Carlos Peña dispara contra el silencio de Bachelet en su espacio en El Mercurio

 

En su espacio dominical el columnista Carlos Peña vuelve a disparar contra el silencio de Michelle Bachelet haciéndose la siguiente pregunta “¿ Hace lo correcto Michelle Bachelet cuando calla sus propósitos y sus ideas?”.

Peña dice que “Sus partidarios -que a estas alturas más que partidarios parecen creyentes- no tienen duda de que sí. Arguyen dos tipos de razones. Una derivaría de su posición funcionaria (las reglas de Naciones Unidas la obligarían a callar); la otra, de su carácter de individuo autónomo (¿acaso no tiene ella derecho a decidir cuándo hablar y cuándo no?)”.

El rector de la UDP asegura que ambas explicaciones son falsas, argumentando que “Lo que esos creyentes olvidan (cuando esgrimen esos pretextos pueriles) son los deberes que pesan sobre un personaje público del porte de Michelle Bachelet”.

El académico define que “en la esfera pública usted habla; en la privada, calla o medita”.

“Eso es lo que hace difícil aceptar que una persona, como Michelle Bachelet, consienta en gravitar en la vida colectiva, como ella lo ha hecho todo este tiempo, y, sin embargo, no revele sus propósitos ni emita opinión alguna acerca de los asuntos comunes. Se trata de una actitud comprensible cuando se la juzga desde los intereses electorales inmediatos (¿para qué hablar si estando en silencio suma adhesiones?); pero se trata de una conducta que daña las rutinas de la democracia (porque enseña que restarse del debate público es correcto si ello favorece los intereses partidistas)” dice Peña en la mísma línea.

Criticando el actuar o el no actuar de la mandataria, Peña sostoene que “el silencio de Michelle Bachelet no se puede conciliar con los deberes que se adeudan recíprocamente los que participan de la vida democrática. Si no le hace bien a la democracia la vociferación (porque quien vocifera no deja hablar a los demás), menos le hace bien el silencio (porque el influyente que calla se resta a la evaluación crítica de los ciudadanos)”.

Luego de hacer una comparación Freudiana el columnista mercurial asegura que el silencio de la autoridad de ONU Mujeres no le hace bien a ella, a su eventual programa y tampoco le hace bien a la ciudadanía.