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Nacional

29 de Octubre de 2012

Tohá, la heredera de Bachelet en Santiago

A las diez de la mañana muy poca gente creía realmente que Carolina Tohá podía ganar. Las encuestas indicaban que el resultado sería estrecho, pero en realidad todos los pronósticos estaban hechos sobre la incertidumbre. El Injuv había estimado que alrededor de un millón de jóvenes acudirían a votar, pero cuando la candidata por Santiago llegó a votar a la Escuela Luis Calvo Mackena en Ricardo Cumming, sólo habían sufragado cuatro personas antes que ella. Eran las diez y el comienzo de lo que sería una de las victorias más emblemáticas de Santiago.

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Después de votar, Carolina Tohá, junto a su pareja Jaime, sus hijos y los miembros de su comando, fueron a tomarse un café en la plaza Brasil. Al lugar llegó también el diputado por Santiago Centro, Felipe Harboe. Todo tranquilo, tranquilito. El rumor de la abstención se hacía presente y nadie podía decir nada con certeza. A Tohá le había ido bien a la hora de votar. Montones de adherentes que gritaban: “¡mujeres al poder”. También le había ido bien en la calle, la gente había respondido enérgicamente a su campaña. Se le acercaban a decir que querían sacar a Zalaquett, que iban a votar por ella. En el café llegaron las noticias de funas a Labbé, gritos y hasta golpes. Pero Zalaquett había votado a las nueve de la mañana sin mayor problemas. Porque a Zalaquett también le había ido bien cuando llegó a la Escuela República de Alemania a sufragar. “¡Zalaquett, Zalaquett aquí estamos otra vez” le gritaron afuera del recinto. En la calle también lo recibían con cariño y le aseguraban el voto.

Zalaquett se mostraba confiado, y tenía razones para hacerlo. Antes de él había venido Alcaíno. Y antes de él Joaquín Lavín, UDI. La tendencia era clara. Tohá, por su parte, había sido cautelosa al hablar de una posible victoria: “si la votación es amplia, vamos a ganar”, había dicho semanas antes. Por eso, su campaña llamaba a votar y a hacerlo informado, intentando contrarrestar la campaña de Yo no presto el voto de la ACES, quienes funaron una actividad con la Fundación Iguales y un debate en la Universidad Católica. En esa ocasión a Zalaquett le gritaban por desalojar los colegios con violencia y por la extrema represión en marchas y a Tohá le decían que pertenecía a un sector que consolidó la educación de la dictadura.

El día de Tohá se mantuvo tranquilo, familiar. Un almuerzo privado y un paseo por el Parque Forestal. De ahí, todos a esperar los resultados en el Hotel Fundador. Todos menos Tohá que no llegó sino hasta publicados los cómputos oficiales.

No era una elección fácil. El 2008 la Alianza había arrasado con las municipales, logrando sacar más alcaldes y más concejales que la Concertación. En la Región Metropolitana la derecha concentró un 47% de las comunas, mientras la Concertación logró un 41%. Dentro de las pérdidas más emblemáticas se encontraba la de Santiago Centro en manos de Pablo Zalaquett. Después de eso, Sebastián Piñera salió elegido presidente. De ahí la importancia que día a día iba sumando la elección por el Centro.

Ambos candidatos negaron que hubiese una relación directa, pero sin duda las Municipales “son un termómetro”, reconoció Tohá en el programa de Canal 13 Cable, Opinión Pública. Bachelet no tardó en salir al baile y Tohá incluso repartía poster gigantes con la cara de ambas y decía sentirse apoyada por la ex presidenta. Zalaquett, en cambio, decía que había trabajado muchos años con la ex mandataria y que “quien se arrogue que ella discrimina en favor de uno o de otro, creo que es no conocerla”. Pero Bachelet se había hecho presente en la campaña de Tohá a través de su madre, Ángela Jeria y de un saludo que le hizo llegar a Tohá cuando lanzó su campaña.

