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Opinión

17 de Diciembre de 2012

“Esto se va a expandir a otras universidades”

La actual crisis universitaria –ahora de millones y de sobornos y fraudes- se desencadenó en la Universidad del Mar, un plantel privado que empezó a desarmarse este año y que amenaza con dejar a 18 mil estudiantes en el limbo. Un Chernobyl educacional. La renuncia del abogado Raúl Urrutia a la rectoría de la Universidad […]

Jorge Rojas
Jorge Rojas
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La actual crisis universitaria –ahora de millones y de sobornos y fraudes- se desencadenó en la Universidad del Mar, un plantel privado que empezó a desarmarse este año y que amenaza con dejar a 18 mil estudiantes en el limbo. Un Chernobyl educacional.

La renuncia del abogado Raúl Urrutia a la rectoría de la Universidad del Mar en mayo fue la bola de nieve que empezó la avalancha que hoy cae sobre el sistema de universidades privadas. Urrutia denunció que el ex rector del plantel Héctor Zúñiga y sus socios lucraban. Hoy, luego que se conocieran las oscuras redes de Eugenio Díaz, ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación, Zúñiga está preso por soborno y cohecho. Según la investigación de los fiscales, Díaz habría “ayudado” a una serie de universidades -que hoy también son investigadas por el Ministerio Público- a obtener la acreditación a cambio de dinero.

Entre esas universidades se encuentra la U del Mar, que tiene 18 mil alumnos que están a la deriva y que pagan los platos rotos del escándalo. Raúl Soto es uno de ellos. Trabaja como cajero en un supermercado y también de garzón. Con lo que gana se paga sus estudios de kinesiología. En los últimos meses, ha liderado el movimiento de estudiantes que busca presionar a las autoridades por una solución. Han hecho protestas y una huelga de hambre.

¿En qué situación están hoy?
-Hay incertidumbre. Está terminando el año y aún no tenemos respuestas de las autoridades. El lunes tuvimos una reunión y nos dijeron que si llegábamos a una postura a nivel nacional era factible crear una mesa de trabajo. Pero la gente está en el aire. Como la crisis ha sido mal manejada, las tasas de morosidad se han elevado. No es que la gente no quiera pagar: lo que pasa es que ni siquiera el ministro te da la garantía de que la universidad no va a cerrar. Entonces, la opción es guardar la plata para ocuparla en pagar los créditos con los bancos o pagar la matrícula de otra universidad.

¿Quiénes son los responsables de esto?
-Primero, los dueños. Abrieron carreras indiscriminadamente y no tuvieron un proyecto educativo que tuviera relación con la realidad del país. Este negocio velaba, por sobre todo, por el pago de las inmobiliarias antes que el de los profesores y funcionarios. El Estado también es responsable, por permitir que esto ocurriera sin iniciar una investigación.

¿Se sienten estafados?
-Sí, doblemente estafados. Primero por los dueños y después por las autoridades, que no están preocupados de velar por la educación, sino que por regular el negocio dentro de la educación. Esto es totalmente nefasto. El ministro plantea que el proceso será duro y doloroso. ¿Para quién? Estoy seguro que esto sólo lo será para los 18 mil estudiantes y sus familias.

¿Qué dicen las familias?
-Hay muchos padres frustrados, como los de los estudiantes de Medicina, que pagan 6 millones al año. Esa inversión se puede ir al tacho de la basura, porque la educación que se entrega en esta carrera no se replica en ninguna otra casa de estudio y no hay posibilidades de reubicarlos. Imagínate lo que piensa un padre que está endeudado en 16 millones y que tiene que pagar nuevamente una carrera sin que le eliminen la deuda. Además, hay muchos estudiantes que son primera generación en su familia en entrar a la universidad. Es devastador. Me pongo en su lugar y es triste, sobre todo porque las autoridades no nos representan, sino que están del lado del modelo y la ideología. Ellos no están con la gente pobre.

Todos ganaron y ustedes quedaron endeudados.
-El daño ya está hecho. Queremos que se humanice el problema. Esto se está presentando como un negocio que hay que arreglar, pero nadie da soluciones a la catástrofe financiera y emocional de las familias. Hicimos una encuesta y la respondieron como cuatro mil personas. Preguntamos cómo los alumnos se financian sus estudios: el 26% tiene el Crédito con Aval del Estado, el 37% tiene un crédito interno, el 50% son estudiantes trabajadores… si hay una reubicación, ¿se nos va a respetar el crédito? Se necesita que las autoridades escuchen las necesidades que tenemos, porque no existe una sola situación. Es necesario generar un piso mínimo que incluya la eliminación de la deuda histórica, respetar el avance curricular, o la ayuda a los estudiantes que geográficamente les complica estudiar en otra universidad. Nosotros, como bandera de lucha, queremos la estatización.

¿Por qué?
-Esto no es un tema reivindicativo, sino que más bien una proposición. Los quintiles más bajos estudian en la U. del Mar y creemos que las competencias profesionales nos permiten pensar que podemos retribuirle a esos mismos quintiles más bajos que no tienen salud, educación, ni vivienda digna. Nuestras mallas nos permiten potenciar el sistema público del país, y planteamos crear un proyecto educacional que nos permita hacer viable esto. Si planteamos la estatización como una cosa reivindicativa, vamos a chocar con un muro ideológico.

¿Quiénes son los llamados a resolver este problema?
-El ministro de Educación, que hasta ahora sólo está moviéndose dentro de lo que está regulado. Espero que vele por la educación y no por cuidar su puesto, que no lo acusen constitucionalmente, o por cuidar este modelo educacional, que no funciona, está desregulado y que genera el enriquecimiento de unos pocos.

¿Debería renunciar Harald Beyer?
-Debería poner su cargo a disposición, porque no tiene la apertura de mente para ver más allá de lo que está normado. Si llegamos a la conclusión de que lo que está normado no nos sirve, nada de lo que nos pueda decir él nos va a ayudar. Pero ante todo, acá hay un tema de voluntad.

Este sistema parece que colapsó.
-Totalmente, éste no es un problema puntual de la U. del Mar. Esto está comenzando. Claramente, somos la piedra angular, pero esto se va a expandir a otras universidades. Las únicas que no deberían tener estos problemas son las que están acreditadas de cinco años para arriba. Es importante sí, que el ministerio transparente qué universidades están siendo investigadas, para que los compañeros que dieron la PSU, y tienen que postular, no cometan el error de irse a una universidad cuestionada.

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