déficit! Dicho déficit afectará a los actuales habitantes de estas ciudades. ¿Qué pasará con el crecimiento proyectado de estas ciudades a las que llegará gente a trabajar en instituciones del Estado, de servicios u otras actividades? El consumo de agua potable de la Región es de 1.000 litros/seg, y Castilla puede producir hasta 800 litros/seg, lo cual resuelve gran parte del problema de disponibilidad de este recurso.

La no construcción de Castilla y de otras centrales en el Norte Grande tendrá un alto costo para la Región de Atacama y para el país. La construcción de centrales térmicas en el Norte Grande, y en especial en Atacama, es extremadamente urgente. No sólo son necesarias para implementar proyectos mineros, agrícolas e industriales, sino que también son una eficiente fuente de agua potable para zonas que presentan escasez de este recurso para la población. Por ello, debemos ver el tema energético como política de Estado y como una necesidad del país. Así, es necesario reactivar no sólo Castilla sino que todos los proyectos de energía factibles. De lo contrario, las consecuencias serán nefastas.

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