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Nacional

5 de Enero de 2013

¿Por qué Hans Niemeyer no quiso volver a cumplir la prisión preventiva?

Hans Niemeyer Salinas actualmente se encuentra acusado por el Ministerio Público de ser autor de un delito de colocación de artefacto explosivo terrorista. Además, de ser también autor de otros tres delitos de fabricación de artefactos explosivos, no terroristas. El querellante Ministerio del Interior, por su parte, dice que dos de los cuatro señalados son […]

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Hans Niemeyer Salinas actualmente se encuentra acusado por el Ministerio Público de ser autor de un delito de colocación de artefacto explosivo terrorista. Además, de ser también autor de otros tres delitos de fabricación de artefactos explosivos, no terroristas.

El querellante Ministerio del Interior, por su parte, dice que dos de los cuatro señalados son delitos terroristas y respecto de los otros dos nada dice y pareciera que no existen para ellos.

Los otros dos querellantes, el Banco BCI y la UDI derechamente, adhieren a la pretensión punitiva del órgano oficial de persecución penal, cual es según la Constitución y las leyes, el ministerio público.

Ahora bien, Hans Niemeyer aún cuando ha permanecido cerca de un año en prisión preventiva a propósito de los delitos que se le imputan, actualmente no ha comparecido a cumplir con la prisión preventiva que ordenara la Corte de Apelaciones de Santiago por tercera vez durante un año, el pasado 7 de Diciembre, todo lo cual ha generado una escandalera de fin de año, de lato tratamiento.

Las razones por las cuales Hans Niemeyer no se encuentra cumpliendo con la prisión preventiva, obedecería entre otras razones, a las siguientes, sin perjuicio de lo que probable y oportunamente nos podría decir el citado “sociólogo”:

1.- La falta de profesionalismo de las policías y la falta de seriedad en al persecución penal.

En un par de palabras, lo señalado por Carabineros de Chile, en cuanto a que habrían recibido un fax en blanco con la orden de detención en contra de Niemeyer (primeras excusas dada por Carabineros en esta arista extrajudicial del “caso Niemeyer”) razonablemente permite sostener que nuestros institutos policiales, en serio, no se encuentran a la altura de las circunstancias.

Otro tanto, lo encontramos con las versiones de prensa, en cuanto a que las policías y los persecutores aun les pena el ya sepultado caso bombas, según se puede leer de las infundadas vinculaciones que ellas refieren de Hans Niemeyer con personas absueltas en dicho proceso, pero, finalmente sospechosas para todos quienes dicen combatir el terrorismo en Chile.

2.- Lo legítimo que resulta no comparecer por tercera vez a cumplir voluntariamente con una prisión preventiva que, a todas luces y en cualquier foro, ha devenido en “ilegal”, dado que el recordado “Hinzpeter”, a la sazón ministro del Interior, presentara durante el mes de Octubre del año recién pasado, un recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del artículo 277 del C.P.P. ni mas ni menos que alegando el derecho al debido proceso (cuyo análisis pormenorizado requiere columna especial), todo lo cual además de falaz. Ello ha significado que a propósito de dicho requerimiento el proceso penal que se dirige en su contra, escuchen y/o lean bien, se encuentra suspendido desde hace dos meses y todo indica que dicha suspensión no permitirá que se reanude el procedimiento en su contra, cuya preparación de juicio oral concluyó el 27 de Septiembre de 2012.

Dicho de otra forma, si no fuese por esa indebida intromisión el juicio oral en contra de Hans Niemeyer -muy probablemente- habría terminado por estos días.

Por último, esta columna no estaría completa sino se hiciera cargo de denunciar la hostilidad y amedrentamiento ejercida por el poder político hacia los jueces de garantía, quienes haciendo ni más ni menos que lo que la Constitución y las leyes les encomiendan son objeto de reproches ilegítimos, a través de anunciadas investigaciones sumarias y posibles sanciones.

Como vemos, no solo hace falta que aparezca Hans Niemeyer para que continúe la función, sino que además, debemos esperar que también concluya la extraña paralización del proceso penal ordenada por el Tribunal Constitucional a instancias del privilegiado y entusiasta querellante, Ministerio del Interior.

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