El día de ayer, también pareció hacerse presente cuando una avanzada de ex ministros de Bachelet llegó al salón del Hotel Fundador en el centro de Santiago. El Senador Ricardo Lagos Weber, ex Ministro Segegob, que tiraba tallas con todos. Álvaro Erazo, ex ministro de salud y el diputado Felipe Harboe, ex Subsecretario del Interior, que nunca logró disimular su extrema confianza en el triunfo. Todos los demás parecían seguros, pero tímidos. Nadie quería tener que salir con la cola entre las patas. Excepto Harboe, el único en la sala que parecía completamente seguro de la victoria cuando recién se empezaban a saber los resultados de las primeras mesas: “Zalaquett va a caer estrepitosamente”, se lanzó.

A las 19:30 llegó la diputada PPD María Antonieta Saa con una sonrisa de oreja a oreja diciendo “ganamos Conchalí y Huechuraba” y los rumores de victoria comenzaron a esparcirse. Durante el día se había especulado que los resultados estarían a las 20 horas, pero en vez de eso, llegó el ex presidente Ricardo Lagos. También la ex Ministra de Sernam, Laura Albornoz. Ya sea que atraídos por la presencia de tanto ex o por una posible victoria, el lugar se llena cada vez con más periodistas, lo que sólo ayuda a aumentar la sensación de triunfo. Pasado las ocho, la derrota de Labbé en Providencia parece cada vez más cercana y todos aplauden y gritan: ¡asesino, asesino!”. Providencia y Santiago eran lejos las batallas más preocupantes.

Pero al fin Labbé reconoce su derrota y se sabe que Josefa Errázuriz gana por más de diez puntos. Todos esperan que la tendencia se traspase a la elección por Santiago. Los miembros del comando corren hablando por teléfono organizando un lugar para celebrar a la posible vencedora. El lugar se empieza a parecer a un carrete de año nuevo, donde todos son amigos y todo es buena onda: ¿qué estará pasando en el comando de Zalaquett?, se escucha. Zalaquett no está en su comando. Está en su casa con el Ministro de Obras Públicas, el no candidato, Laurence Golborne.

La confirmación por fin llega cuando a las 20:40 se ve en las dos pantallas del comando a Pablo Zalaquett hablando con Carolina Tohá, felicitándola y reconociendo la victoria del PPD. Todos saltan, gritan, se abrazan. Cuando Tohá por fin baja la gente se vuelve loca. Los camarógrafos le gritan a los fotógrafos, los periodistas meten sus micrófonos como pueden, los técnicos le gritan a todos los que osen a tocar un cable. Ella dice escuetamente que está feliz y que la celebración es en Plaza de Armas y se dirige hacia la salida en medio de un enredo de gente y cables.

Por la calle la siguen unas 300 personas. Afuera ya ha llegado el infaltable vendedor de varitas luminosas. En el camino se une el abogado Alfredo Morgado, elegido concejal y comienzan los gritos “el que no salta es Zalaquett”, “oposición unida jamás será vencida”, “ya tenemos alcaldesa”. A Carolina, sus hijos y su pareja la sigue un tumulto que cruza la Alameda al son de los bocinazos que celebran el triunfo. La sensación es como si Chile hubiese ganado un mundial -o al menos clasificado-.

En el camino surgen más cantos como “Tohá al balcón” y “preparen las maletas”, además del “Tohá, Bachelet”. Llega a Plaza de Armas, agradece a todos, incluso a Zalaquett, a los viejos, a las mujeres, los hombres y los jóvenes. Le gritan que “no más desalojos a los colegios” y que siga el carrete en La Piojera. Cantan el himno nacional y se van para dejar paso a una banda, no sin antes contar que sí, en medio de todo el polémico silencio, la ex mandataria la llamó y la felicitó por el 50, 63% versus el 43,89% de Zalaquett. Con estos resultados, ahora las expectativas están puestas en que por fin Bachelet hable, aunque su silencio no parece haberle hecho mal a la oposición, menos a Carolina Tohá.

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